miércoles, 28 de diciembre de 2016

Malena

Acaba el año. Que 2017 traiga buenos vientos. Va esta versión de Malena para todos ustedes/vosotros, con todo el cariño.

sábado, 3 de diciembre de 2016

USA

Los Estados Unidos de América... un país peculiar. Tan admirado como odiado en el mundo entero. Tierra de grandes logros, modelo de emancipación de las Américas, última reserva militar del mundo libre tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial.

País del jazz, del rock'n'roll, de los recursos ilimitados invertidos en ciencia y conocimiento. Tierra también de acogida para millones de personas en busca de una oportunidad para mejorar sus vidas.

Y ahora, Trump.

Un engendro que dice barbaridades sin despeinar la mofeta que se quedó a vivir en su cráneo, lugar donde debería haber un apéndice llamado cerebro. Cuanto mayores son las dimensiones de sus imbecilidades mayor efecto causan en el "hombre blanco", que lo aupó a una inesperada victoria.

Trump nos demuestra que un nuevo Hitler u otro Pol Pot son totalmente factibles. No hemos avanzado nada. Antes al contrario: vamos para atrás.

Por un lado tenemos propuestas populistas con recetas mágicas y programas inspirados en el marxismo-leninismo. El mundo era bastante distinto en 1848, año del Manifiesto Comunista. El nivel de explotación era infame y la población mundial apenas alcanzaba los 1.250 millones de habitantes. Hoy vamos camino de los 8.000 millones ...and counting.

Lo realmente notable de las recetas que pretenden volver a vender la idea del socialismo real como una alternativa viable es que ignoran de la ecuación todo aquello que no les interesa contar. Total, se trata de datos menores, como puede ser el caso del colapso de Unión Soviética, del bloque del este en su conjunto y la posterior huida masiva de gente hacia Occidente. No hay más que hablar con rumanos, rusos, polacos, checos.... no parecen excesivamente nostálgicos.

Good Bye Lenin. Una película entrañable, sensible.

El problema del "hombre nuevo", del reparto "igualitario", de la "nueva sociedad" queda en entredicho cuando se establece un partido único que controla el poder con mano de hierro. Algunos son "algo" más iguales que otros. Si perteneces al partido... todo bien.

Circula por YouTube un vídeo de Gorbachov en los albores del desastre intentando convencer a la gente en un mercado de Moscú. "No... los lituanos se quieren quedar con nosotros". Sí, claro. Desde 1941. Por eso hicieron la guerra al lado de los nazis. El number one de la URSS intenta razonar con los camaradas ciudadanos, mientras los anaqueles vacíos del mercado claman al cielo. En términos reales, el sistema socialista no logra responder a las necesidades de una sociedad compleja. Hay mierda y no alcanza para todos.

Eso no quiere decir que no responda a una necesidad histórica y que gran parte de sus presupuestos filosóficos sean justos. Marx es filósofo, no economista. Personalmente, pienso que hay que seguir profundizando en esas ideas, porque el mundo merece un reparto mejor de la riqueza que el que tenemos ahora, pero no por ello se debe obviar una autocrítica feroz a todo lo que no ha funcionado en los planteamientos de izquierda. Hay que volver al punto de partida, no se pueden plantear recetas de partido único, de revolución que generará una nueva casta de privilegiados y condenará a la inmensa mayoría de la población a la carestía y al trabajo en negro para malvivir. Es como un planteamiento inquisitorial pero al revés.

Fidel, otrora un referente de la esperanza en América Latina. Un peso pesado. ¿Más de 50 años en el poder? ¿El poder lo hereda el hermano así por las buenas? ¿Hace falta decir más?

Por desgracia, el capitalismo parece resultar mucho más afín a la naturaleza humana. El ser humano no parece contentarse con que todo el mundo tenga un techo, sino que prefiere tener una casa que podría albergar a 100 personas para él solo. Es egoísta y despiadado. ¿Compartir...? ¿Compartir qué? ¿Por qué?

Y del otro lado qué tenemos... Tenemos a Trump, a Marine Le Pen, a la cruzada del Brexit, el gobierno húngaro, Austria y sus elecciones repetidas.

Una ultraderecha grotesca, con mensajes de odio y desprecio a lo conseguido en décadas de esfuerzo conjunto para no matarnos en las esquinas como en la Alemania posterior a Versalles.

Expulsar gente por millones, eliminar el Obamacare, construir un muro a lo largo de la frontera mexicana, replantear la OTAN de cero, hablar con Taiwán e irritar a China. Aún no ha asumido la presidencia y Donald Trump se comporta como el pato criollo: cada paso, una cagada.

Estamos en 2016. Hace cien años, la mejor juventud europea regaba con su sangre los campos de Francia. Una carnicería donde la mayor parte de los muertos en combate ni siquiera vio venir al enemigo. Morían despedazados por los obuses que caían inclementes sobre trincheras húmedas y oscuras. Casi 10 millones de muertos en el primer conflicto a escala planetaria, que tuvo su continuidad en la Segunda Guerra Mundial, que habría de superar con creces la crueldad y la monstruosidad de los crímenes.

