lunes, 17 de diciembre de 2012

Elecciones

Se sentó debajo de un árbol y pensó que el destino se decidía en una partida de dados. Creer en uno mismo y fortalecer el ego hasta convertirse en un personaje repugnante o vivir para los demás. Casarse por amor y remar contracorriente juntos empezando de menos mil o unirse al vástago más soportable de una familia burguesa con ínfulas intelectuales. Elegir un trabajo socialmente estimado y bien retribuido para disfrutar de cierta tranquilidad de ánimo o vivir en el filo de la nada, inventando esculturas de humo.

Así pasan los años. Lejos de todo. Lejos de sí.

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