Un componente de la crisis que estamos viviendo tiene que ver con el modelo de crecimiento. Si se crece a través del ahorro, el proceso es lento. Si el crecimiento viene a través del crédito, es más rápido. Si los créditos se conceden sin tener en cuenta si se pueden devolver o no, el crecimiento puede llegar a ser explosivo. Y estallar.
Pero el modelo va más allá. Para tocar bien un instrumento musical hay que estudiar durante años. Muchos años. Para bailar, escribir una línea que produzca emoción o conseguir un dominio de las técnicas de la pintura, han de transcurrir décadas. De ida y de vuelta. De procesos de búsqueda que no son gratuitos.
Nuestro modelo se basa en el aquí y ahora. Todos los esfuerzos están encaminados a la satisfacción inmediata y no se tolera ni la más mínima frustración. Hay demasiado ruido ahí afuera, demasiadas distracciones cotidianas.
La profundidad y la intensidad no se consiguen por casualidad. Son el resultado de un proceso acumulativo, de muchas batallas perdidas.
Hay que reorientar las antenas. Invertir a largo plazo.
domingo, 23 de diciembre de 2012
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