A los que acusan al "espíritu de Sol" de carecer de base ideológica y de propuestas, ahí van unas cuantas (gracias Irina!). Que las cosas se digan con educación y se escuche a los demás no significa que esto sea una acampada de gente sin nada mejor que hacer. Lo que está en juego aquí es mucho más importante. Como dijo el propio Cristo, alguien no muy a gusto con el estado de las cosas, QVI POTEST CAPERE CAPIAT...
Carlos Taibo
He intentado reconstruir aquí, sobre la base de mis apuntes, lo que dije en la Puerta del Sol madrileña el domingo 15, al final de la multitudinaria manifestación que convocó la plataforma Democracia Real Ya. Tiempo habrá para valorar --a mí me cuesta trabajo-- qué es lo que está ocurriendo estos días. Me contento ahora con llamar la atención sobre una discreta experiencia personal que algo nos dice --creo-- de la zozobra con la que los medios de incomunicación del sistema han asumido la revuelta de tantos jóvenes.
En los jornadas sucesivas al día 15 recibí un buen puñado de llamadas de esos medios de incomunicación. Algunas procedían, por cierto, de emisoras de radio y de periódicos que de manera altiva y descortés me habían puesto en la calle en su momento. Me pareció evidente que los profesionales correspondientes andaban desesperados buscando alguna cara que ponerle al movimiento que, fundamentalmente articulado por jóvenes, empezaba a tomar la calle. En todos los casos –ya tendré tiempo de cambiar, si procede, de conducta-- me negué a hacer declaración alguna y en todos sugerí que entrevistasen a los organizadores de las manifestaciones y, más aún, a los propios manifestantes. En una de esas conversaciones mi interlocutor insistió en su demanda y me preguntó expresamente si no habría algún otro profesor universitario que pudiera poner su cara. Al parecer, y a los ojos de algunos, para explicar lo que está sucediendo es inevitable echar mano de las sesudas explicaciones que proporcionamos los profesores de universidad, como si la gente de a pie no supiera expresarse con claridad y contundencia. Menos mal que hay algún profesional que se salva. Ayer, y de nuevo en la Puerta del Sol, un periodista me dijo que los jóvenes a los que había entrevistado hablaban mucho mejor que Tomás Gómez y --me da el pálpito-- que la propia señora De Cospedal.
Antes de colocar mi texto, me permito agregar una última observación: no sólo debemos estar sobre aviso ante lo que hacen los medios --para cuándo una activa campaña de denuncia de lo que supone esa genuina plaga contemporánea que son los tertulianos--. También debemos guardar las distancias con respecto a lo que dicen y se aprestan a hacer muchas gentes de la izquierda de siempre que, bien intencionadas, se proponen encauzar unos movimientos que en último término no comprenden y miran con desdén. Ahí van, en cualquier caso, mis palabras del día 15.
"Quienes estamos aquí somos, a buen seguro, personas muy distintas. Llevamos en la cabeza proyectos e ideales diferentes. Han conseguido, sin embargo, que nos pongamos de acuerdo en un puñado de ideas básicas. Las intento resumir de manera muy rápida.
Primera. Lo llaman democracia y no lo es. Las principales instituciones y, con ellas, los principales partidos han conseguido demostrar su capacidad para funcionar al margen del ruido molesto que emite la población. Los dos partidos más importantes, en singular, escenifican desde tiempo atrás una confrontación aparentemente severa que esconde una fundamental comunidad de ideas. Uno y otro mantienen en sus filas, por cierto, a personas de más que dudosa moralidad. No es difícil adivinar lo que hay por detrás: en los hechos son formidables corporaciones económico-financieras las que dictan la mayoría de las reglas del juego.
Segunda. Somos víctimas con frecuencia de grandes cifras que se nos imponen. Em mayo de 2010, por proponer un ejemplo, la Unión Europea exigió del Gobierno español que redujese en 15.000 millones de euros el gasto público. Nadie sabe a ciencia cierta qué son 15.000 millones de euros.