La vida en la Tierra depende de un equilibrio muy ajustado. No solo en términos físicos.

Otra vez lo peor del ser humano, los gritos, la estupidez, la intolerancia, el odio, cobran protagonismo y pasan a primer plano.

No aprendemos.




viernes, 11 de noviembre de 2016

So long, Leonard

Mi irredenta naturaleza insomne me ha permitido conocer la noticia mientras mis amigos dormían. Te fuiste a los 82, como mi abuelo Lázaro.

Te dio tiempo a tener una vida maravillosa, a tener amores, a hacer una obra digna de permanecer entre nosotros. Fuiste feliz, intuyo.

Habría que preguntarse a qué juegan los dioses (así, en plural griego, para que la cuota de responsabilidad divina quede bien repartida) llevándote a ti y dejando al flamante presidente de USA, home of the "brave".

El mes de agosto pasado te despediste de tu amor de juventud. Con elegancia -no conozco a otra persona tan elegante sobre un escenario-, con dulzura.

“Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía. Ya sabes que siempre te he amado por tu belleza y tu sabiduría pero no necesito extenderme sobre eso ya que tú lo sabes todo. Solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Todo el amor, te veré por el camino.”

Ahora son inmortales. En Hidra. Los dos. La sabiduría de los que se aman es el fruto más intenso del Árbol de la Vida.

En cuanto a nosotros... sí. Primero hemos de tomar Manhattan. Más tarde, Berlín.






viernes, 4 de noviembre de 2016

Noviembre

Lentamente el año camina hacia su fin. Este extraño año 16 de dos otoños. Ahora llueve mientras Pablo duerme tranquilamente. Me gusta velar su sueño. Creo que nací para ser guardián entre el centeno.

Volví a casa, incluso tuve la fantasía de instalarme por un tiempo. Encontré hermanos agigantados, abrazos inabarcables. Gente que da su corazón sin pedir nada a cambio. También encontré espectros. Gente que quise mucho y ahora no sé más quién es. Me congelaron el aliento.

Buenos Aires, Argentina. El norte. El sueño de la razón... ya se sabe.

El tango que no cesa. Cinco de la mañana en Ezeiza. Solo. No me acostumbro a viajar solo. No es para mí. Qué sentido tiene el descubrimiento, el asombro fugaz, si no se comparte. Qué sentido tiene la vida entera si no se comparte.

Ojos ávidos de horizontes, de mares lejanos, de mapas incompletos. Los Cuarenta Rugientes. Yo estuve ahí. Doblé el Cabo de Hornos también. Solo uno sabe las esquinas por las que pasó, los desiertos que atravesó: al final del camino está uno mismo sentado. Esperando.

Noviembre boreal. La lluvia cae lenta, fría, las calles cubiertas de hojas, pero no como en Buenos Aires. Los cafés europeos invitan a filosofar frente a un té. Qué cosa tan extraña es la amistad. Es Buenos Aires, por eso digo tu nombre, como un conjuro, una invocación. ¿Qué estrella fuiste a buscar?

Noche de tango. ¿Hoy no vas a milonguear...? No. Hoy me quedo contemplando el fuego, escuchando al Polaco, bebiendo un ribera a sorbos lentos, hablándote en susurros.

Aunque no estés.


domingo, 30 de octubre de 2016

Dos puntas tiene el camino


Iván y Abel Rasskin. Mi hijo mayor y mi señor padre. Otoño en Madrid. Décadas, lustros, tazas de té contigo. Qué extraña sensación de viaje, tantos trabajos, tantos días para regresar al comienzo.

Vuelvo al sur.

jueves, 27 de octubre de 2016

Amor de tarde

Un poema del viejo y querido Mario Benedetti.


Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

viernes, 21 de octubre de 2016

Valdez - número 0

Fausto Martín es un excelente pintor y dibujante. También es mi amigo. Fue la primera persona que conocí en España, en un colegio público donde había una estufa que no calentaba ni a Dios. Hicimos amistad al instante. Fueron las canciones de los Beatles las que nos permitieron volar en aquella lejana transición, una España aún gris donde no estaba claro de qué lado caería la moneda.
Valdez nos ha vuelto a unir. Alguien todavía joven pero cansado, porque antaño soñó mucho día y noche.
Hoy publicamos el número 0 de Valdez. Las imágenes corren a cargo de Fausto Martín, los textos pertenecen al "ruso", Martín Rasskin.
Va por ustedes.


Vivo para la milonga y mi vida es un carrusel permanente de sombras que trajo el tango. Mujeres rotas por dentro, profundamente solas, heridas en lo más íntimo. Que se visten para matar y se quiebran como si fueran niñas. Que te abrazan como si el último tren ya hubiera partido. Ninguna relación dura más allá de unas semanas. A veces ni eso. Es como intentar amar en un campo de concentración. Tal vez lo llevo conmigo a todas partes.
No sé si soy capaz de amar.
Aléjate de mí... Terminaría haciéndote daño.


© Fausto Martín & Martín Rasskin, 2016

jueves, 13 de octubre de 2016

Bob Dylan gana el Nobel de literatura

Gran noticia para la poesía y la música. Bob Dylan es un artista único.

