domingo, 28 de enero de 2018

Hombre solo

Veo amanecer en Madrid. Lentamente, la luz se va enseñoreando de los tejados. Uso sombrero de ala ancha.

Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cícerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre.

Dueño de su destino.

domingo, 21 de enero de 2018

Carlos I del Sistema Solar


Cuando nació mi primer hijo, Carlos Sáinz ya ganaba carreras en todo el mundo. Siempre me pareció un referente de firmeza y saber hacer. Hablaba lo justo. Hacía, más que hablar. Al modo castellano.

Recuerdo haberle visto levantar trofeos mientras le daba el biberón al enano y los dos nos reíamos felices de estar vivos y juntos. No sé quién era más niño.

Ahora ha vuelto a ganar. El Dakar 2018, nada menos.

Y su hijo Carlos, una firme realidad en Fórmula 1, le escribió una carta hermosa.

Sáinz, como Nadal, representa lo mejor de España. Cada vez que estos gladiadores obtienen victorias todos nos sentimos ganadores. Por eso, querido Carlos, aunque tu familia no lo vea claro, ¡trata de arrancarlo, por Dios...!

Ole y reole, campeonazo. Estás en nuestros corazones. Abrazo enorme de otro cincuentón -al decir de los exploradores más avezados, la mejor edad de la vida para atravesar desiertos indomables-, ¡compañero del metal!

Carta de su hijo Carlos al flamante campeón de Dakar 18.

"Querido papa:

Tú que me conoces bien seguro te vas a sorprender cuando leas esta carta que hago pública con lo que te quiero decir.

Estas dos semanas tan intensas me han servido para comprender un poco cómo te sientes tú cuando yo estoy corriendo, y sinceramente me he dado cuenta de lo mal que lo debes de pasar, es mejor estar en el otro lado de la barrera. No te imaginas los nervios que han pasado mamá, Blanca y Anita. Yo intentaba no aparentarlo, pero algún puñetazo al almohadón se me ha escapado. Ha sido muy intenso.

Un par de horas después de haberte visto ganar y celebrar este Dakar, me apetece decirte lo importante e impresionante que ha sido para mí ver cómo has trabajado tan duro para conseguir, a tus 55 años, seguir teniendo las ganas, ilusión y motivación para enfrentarte a un desafío tan grande como es ir a ganar tu segundo Dakar. Podría contar mil anécdotas, pero ahora mismo recuerdo cuando yo me levantaba a entrenar a las 7.30 am para subirme en la bici dentro de la sauna y tu llevabas ahí ya 1 hora machacándote. U otras veces en las que nos poníamos los dos a contestar mails en el despacho y te he pillado diseñando al más mínimo detalle, el dibujo del taco de las ruedas Michelin que ibas a llevar en el Dakar.

Estas cosas, aunque en el momento me ría y te suelte algún vacile, quiero que sepas que son el mejor ejemplo de sacrifico y ganas de ganar que tanto a mí como a mis hermanas nos sirve para aplicarlo a todo en la vida.

Todo el mundo sabe que tu espectacular carrera deportiva también ha tenido momentos muy difíciles. Durante estos 8 años de sequía desde que ganaste en 2010 tu primer Dakar ha habido un poco de todo, abandonos por fiabilidad mecánica, accidentes, etc. Cualquier persona se hubiera dado por vencida, pero eres cabezota como tú solo y querías un segundo Dakar y sabías perfectamente que podías conseguirlo. Tú y yo sabemos que pocos esperaban volverte a ver celebrando otra victoria, pero los que te conocemos bien sabíamos que no hay reto que te propongas que no puedas conseguir. 

Papá, termino ya no te preocupes, sólo espero haber dejado claro la admiración que tus hijos tenemos por ti como persona y deportista, pero sobre todo decirte que como padre eres un ejemplo del que no paramos de aprender cada día.Qué ganas tengo de darte un abrazo!

Carlos

PD: Todo el mundo se pregunta si este va a ser el broche final a tu carrera y vas a colgar el casco (sabes que a mamá esa idea le hace muy feliz). Yo por mi parte te apoyaré y animaré en lo que decidas."

viernes, 19 de enero de 2018

O todos o ninguno

VIENTOS DEL PUEBLO
por Miguel Hernández

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

María

María vive en uno de los países más pobres del mundo, Malawi. Abandonó los hábitos hace algunos años y adoptó a 10 niños con los que tira para adelante. Diez.

