Publicado por José Precedo en El País, 26 de agosto de 2012
Es otro de los regalos envenenados que el todopoderoso José Luis Baltar, expresidente de la Diputación, del PP y de casi todo durante 20 años en Ourense, dejó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. En las últimas elecciones al Congreso, Baltar, una suerte de demiurgo en su provincia con resultados espectaculares que alcanzan porcentajes de voto del 70% en algunos municipios y prácticas clientelares tan efectivas en las urnas como dudosas desde un punto de vista ético, reclutó para la candidatura del PP nacional a Guillermo Collarte, un directivo procedente de la empresa privada (exdirector de proyectos de Isolux Corsam), en uno de esos fichajes con los que con los que acostumbraba a soprender en la elaboración de las listas.
Collarte acaba de meter en un lío al partido y al
propio Feijóo al asegurar (en la misma semana que el Gobierno modifica
el plan Prepara para endurecer las condiciones de acceso de los parados
sin prestación a esa ayuda de 400 euros) que él mismo las “pasa canutas”
para llegar a fin de mes con sus 5.100 euros de sueldo neto mensuales. En una entrevista en La Voz de Galicia,
el diputado que reconoce vivir con su madre en Ourense y tener pagados
los desplazamientos desde la capital de España, asegura que con los dos
sueldos públicos que percibe (en el Congreso
y el Ayuntamiento de Ourense, donde es concejal) malamente le alcanzan
para sobrevivir. “Entre los 416 euros que me dan por ser concejal, que
no me llega para nada, los 4.200 netos más o menos que gano como
diputado y los 290 que me dan por los trienios como funcionario de la
Xunta, en total gano unos 5.100 euros y las paso bastante canutas.
Reconozco que soy un privilegiado, pero viniendo del nivel de ingresos
que tenía es un palo muy grande”, asegura en el citado diario. Como
muchos otros diputados con residencia en Madrid, Collarte no ha
renunciado a las dietas por desplazamiento (1.823 euros mensuales) si
bien asegura haberlo intentado, hasta que le dijeron que “formalmente no
se puede”.
Ligeramente decepcionado por no haber sido elegido para
un cargo en el Gobierno, admite que su actividad en el escaño es
relativo. Desde que comenzó la legislatura, no ha presentado ninguna
iniciativa parlamentaria, pero no por desgana sino porque el grupo que
apoya la labor del Gobierno “no hace eso”. “Yo presentaría montones,
pero si tienes iniciativas las hablas con la dirección del partido o con
el Gobierno [...] Da la sensación de que los diputados del grupo de
gobierno solo vamos a levantar la mano, pero es que es así. El papel de
diputado lleva mucho de ser bien mandado, pero esto está configurado
así”.
Semejante discurso no parte de un recién llegado a la
política. Collarte ha ocupado diversos cargos directivos en
administraciones gobernadas por el PP. En la Xunta de Galicia fue
responsable de obras en la Subdirección General de Puertos y también en
la de Carreteras. Además, fue director general de Programación e
Inversiones de la Consellería de Sanidad y director general de
Construcciones, Equipamientos y Servicios Educativos de la Consellería
de Educación en distintos gobiernos de Fraga. También ha dirigido
relevantes empresas públicas como consejero de Tragsa, cargo que ejerció
entre 2003 y 2006. Antes había sido gerente durante siete años de
Arproma, otra sociedad pública adscrita a la Comunidad de Madrid.
Las declaraciones de Collarte llegan en el peor momento
posible para el PP, en vísperas electorales -con Feijóo a unas horas de
decidir si adelanta las elecciones para hacerlas coincidir con las
vascas el 21 de octubre- y todo el partido enarbolando la bandera de la
austeridad. Siguiendo ese principio, el propio Feijóo ha propuesto
reducir el Parlamento gallego de 75 a 61 diputados pero a cambio de que
se acepte una fórmula que prima el peso de las provincias de Ourense y
Lugo, donde cosecha más apoyos”.
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