Para comprenderlo no está de más que asumamos una rápida comparación con otras cifras. Unos años atrás ese Gobierno español que acabo de mencionar destinó en inicio 9.000 millones de euros al saneamiento de una única caja de ahorros, la de Castilla-La Mancha, que se hallaba al borde de la quiebra; estoy hablando de una cifra que se acercaba a las dos terceras partes de la de la exigida en recortes por la Unión Europea. Durante dos años fiscales consecutivos, ese mismo Gobierno obsequió con 400 euros a todos los que hacemos una declaración de la renta. A todos, dicho sea de paso, por igual: lo mismo recibió el señor Botín que el ciudadano más pobre. Según una estimación, ese regalo se llevó, en cada uno de esos años, 10.000 millones de euros. Estoy hablando del mismo Gobierno, que se autotitula socialista, que no dudó en suprimir un impuesto, el del patrimonio, que por lógica grava ante todo a los ricos, reduciendo sensiblemente la recaudación, mientras incrementaba en cambio otro, el IVA, que castiga a los pobres. El mismo Gobierno, en fin, que apenas hace nada para luchar contra el fraude fiscal y que mantiene la legislación más laxa de la Unión Europea en lo que hace a evasión de capitales y paraísos fiscales.
Tercera. Si hay un dios que adoran políticos, economistas y muchos sindicalistas, ese dios es el de la competitividad. Cualquier persona con dos dedos de cabeza sabe, sin embargo, en qué se han traducido, para la mayoría de quienes están aquí, las formidables ganancias obtenidas en los últimos años en materia de competividad: salarios cada vez más bajos, jornadas laborales cada vez más prolongadas, derechos sociales que retroceden, precariedad por todas partes.
No es difícil identificar a las víctimas de tanta miseria. La primera la aportan los jóvenes, que engrosan masivamente nuestro ejército de reserva de desempleados. Si no hubiera muchas tragedias por detrás, tendría su gracia glosar esa deriva terminológica que hace media docena de años nos invitaba a hablar de mileuristas para retratar una delicada situación, hoy nos invita a hacerlo de quinientoseuristas y pasado mañana, las cosas como van, nos obligará a referirnos a los trescientoseuristas. La segunda víctima son las mujeres, de siempre peor pagadas y condenadas a ocupar los escalones inferiores de la pirámide productiva, a más de verse obligadas a cargar con el grueso del trabajo doméstico. Una tercera víctima son los olvidados de siempre, los ancianos, ignorados en particular por esos dos maravillosos sindicatos, Comisiones y UGT, siempre dispuestos a firmar lo infirmable. No quiero olvidar, en cuarto y último lugar, a nuestros amigos inmigrantes, convertidos, según las coyunturas, en mercancía de quita y pon. Estoy hablando, al fin y al cabo, de una escueta minoría de la población: jóvenes, mujeres, ancianos e inmigrantes.
Cuarta. No quiero dejar en el olvido los derechos de las generaciones venideras y, con ellos, los de las demás especies que nos acompañan en el planeta Tierra. Lo digo porque en este país en el que estamos hace mucho tiempo que confundimos crecimiento y consumo, por un lado, con felicidad y bienestar, por el otro. Hablo del mismo país que ha permitido orgulloso que su huella ecológica se acrecentase espectacularmente, con efecto principal en la ruptura de precarios equilibrios medioambientales. Ahí están, para testimoniarlo, la idolatría del automóvil y de su cultura, esos maravillosos trenes de alta velocidad que permiten que los ricos se muevan con rapidez mientras se deterioran las posibilidades al alcance de las clases populares, los castigos, acaso irreversibles, que han padecido nuestras costas o, para dejarlo ahí, la dramática desaparición de la vida rural. Nada retrata mejor dónde estamos que el hecho de que España se encuentre en el furgón de cola de la Unión Europea en lo hace a la lucha contra el cambio climático, con un Gobierno que alienta la impresentable compra de cuotas de contaminación en países pobres que no están en
condiciones de agotar las suyas.
