Días de fuego en Castilla. El río baja perezoso. Por las noches refresca y salimos a contar estrellas. Hace tiempo que renuncié a vivir en las ciudades.
Mis hijos juegan y no paran de reír. Me limito a velar su sueño.
Asombro de estar vivo.
martes, 3 de julio de 2012
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