Se ido Ray Bradbury, un genio que a fuerza de estar presente en mi vida se convirtió en mi hermano. Es uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Pero no hay por qué estar triste. Ahora mismo está en Marte, ataviado para un encuentro nocturno. Más tarde visitará la feria de las tinieblas, tomará el remedio para melancólicos, charlará con el hombre ilustrado, contará historias en los trenes que conducen al abismo de Chicago, beberá el vino del estío, se estremecerá en el país de octubre...
Tanto banquero vivo y se nos va un ser de luz.
miércoles, 6 de junio de 2012
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