Quinta. Entre las reivindicaciones que plantea la plataforma que promueve estas manifestaciones y concentraciones hay una expresa relativa a la urgencia de reducir el gasto militar. Me parece tanto más pertinente cuanto que en los últimos años hemos tenido la oportunidad de comprobar cómo nuestros diferentes gobernantes rebajaban de manera muy sensible la ayuda al desarrollo. Nunca lo subrayaremos de manera suficiente: el momento más tétrico de nuestra crisis dibuja un escenario claramente preferible al momento más airoso de la situación de la mayoría de los países del Sur.
Vuelvo, con todo, a lo del gasto militar. Este último, visiblemente ocultado tras numerosas partidas, responde a dos grandes objetivos. El primero no es otro que mantener a España en el núcleo de los países poderosos, con los deberes consiguientes en materia de apoyo a esas genuinas guerras de rapiña global que lideran los Estados Unidos. El segundo se vincula con el designio de preservar un apoyo franco a lo que hacen tantas empresas españolas en el exterior. ¿Alguien ha tenido noticia de que algún portavoz del Partido Socialista o del Partido Popular se haya atrevido a criticar, siquiera sólo sea livianamente, las violaciones de derechos humanos básicos de las que son responsables empresas españolas en Colombia como en Ecuador, en Perú como en Bolivia, en Argentina como en Brasil?
Acabo. Me gustaría en estas horas tener un recuerdo para alguien que nos ha dejado en Madrid el martes pasado. Hablo de Ramón Fernández Durán, que iluminó nuestro conocimiento en lo que respecta a las miserias del capitalismo global y nos puso sobre aviso ante lo que nos espera de la mano de esa genuina edad de las tinieblas en la que, si no lo remediamos, nos adentramos a marchas forzadas. No se me ocurre mejor manera de hacerlo que la que me invita a rescatar una frase que ha repetido muchas veces mi amigo José Luis Sampedro, de quien escucharemos, por cierto, un saludo dentro de unos minutos., La frase en cuestión, que creo refleja bien a a las claras nuestra intención de esta tarde, la pronunció Martin Luther King, el muñidor principal del movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos de cincuenta años atrás. Dice así: 'Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo, lo que nos parecerá más grave no serán las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas'. Muchas gracias por haberme escuchado".
DecreceMadrid
1. No están entendiendo nada. La clase política y quienes la apoyan siguen leyendo con anteojeras los signos del movimiento. Continúan aplicando los mismos criterios de análisis y valoración utilizados para antiguos movimientos sociales. Miran desde las alturas a estos "chavales" y les piden "concreción en sus propuestas", ellos, que han hecho de las propuestas vacías sus señas de identidad; que han usado y abusado de la retórica publicitaria banal e inmoral para envolver sus mensajes. ¿Qué tiene de concreto "El gobierno de tu calle" o "Centrados en ti"?
2. Este es un movimiento de nuevo cuño que conecta con demandas sociales soterradas, a las cuales permite expresarse. Su rol no es conducir nada, no es una “vanguardia”, sino permitir que emerja lo reprimido, lo ausente, lo divergente. Aquello que ha ocultado y silenciado la razón hegemónica. No puede concretarse, no debe concretarse más, porque no es un sujeto de cambio en sí mismo sino un actor cuyo papel es la creación de las condiciones de posibilidad del cambio deseado. Las etiquetas que desesperadamente quieren ponerle sólo son intentos de control de algo en constante transformación.
3. Su función es la de catalizador. Un referente implícito para este movimiento es el neozapatista que se autoconcibe como un grupo "que plantea una serie de demandas que encuentran coincidencia, reflejos o espejos en las demandas de otras partes del mundo". Ambos son "movimientos espejo" pues reflejan y devuelven la imagen de lo que bulle en las entrañas de la vida social capturando las energías de cambio que sale de ella.
4. La agitación sociopolítica y cultural que pueden estimular estos gestos de desobediencia civil debería generar la apertura y liberación de nuevos espacios de creatividad colectiva para que otros sujetos se expresen en toda la capilaridad social, más allá del centro físico y simbólico (la Puerta del Sol) en el que se encuentra ahora el movimiento.
La convocatoria a asambleas de barrio va en esa dirección, pero también se deben extender a los centros de trabajo y estudio.
