Siempre sucede. A veces antes, a veces más tarde... La venganza de Moctezuma -en este caso sería la venganza de Nicarao- alcanza a los blancos de lleno. El calor, el agua, la alimentación del trópico.
He pasado una noche de órdago, instalado en el cuarto de baño como abrazado a un rencor. Oí cantar al gallo y vi cómo el cielo de Managua se iba aclarando hasta contemplar el lago. El lago mutante.
Es mi segundo viaje a Nicaragua y hasta ahorita todo había ido como la seda. En cualquier caso, lo que realmente me jode es que si alguien se decide a dar una fiesta en mi estómago no tenga el detalle de invitarme. Es lo mínimo...
He pasado una noche de órdago, instalado en el cuarto de baño como abrazado a un rencor. Oí cantar al gallo y vi cómo el cielo de Managua se iba aclarando hasta contemplar el lago. El lago mutante.
Es mi segundo viaje a Nicaragua y hasta ahorita todo había ido como la seda. En cualquier caso, lo que realmente me jode es que si alguien se decide a dar una fiesta en mi estómago no tenga el detalle de invitarme. Es lo mínimo...
Ja ja ja ... qué ocurrente forma de relatarnos tu malestar estomacal. Me hacés reír con ganas, a pesar de ciertos resultados eleccionarios en estas tierras del Plata. Y le quitás un poco de bella pero densa melancolía a esta lluviosa noche en Buenos Aires.
ResponderEliminarUn abrazo