Pasaron la elecciones. El PP arrasó. Cuando la izquierda se atomiza la derecha adelanta en dirección prohibida.
Aquí no pasa nada. Los políticos a lo suyo, que nada tiene que ver con los problemas del país.
-Que por qué el presidente no convoca elecciones o se somete a una moción de confianza- dice la portavoz de los ganadores.
-Que si tienen lo que hay que tener, que presenten una moción de censura- replica el adalid de las huestes derrotadas. Ole ahí ese machote. ¡Torero!
A ninguno de nuestros políticos le importa en lo más mínimo que la gente se haya lanzado a las calles de forma pacífica y educada -impresionantemente educada- para poner en cuestión las prácticas, las políticas y los modos. Para decir que ya está bien de engaños y chanchullos.
Parece ser que si se hace una protesta civilizada nadie te tiene en cuenta. ¿Qué necesitan nuestros políticos para asumir que el verdadero problema son ELLOS? Pero TODOS ELLOS. ¿Una revuelta popular estilo Comuneros o Revolución Francesa?
"Que concreten", dicen los biempensantes sobre la gente de la Puerta del Sol. Como comenta Carlos Taibo, los partidos tradicionales sí que son concretos, por ejemplo, "CENTRADOS EN TI", he ahí algo muy concreto que proporciona tranquilidad y seguridad metafísica. Slogan esférico, inengendrado, inmutable...
¿Qué receta aplicará el Partido Popular cuando llegue a La Moncloa? ¿Acaso alguien tiene alguna duda? Me hace gracia lo de la "agenda secreta". No hace falta demasiada imaginación.
Un fenómeno digno de estudiar por los psiquiatras es el de los votantes de la derecha que pertenecen a las clases más desfavorecidas. Insólito, aunque recurrente en tiempos de penuria. Que un tipo de La Moraleja, que caza animales, va a toda hostia en su 4x4 y desprecia al resto de la humanidad vote a la derecha resulta previsible y hasta "normal", pero que un padre de familia en paro del extrarradio de las grandes ciudades haga lo mismo... ¿Qué hará el PP para cuadrar las cuentas? Lo de siempre. Fuera subsidios, menos becas, ayudas las justas. El que tenga dinero podrá pagar una buena educación, una excelente sanidad, una vivienda digna con seguridad y muros bien altos. El que no lo tenga se joderá. Sin más.
La respuesta no está en los partidos tradicionales. Ellos seguirán con sus paniaguados y sus prebendas, ajenos al dolor de la gente común. La respuesta está en otro sitio. Soplando en el viento. Hay que aprender a escuchar una nueva música, con otros oídos, una nueva sensibilidad. El sonido de lo que vendrá.
martes, 24 de mayo de 2011
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