5. Este no es un movimiento "antisistema", ya les gustaría que lo fuera a los que mandan, para exorcizarlo y reprimirlo. En la actualidad, no es posible nada fuera del sistema globalizado. Estamos dentro del sistema-mundo. Por este motivo, se trata más bien de “implosiones” en los intersticios del centro, en sus grietas, que descolocan al sistema. Aquí está gran radicalidad del movimiento. No es casual que se hayan ocupado los centros de las ciudades para expresar la desobediencia. Frente a esto el poder vacila entre la comprensión, la asimilación y el disparo de pelotas de goma.
6. La tarea de los cambios concretos no debe recaer sobre este movimiento en general ni sobre los acampados en las plazas en particular. Su trabajo, inédito, está siendo enorme e imprescindible. Pero quienes deberán diseñar proyectos y llevarlos a cabo son los individuos y colectivos en todas los ámbitos sociales, en sus prácticas del día a día, animados por la apertura mental, cultural y política que ha favorecido la acción de los insubordinados. El movimiento ha comenzado a dibujar un camino, quienes debemos transitarlo somos nosotros.
7. Pero no todo es nuevo: afortunadamente en el tejido social español ya existían muchos colectivos que desarrollaban una práctica coincidente con las críticas y propuestas del movimiento 15-M. Los centros sociales, el movimiento ecologista, los colectivos decrecentistas, feministas, de consumo etc., las cooperativas integrales, las redes de economía solidaria y muchos otros tienen una rica experiencia de trabajo sobre sus espaldas. Es evidente que ahora pueden verse favorecidos por el impulso utópico que ha generado el movimiento a la vez que pueden aportar su propia historia de lucha. Esto implica ahora abrir los espacios de diálogo entre las distintas experiencias y los nuevos sujetos incorporados.
8. En Decrece Madrid nos alegrarnos por lo que está sucediendo y estamos participando con ilusión en esta nueva etapa social, aportando nuestra mirada crítica y nuestras propuestas a los cambios en marcha. Queremos aprovechar la energía social activada para poner en circulación, en espacios cada vez más amplios, nuestra crítica al productivismo y al imaginario perverso del crecimiento económico infinito.
20/mayo/2011
Democracia Real Ya: Manifiesto
– 15 mayo, 2011
Este 15 de mayo miles de personas se manifestaron en toda España convocados mayormente por la iniciativa ciudadana Democracia Real Ya. En más de 60 ciudades ciudadan@s enojad@s con el cariz que han tomado las prácticas políticas en España desfilaron en las calles bajo muy diversos lemas. Democracia Real Ya no es el único grupo convocante. Encontramos también a los movimientos de Sin Futuro, ATTAC, #nolesvotes, Anonymous y muchas más iniciativas ciudadanas cuyo común denominador es la frustración frente al estado de las cosas en España.
Este es el manifiesto hecho público por Democracia Real Ya:
Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta
por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente
que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para
vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos
creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos
consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por
el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor.
Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la
indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos
unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de
construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente
lo siguiente:
• Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el
progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad
ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
• Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas
sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud,
a la educación, a la participación política, al libre desarrollo
personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida
sana y feliz.
• El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental
no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la
humanidad.
• La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que
el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte
de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser
la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la
participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el
mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y
medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes
poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura
partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
• El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad,
crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos.
El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria
social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos
pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
• La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola
por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando
recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores
infelices.
• Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a
enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos
anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos
el mundo.
• Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta
rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría,
podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
• Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima
del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas,
no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y
a quién se lo compro.
Por todo lo anterior, estoy indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho.
miércoles, 25 de mayo de 2011
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1 comentario:
Para os que achavam que 'as massas' eram acéfalas e passivas dever ser dificil compreender a lição de cidadania que estão a dar a todos. Deve haver muitos analistas, politólogos e 'tudistas' que devem estar feridos na sua omnisciência inquestionável por não terem previsto que tal poderia acontecer. E por isso tentam ignorar ou desdenham o que está a acontecer.
O 1º manifesto do Rossio já saiu:
http://acampadalisboa.wordpress.com/1%c2%ba-manifesto/
Abrazo desde Lisboa
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