Hace unas semanas comentábamos el extraño caso del Ecce Homo de Zaragoza. Nadie sospechaba que habría de convertirse en un éxito internacional a la velocidad de la luz. Indudablemente, se trata de arte moderno. El público está dispuesto a pagar por verlo, un verdadero sueño húmedo para la inmensa mayoría de artistas contemporáneos.
Apresuradamente ridiculizado y ahora explotado por la Fundación Hospital Sancti Spiritus, que se niega a repartir los ingresos que produce la visita al templo para ver la obra con la verdadera autora de tanta agitación. A todas luces, un fraude de ley. Les guste o no, la octogenaria pintora ha puesto en el mapa la iglesia, el pueblo y su patrimonio cultural.
¿Qué significa la historia del Ecce Homo desde el punto de vista del arte moderno? No tengo la menor idea. Tal vez, la gente está cansada de gilipolleces encumbradas a los altares de la creación por una crítica más que interesada y lo único que desea es reírse un rato antes de que el mundo explote. El arte payaso es profundamente terapéutico. Quizás la única forma de cautivar y conectar con el público pase por estar senil y bastante averiado de la azotea o simplemente loco de atar. Bien podría ser que el arte no tuviera nada que ver con la edad contemporánea, que simplemente hubiera muerto, convertido en cenizas en los crematorios de la Segunda Guerra Mundial, como la muerte de Dios preconizada por Nietszche y que hoy sólo quedaran museos, instituciones, universidades, centros de altos estudios, catedráticos, profesores asociados, profesores contratados, profesores en viaje de año sabático, profesores visitantes, investigadores, colecciones donadas por ex-nazis procedentes de saqueos variopintos, becarios, doctorandos, galerías privadas, críticos profesionales, subastadores, compradores con dinero tan negro como un knock-out de Mike Tyson que les quema en las manos y un largo etcétera que forma parte de un circo, la mayor parte de las veces circunspecto, endogámico y aburridísimo, denominado "arte". Qué sabe nadie. Doctores tiene la Iglesia.
Podría ser que el arte actual estuviera tan lejos de la emoción como Rajoy de la claridad o Esperanza Aguirre de la contención. Pero no. Seguro que no. Podría ser que la emoción como tal no existiera, que fuera una "sensación", como la inseguridad en las calles de Buenos Aires. Vaya usted a saber.
Y mira que robarle el dinero a una ancianita...
Publicado por El Mundo, 19 de septiembre de 2012
Cecilia Giménez, la mujer que intervino el 'Ecce Homo' de una capilla de Borja (Zaragoza) quiere cobrar por su restauración,
según informa el diario bilbaíno 'El Correo'. Giménez considera que
tiene derecho a 'derechos de autora' desde el momento en el que la
Fundación Hospital Sancti Spiritus, propietaria del santuario donde está
colocada la pintura, empezara a cobrar por el acceso al templo. Desde
que la Fundación instaló la taquilla, hace cuatro días, sus ingresos
suman 2.000 euros.
Según el diario, la decisión de la Fundación enfadó a Cecilia y a su familia, que ha puesto el caso en manos de los abogados.
Al parecer, Giménez apenas sale de su casa abrumada por la presión que
se le vino encima cuando se conoció el estropicio sobre el fresco, el
pasado mes de agosto. Si hay negocio en el escarnio, su familia quiere
una compensación.
Durante este mes, la Fundación Sancti Spiritus y el Ayuntamiento han registrado la propiedad sobre el fresco y han convocado un concurso internacional de pintura de temática religiosa relacionada con la figura del 'Ecce Homo'.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario