Publicado en El País de hoy:
"El pasado domingo, un parado de 48 años se quemó a lo bonzo en un descampado a las afueras de Turín, al norte de Italia.
La policía halló junto a su cadáver una botella con restos de líquido
inflamable y, en el piso en el que vivía solo, una nota en la que
describía las razones de su suicidio: había perdido su trabajo y no
había conseguido encontrar otro. Un caso muy similar se produjo el
pasado 11 de agosto en Roma, frente a la sede del Congreso de los
Diputados en la capital italiana. Poco después de la medianoche, Angelo
Di Carlo, un antiguo obrero de 54 años que había perdido su trabajo se
roció con líquido inflamable, sacó un mechero y se prendió fuego. Pese a
que los carabinieri consiguieron extinguirlo, Di Carlo no
sobrevivió a las heridas. Murió anoche, tras permanecer ocho días
hospitalizado, a consecuencia de las quemaduras que presentaba en el 85%
de su cuerpo".
La Unión Europea está dirigida por un grupo de malnacidos sin entrañas. Definitivamente, los rusos fueron muy buena gente cuando conquistaron Berlín. Estar en el mismo club que los alemanes o los finlandeses, gente con una hoja de Excel en el lugar donde debería estar el alma, nos convierte en cómplices del desastre sin precedentes que se está fraguando.
En 1945, cuando Alemania era un montón de ruinas humeantes y la antigua raza superior se prostituía por un pedazo de pan (véanse las películas de Roberto Rossellini), alguien puso el dinero para que salieran adelante. El mundo no les dio la espalda. Alemania sola no lo habría logrado. No en tan poco tiempo.
Hoy actúan como si hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial. Se llevan a nuestros mejores profesionales, que se han formado en España con los impuestos de todos los españoles, como hacian con la mano de obra esclava que dirigía con mano de hierro Albert Speer, el Wunderkind de Hitler.
Este proyecto de Unión no sirve para nada, no sirve a los pueblos, no le sirve a la gente. En estos términos, cuando antes se acabe, mejor.
Es preferible ser dueños de nuestro destino, más modesto, más austero, pero nuestro. Disponer de mecanismos de control sobre nuestro propio dinero y no depender de comentarios ocurrentes de viejos sobrealimentados y amargados. Una España sola y digna es mejor que ser esclavos comerciales y financieros de Alemania. En todos los sentidos, nuestro país está pagando el sueño mezquino, torpe y ridículo del nuevo rico, la versión más repugnante del ser humano.
España, al igual que Portugal, Grecia, Italia, Irlanda y todos aquellos que estamos orgullosos de no ser alemanes debemos librarnos cuanto antes de estos trozos de piedra que andan. Que se vayan a sus tristes paises de sombras perpetuas y se pudran contando sus montañas de dinero bajo la luz de una vela.
martes, 21 de agosto de 2012
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1 comentario:
ooooleeeeee
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