Desconocía el poder del blog. Hace un par de días, todavía en Managua, me hacía eco de la enfermedad de Lars von Trier como explicación a sus declaraciones en Cannes.
Ahora resulta que el tal von Trier no está enfermo, sino que reconoce abiertamente que es un simple imbécil.
En este caso, y sin que sirva de precedente, estoy totalmente de acuerdo con el bueno de Lars. ¡Cuánta clarividencia! Monstrum in fronte et monstrum in animo...
domingo, 22 de mayo de 2011
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