Ahora ha conseguido levantar fondos para crear una guardería, un emprendimiento suyo.

María es una fuerza de la naturaleza. En octubre pasado fue operada de los ojos en Sudáfrica y vuelve a la carga. No vuelve, continúa, porque con diez niños a cuestas ya me dirás.

En este decrépito continente europeo además de egoísmos sin límite y ombliguismos recurrentes, -mi obra, mis proyectos, yo, yo y por último yo- solo se oyen quejas. No puedo hacer esto, nadie me echa una mano, no doy abasto. Gilipolleces de niños malcriados. Hemorroides en el alma.

Gente angustiada porque se acercan las fiestas, porque ya estamos en fiestas, porque se han acabado las putas fiestas y empieza la cuesta de enero, el Blue Monday, las rebajas de El Corte Inglés. Los ponía a cavar una zanja hasta Vladivostok. El vodka me lo bebo yo.

Nadie se pregunta qué puede hacer uno por el país, por su gente. Cómo se logra que no haya soledad. Hasta aquellos con fuerza e ideales la desperdician en guerras donde no es amor la empresa. Guerras para desunir, para separar, para ser más débiles si cabe. La República es un ideal para todos los españoles, no para una minoría de privilegiados. En una República Española cabemos todos. Hasta la familia real. Seguro que descubren un montón de cosas que pueden hacer en un mundo en el que no haya españoles con la Flor de Lis. Hay muchísimos sellos por catalogar después de lo de Afinsa.

Es como si la realidad nos debiera algo, por ser quienes somos. Nada menos...

Pues yo te diré lo que somos. Un putísimo pedo cósmico. De nosotros no quedarán ni las risas que provocamos en cuanto doblamos la esquina. Nada de nada. Cero absoluto.

En la Gran Bretaña -ese prodigio de solidaridad europea- acaban de crear una Secretaría de Estado de la Soledad. Luego será ministerio y, finalmente, terminará siendo la única prioridad gubernamental. He ahí el destino de Europa: vivir solo, no hacer nada por nadie y cagar fuego solo, pegado a una repugnante pantalla. Con dinero por gastar en la cuenta corriente.

Tres Marías situadas en puntos estratégicos de la antaño pujante Vieja Dama y llegábamos a Marte el año que viene.

Hay gente que merece el título de ser humano. María de Malawi es un ser humano con todas las letras. Una diosa.

Esa es mi gente. ¡A África, avante a toda señor Rasskin!


miércoles, 17 de enero de 2018

54

Un día como hoy de 1964 mis padres contrajeron matrimonio. Cuando cumplieron 50 años de casados escribí esto

50 años no es nada

Vaya como homenaje a todos los que se quieren y, a pesar de los pesares, siguen firmes al timón. En el enloquecido mundo de hoy todo invita a la disgregación. Para estar juntos durante tanto tiempo hace falta una generosidad suprema.

Y tengo para mí que la parte que cede es siempre la más inteligente.

Ole, ole y reole mis viejos.

Y ole yo mismo! Contemplando las fotos del cincuenta aniversario queda meridianamente claro, sin ambages, que siendo bebé era mucho más guapo que Paul Newman.

Después... qué importa el después.

domingo, 14 de enero de 2018

Tango negro

Juan Carlos Cáceres es una interesante figura del tango y la murga contemporánea. Pintor y músico, Cáceres vivió en París desde 1968.

Además de música, sus espectáculos incluían charlas, una concienzuda explicación sobre cada una de sus composiciones y de la historia del tango, al tiempo que solía exponer sus cuadros...


Por si esto fuera poco, en ocasiones Cáceres obsequiaba a la audiencia alfajores caseros de dulce de leche. Una fiesta.


He aquí "Tango negro", un milongón que invita a bailar hasta solo. De una época anterior a la Guardia Vieja, cuando el tango era sabroso, negro, hasta diríase cuasi "cubano" y se llamaba tangó. 


