Recuerdo vagamente un cuento magnífico de Ray Bradbury que hablaba del fin del mundo. Una noche como cualquier otra todos los habitantes del planeta tienen el mismo sueño: el mundo se va acabar. Y poco a poco todos descubren que han soñado lo mismo y que sus premoniciones coinciden. Pero todo se desarrolla en una atmósfera de aceptación, casi de plenitud budista. No hay lucha. Las parejas se separan dulcemente, los padres y los hijos se abrazan, los amigos se dan las gracias por haber transitado juntos por el mundo. La muerte es casi una bendición.
Ahondando en la cuestión, ahora es el propio gobierno de la nación más poderosa de la Tierra quien toma cartas en el asunto. Los Estados Unidos anuncian oficialmente que el próximo día 21 de diciembre el mundo no se va a acabar.
Qué descanso.
sábado, 8 de diciembre de 2012
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1 comentario:
Lamento no tener tiempo para hablar o escribirte más a menudo …pero pienso con frecuencia en ti…
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