Que yo recuerde, he pagado religiosamente mis impuestos desde que estalló la crisis de finales 2007 (antes también. Sólo hay dos realidades cuya existencia resulta incontestable: la Muerte y Hacienda). Los directos y los indirectos. Con precisión suiza me han presentado al cobro todos los recibos de la administración (local, autonómica y nacional). Como ese momento coincidió con mi ruinosa separación -desde el punto de vista económico- lo recuerdo como si fuera ayer.
En el mismo caso supongo que se encuentran muchos millones de españoles. Me refiero al caso de pagar impuestos, con respecto a lo de las separaciones, no cabe preocuparse: todo llega. La frágil ilusión del amor para toda la vida hoy resulta más frágil que nunca. El mejor amigo del hombre no es el perro, sino el abogado. Aunque sólo sea para poder decirle a la parte contraria: "HÁBLALO CON MI ABOGADO".
Los ayuntamientos, las 17 autonomías y el Estado han seguido recaudando como de costumbre, si bien los gravámenes relacionados con el ladrillo han sufrido un batacazo enorme. Se supone que ahora no tienen ni un céntimo, es decir, han seguido cobrando al sufrido ciudadano pero sus arcas están vacías y el país necesita ser "rescatado". Lo de "como siempre" es una broma macabra. En un solo año, el ayuntamiento que me cobra los recibos de mi casa actualmente ocupada por mi ex pareja y su nuevo consorte ha subido los impuestos municipales en torno al 15 por ciento (¡igual que los sueldos de este país...!).
Si han seguido cobrando todos los impuestos e incluso los han aumentado muy por encima del IPC, ¿por qué antes alcanzaba y ahora no? ¿Toda su economía estaba montada sobre los tejemanejes del negocio inmobiliario? Si exceptuamos las ruinosas radiales de peaje que se supone constituyen inversiones privadas, no veo muchas más carreteras que en 2006. ¿Acaso el Estado y las corporaciones locales han estado jugando a la bolsa con el dinero de nuestros impuestos? ¿dónde está la pasta? ¿Alguien va a contestar esta pregunta? ¿Alguien va a responder penalmente por haber endeudado al país hasta extremos insoportables y generar este desastre de proporciones colosales?
Obviamente, no. Nos quedaríamos sin políticos.
domingo, 9 de septiembre de 2012
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