Nos despedimos siendo aún muy jóvenes. Aún desconocíamos los océanos que pueden llegar a separar dos vidas humanas, océanos infranqueables. ...

Cicatrices Unos Ceros Hemisferios Metales Falanges Luces Párpados Insomnes Febriles Labios Deicidas Desesperados Homicidas Oye cómo retumba ...

Esta noche Iremos a bailar Tú y yo Más allá de las colinas Las suaves, Las onduladas colinas Bailaremos por los vivos Y todos nuestros muert...

S í. Me gusta conducir por la noche contigo dormida a mi lado. Siento la velocidad, el frescor, el viento. Tomo el volante con firmeza, como...

L a gente viene a despedirse, los perros no. Aquel mes de agosto, Manuel llegó hasta mi casa en el campo. Vino a decir adiós. Estuvimos char...

C uando sales de la Escuela Náutica sabes muchas matemáticas, pero no te preparan para lo que te aguarda. Te confundes hasta con las bandera...

Un avance de mi próximo libro, Cartas de Ultramar. Dedicado a todos los que tuvieron que marchar de la tierra que los vio nacer. ... Y un dí...

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A la Costanera Después de aquel incidente decidimos continuar la joda en la ciudad, junto al río. Nos pusimos a bailar milongas en la Costan...

Escribí esta novela como homenaje a mis queridos abuelos, Szeyna y Leizer, que participan en la acción. Por eso la firmo con mi apellido mat...

Mi novela ya está disponible en Amazon. >>>  La gran diagonal Va por ustedes!

E sa mirada encierra todo el dolor del mundo, de chiquilín de Bachín, de mil noches sin sueño. El pibe vale, el pibe tiene talento... lo vin...

V erano madrileño. Paso por casa a cambiarme. Recibo una llamada. Es una voz muy querida que no oía hace bastante tiempo. Una voz que siempr...

E lla creía que los lápices crecían en los árboles (con su mina y todo). Tampoco sabía en qué hemisferio vivimos. Solo sabía amar.

P ara aprender a amarte me hacen falta mínimo nueve vidas En esta primera vida todo sale mal. En la próxima recién empezamos a ver color, pe...

S olo la vi una vez.  Todo ese misterio. Qué pasó, qué no pasó... ahora qué importa. Cosas de familia. Que yo sepa hay un sola foto, los dos...

C uando salí de la cárcel regresé al pueblo. Me condenaron por haber defendido el honor de uno de los patriarcas de mi clan, así que no me e...

M anuel nació en un pueblo de Córdoba, en una familia de campesinos. Pobres hasta decir basta. Siempre estuvo fascinado con los aviones. Des...

C orro por las calles de Buenos Aires. Voy a mi casa, en busca de no sé qué. El barrio está igual. Han reformado la fachada. Aún sobrevive e...

M adrid amanece nuevo  hoy. El tibio sol de otoño se enseñorea de los tejados. Camino lenta, pausadamente por el Paseo del Prado. Cibeles, P...

R ecuerdo el café de Almirante Reis, esa parte oscura de Lisboa. Por las tardes íbamos a leer juntos. Nos sentábamos frente a frente y despl...

E l halcón vino a visitarme y me liberó de mi cárcel durante unos instantes. Cuando quise darme cuenta ya estaba lejos, muy lejos. Más allá ...

De un vuelo sin destino un día me verás. Será dentro de mucho. En otro lugar. La costanera, la playa de San Clemente, las fogatas. No es una...

Muere la tarde sobre la playa desierta y las sombras buscan a tientas el abrigo de la bahía. El brillo del faro se adivina frío, mientras la...

Como de costumbre, llegué tarde a Barajas. Perdí el primer vuelo. Iba con más gente pero me entretuve. Sólo quedaban dos plazas en la última...

E n la mugrienta pensión en que vivo, con manchas de humedad en las paredes que van cambiando de forma según corren las estaciones, no hay g...

L a línea 4 fue la puerta a la libertad. Once pesetas y atravesar la ciudad recorriendo sus tripas, buscando vaya a saber qué. Una aventura,...