¿Inclusión social, preocuparse por los más pobres y las desigualdades económicas que claman al cielo, abandonar la comodidad del obispado...?
Ole ahí, Paco.
A ver si a la postre ser católico equivale a ser un PELIGROSO COMUNISTA.
¡En pie, famélica legión! Digo... ¡ego te absolvo!
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