viernes, 4 de noviembre de 2011

La clave está en Arteria

He aquí lo que publica la prensa sobre Arteria, el gigantesco proyecto de Teddy Bautista, antiguo mandatario de la SGAE que hoy está siendo investigado por la justicia española.

Arteria, la sociedad de la SGAE responsable de su ambiciosa red de teatros, es el nuevo objetivo de las investigaciones del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz y de la Fiscalía Anticorrupción. Al parecer, la aparición de un denunciante que aportó datos incriminatorios y creíbles sobre irregularidades en la gestión de Arteria fue la razón por la que el magistrado decidió abrir una pieza separada y secreta.

Con esta decisión se cumplen las previsiones, adelantadas por ABC en su momento, en el sentido de que las irregularidades detectadas en la SDAE no eran sino la punta del iceberg de lo que ha estado ocurriendo en los últimos años en la Sociedad General de Autores y Editores. «Arteria, al menos en cuanto a volumen de dinero que se ha movido, es mucho más importante que lo que se había investigado hasta ahora», sostienen las fuentes consultadas. Y añaden: «A medida que avanza el análisis de la investigación intervenida se ve que es toda, o muy buena parte de la SGAE, la afectada por las irregularidades. Se ha actuado durante muchos años con impunidad y nadie ha ejercido el mínimo control externo, a pesar de que el Estado había delegado en ella una de sus funciones, como es la recaudación de una tasa».
Precios fuera de mercado

Sobre Arteria, lo primero que resulta extraño es su propia existencia: «Es llamativo que una sociedad que gestiona derechos de autor tenga que tener una red de teatros propia, pagada con el dinero de sus asociados», sostienen las fuentes consultadas. Pero este asunto, sin duda discutible, se complica aún más si, como parece, se han producido desviaciones injustificadas y millonarias de los presupuestos de espacios escénicos adquiridos por la SGAE: «Según los primeros indicios disponibles, que habrá que confirmar con la investigacíón abierta, se han hecho pagos por trabajos a un precio claramente fuera de mercado; se han modificado proyectos que han encarecido obras de forma significativa y sin una razón clara para ello, y se ha beneficiado a empresas que podrían estar relacionadas directa o indirectamente con responsables de la sociedad de autores». Pero no solo se habrían beneficiado empresas implicadas en los proyectos, sino también algunas que recibían importantes concesiones.

La situación es especialmente preocupante porque «el dinero que se ha movido, y el que presuntamente ha llegado a manos de los sospechosos es muy superior al que se detectó en la operación del 1 de julio de este año que afectaba a la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE)».

En realidad, lo que se cocía en Arteria —como sucedía en el caso de la SDAE— corría de boca en boca entre quienes se mueven en esos ambientes. Sin embargo, hasta ahora no se disponía de una denuncia formal con datos concretos con los que poder abrir una investigación con visos de tener resultados positivos.

La SGAE de Teddy Bautista tenía entre sus objetivos crear la mayor red de espacios multifuncionales en torno a la sociedad Arteria Promociones Culturales, fundada hace doce años. Los fondos para su puesta en marcha y consolidación eran transferidos desde la propia SGAE a través de la Fundación Autor y de la asunción, por parte de la fundación, de una deuda financiera superior a los cien millones de euros.

Entre los objetivos de Arteria estaba convertirse en la mayor red iberoamericana de espacios escénicos y para lograrlo gastó más de 400 millones de euros. Con ellos se han comprado suelos, edificios, empresas inmobiliarias, se han pagado cánones municipales y ejecutado las obras de los proyectos. Entre sus operaciones, que comenzaron en 2002, destaca la compra del cine California, en la calle de Andrés Mellado de Madrid, y de algunas inmobiliarias.

Concesiones municipales

En la mayoría de los casos, Arteria hizo las adquisiciones a través de concesiones municipales, con el pago de un canon anual y la financiación compartida de las obras con las Administraciones, como sucedió con el teatro Campos Elíseos de Bilbao, que requirió de 23,4 millones, o con otro en Barcelona, cuya remodelación costó 12 millones.

Además, la red Arteria se completa, entre otras instalaciones, con una sala en Santiago de Compostela, el teatro Häagen-Dazs Calderón, en Madrid, el Manhattan Center de Nueva York, el Metropolitan de Buenos Aires y La Casona en México. Y aún hay proyectos en México y Buenos Aires, y un auditorio en la isla de la Cartuja de Sevilla, que ha requerido de más de 60 millones. Su finalización está pendiente de demandas tras la renuncia del arquitecto Santiago Fajardo.

«En cualquier caso, aún se está al principio de esta investigación», subrayan las fuentes consultadas, que consideran que «lo lógico es que, salvo que se encuentren pruebas claras pronto en la documentación disponible, no haya resultados a corto plazo». Hay que tener en cuenta además que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil aún tiene que analizar todo lo intervenido en los registros de la operación de julio.

Cultura, ahora, sí hace preguntas

Una de las cosas que más llaman la atención en el «caso SGAE» es cómo el Ministerio de Cultura no ha ejercido ningún control sobre la SGAE, a pesar de que se les ha cedido una de sus atribuciones, como es la de cobrar tasas. Pues bien, según las fuentes consultadas la actitud del ministerio ha cambiado y ha comenzado a pedir documentación a la Sociedad General de Autores y Editores. Paralelamente, también se ha producido un cambio en el seno de la SGAE, que ha comenzado a atender algunas de las peticiones de los encargados del caso.

Lo que sí ha llamado la atención es la actitud de dos de los miembros de los actuales responsables de la sociedad general de autores sobre la demanda presentada por Teddy Bautista en la que pide 1.200.000 euros por despido improcedente. Esas dos personas, una de ellas Caco Senante, se mostraron a favor de pagar esa cantidad a su antiguo jefe. «Resulta curioso que dos de los que en principio estarían entre los perjudicados por la gestión de Bautista, que está acusado entre otros cargos de apropiación indebida, quieran ahora que la SGAE le pague ese dinero».

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