William Shakespeare lo dejó claro de una vez y para siempre. Es increíble como el arte, el gran arte, llega mucho más lejos que la filosofía y la propia ciencia -que no es otra cosa que filosofía "puesta al día"- cuando se trata de expresar la verdad. Sabido es que el sueño de la razón produce monstruos...
Allí donde la actividad académica, metafísica o teológica consume miles de páginas dando vueltas en círculos, disimulando el vacío con fórmulas abstrusas ininteligibles, cumpliendo la burocrática, meticulosa y calculada tarea de lobotomizar a aquellos que osen atreverse a pensar por sí mismos, el arte te deja KO de un derechazo a la mandíbula.
“La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se
pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a
saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de
furia, que no significa nada”.
Macbeth (Acto V, Escena V).
En tanto que de rosa y azucena... pues eso.
viernes, 13 de septiembre de 2013
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1 comentario:
Brutal!! Lo resume perfectamente.
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