Después se agringó.

lunes, 8 de enero de 2018

We can work it out

Un día como hoy de 1966 este tema de The Beatles llegaba al número uno de las listas. Para arrancar este año 18 con onda Liverpool. Va por Raúl y Fausto, mis viejos camaradas de aventuras. ¡A por él!

viernes, 5 de enero de 2018

Mijáilova

A comienzos de 1943, Irina Mijáilova tenía 17 años. Junto a cientos de miles de compatriotas suyos combatió a las tropas nazis en Stalingrado, la batalla que supuso el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial, aquella cuyos movimientos tácticos repasó Adolf Hitler en los últimos días del Reich, enterrado en vida en el búnker de la Cancillería. Convertido en un espectro irreconocible, el Führer nunca llegó a entender qué había hecho mal, cómo fue posible que perdiera de aquella manera. Que lo perdiera todo.

Irina hizo gala de un valor sin igual. Participó en la maniobra de tenaza del genial mariscal Zhúkov, héroe de la Unión Soviética, que aisló al Sexto Ejército de von Paulus y selló su destrucción definitiva.

Y con solo 17 años se batió en las calles de su ciudad natal hasta el mismísimo 2 de febrero en que las tropas alemanas se rindieron al Ejército Rojo.

En una filmación rusa de la época Irina aparece resplandeciente después de largos meses de destrucción brutal. Mira a la cámara con su rostro prematuramente curtido por el sufrimiento y declara: "estamos llorando todos, vitoreando y disparando al aire. Hemos organizado una especie de inmensos fuegos artificiales disparando todo tipo de cañones, pistolas, ametralladoras, bengalas, ¡hasta Katyushas...! No podemos parar de abrazarnos. Los supervivientes nos besamos y lloramos de alegría. ¡Sí, de alegría!".

Diez mil soldados alemanes permanecieron escondidos entre las ruinas tras la firma de la capitulación de su comandante en jefe. Hasta los primeros días de marzo de 1943 hubo disparos de los más fanáticos, solo SS y ningún aliado de los nazis.

El 14 de febrero por la noche Irina asistió a una proyección de cine con su batallón. Una bala de un desesperado francotirador le acertó en la espalda y puso fin a su breve y valerosa vida.

Irina Mijáilova murió para que millones vivieran. Yo soy uno de sus hijos. Uno más.



miércoles, 3 de enero de 2018

2018

Los avances en Inteligencia Artificial (IA) resultan asombrosos. Para los que crean que los escenarios futuristas planteados por la ciencia ficción están lejos aún, tenemos el caso de AlphaZero, una plataforma de IA creada por Google DeepMind.

Lo interesante de AlphaZero es que, partiendo de cero, se le proporcionaron las reglas básicas del ajedrez y la máquina se convirtió en experta en aproximadamente cuatro horas. Al final del día era una campeona de primer nivel. También se le enseñaron las reglas del Go y del Shogi, con resultados espectaculares en ambos casos.

La máquina aprendió POR SÍ SOLA, sin intervención humana.

Parece ser una simple cuestión de tiempo que las máquinas aprendan a hacer todo lo que sabemos hacer los seres humanos. Bien.

El sentido último del ajedrez es ganar la partida. Si la máquina gana todas las veces, ¿qué sentido tiene el juego en sí? De hecho, ¿qué sentido tiene dedicar la vida a algo que una máquina hace mejor?

¿A qué distancia estamos de programar la emoción, aquello que nos conmueve? El error aleatorio pleno de significado.

La IA nos pone en nuestro sitio. Lo que consideramos muy complejo no es más que la consecuencia de nuestra incapacidad. Seguimos la misma senda de Copérnico, Einstein, Freud... la imagen del ser humano en el centro del mundo cada vez más lejos. Ya lo dijo Blaise Pascal: "El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante".

¿Hemos de redefinir qué significa "pensante"?

Todo parece indicar que estamos en camino de una Humanidad 2.0 (esta idea se la robo a mi hijo Iván). ¿A la hora de escribir novelas las máquinas del futuro se robarán ideas entre sí como hacemos los simples humanos?

Mientras no creen robots cantores de tango y cyborgs que bailen al son de Pugliese como los dioses estamos a salvo. Ahora que lo pienso... ¡ya están aquí!

Asistidos por la inteligencia artificial podremos conquistar el espacio y resolver enigmas que ahora se nos antojan imposibles. Avances insospechados en medicina, energía, megaestructuras.

El futuro ha dejado de ser una entelequia difusa. El futuro es ahora.

Voy a prepararme un buen guiso de cuchara que todo esto me da muchísima hambre.