¡Mazel Tov, Robert Zimmerman!

miércoles, 12 de octubre de 2016

¡Tierra!

En esta madrugada del Día de la Hispanidad o del Día del Comienzo del Genocidio, según se mire, creo haber descubierto el secreto básico del misterio de la Creación.

Dos grandes fuerzas gobiernan al ser humano: la imbecilidad congénita y la locura. Somos todos producto de una serie infinita de apareamientos endogámicos.

Adán y Eva tuvieron dos hijos varones. Y después ¿qué?

Se trata del efecto "Borbón". Nadie escapa al origen incestuoso de esta criatura ridícula, vehemente. Un cerdo largo. El canibalismo se acabó no por culpa del progreso moral, sino por simple indigestión.

El otro gran vector es la locura agresiva, que nos hizo descender de los árboles y cazar animales que nos superan en tamaño y están mucho mejor diseñados que nosotros para matar. Nos convertimos en criaturas sedientas de sangre y a fe mía que somos los amos en ese terreno.

La evolución es absurda. Al ser bípedos implumes dejamos nuestros genitales indefensos. La columna se somete a una presión insoportable... en fin.

Si el balance es correcto, la combinación de imbecilidad congénita y locura agresiva genera un Mozart o un Einstein. Cabría formular la hipótesis de un tercer elemento, un factor indeterminado, un catalizador que transforma la locura en belleza. El factor Van Gogh. Tal vez una combinación secreta y no reproducible en laboratorio de soledad infinita, abandono, sed de amar.

Si por el contrario la balanza se inclina hacia el lado equivocado, surgen Donald Trump, Hitler o Galtieri. La televisión y los objetos que la pueblan constituye un ejemplo de manual. Imbecilidad químicamente pura.

Amebas estúpidas embutidas en un armazón que las mantiene erguidas. Que harán daño a sus propios vástagos. Que necesitan poder y sensación de dominio sobre algo o alguien de forma agónica, de ahí esos seres añosos torturando aterrorizadas mascotas: sus hijos ya no se dejan. Que se golpean el pecho como los inermes simios que continúan siendo. Un asco de criatura. Que solo se siente bien en la medida en que otros se sienten mal.

Y sin embargo, en ese mismo mundo estás vos, Occhi Verdi. De ritos olvidados y mares en calma. Manos como gotas de lluvia. Saltos de ángel.

Ricomincio da tre!

lunes, 3 de octubre de 2016

Crónicas

K llegó a España escondido en un camión de la basura. Tenía 11 años y estaba drogado con disolvente para soportar el viaje. Ahora roba en las calles de Barcelona.

El Mar Mediterráneo se traga gente todos los días. El número de cadáveres de niños es incontable. También hay gente que usa el Mediterráneo para irse de crucero. A veces se cruzan con alguna balsa de desesperados.

Los pijos de izquierdas están preocupados porque no encuentran billetes disponibles para el próximo puente. Viven en sus putas casas de lujo, tienen esclavos como corresponde y se dicen de izquierdas.

Tienen "conciencia social". Hasta votan a la izquierda "radical". Me recontracago en sus almas, caso de tenerlas.

El día en que la furia de los Espartacos nos alcance a todos, esta mierda de planeta, repleta hasta los topes de hipócritas y egocéntricos, se saldrá de su órbita.

Hace falta un Strelnikov. Un millón de Strelnikovs.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Autoayuda

El truco para ganar en este mundo de trileros es relativamente simple y está al alcance de todos. Se trata de parecer bastante más tonto de lo que en realidad se es. El problema de partida es que eso aparentemente tan sencillo -al igual que ocurre con todo aquello que es estructuralmente simple-, requiere una inteligencia superior.

Una paradoja digna de Zenón de Elea.

Bienaventurados los presuntos tontos, porque no dejarán títere con cabeza.

Dualidad

El poderoso cerebro de Karl Marx no pudo prever la evolución de la economía de mercado. Finalmente, las contradicciones internas del capitalismo no habrían de destruirlo. No. El sistema mutó y se adaptó.

Vivimos en un sistema dual. Socialismo para los ricos (si yo pierdo la cuenta la pagamos entre todos) y capitalismo salvaje para el resto de la población.

Un mundo. Dos sistemas.

A ver qué inventan cuando explote la próxima burbuja.


martes, 20 de septiembre de 2016

Uruguayos

Un uruguayo es como un porteño sin ocho tazas de café.

martes, 13 de septiembre de 2016

Qué hay de lo mío

Vamos camino de un año sin gobierno y aquí no pasa nada. Resulta notable la falta de generosidad y de altura de miras de nuestros políticos. ¿Un gobierno de concentración nacional? ¿Para qué? Es mucho mejor ladrar.

Antón, Antón Pirulero
Cada cual, cada cual que atienda a su juego.

Da igual que el país comience a acusar los efectos de la parálisis institucional o que la coyuntura internacional siga siendo extremadamente delicada. Solo han transcurrido dos meses y medio del Brexit, ese hermoso cisne negro con el que nadie contaba. Aún no hemos podido calibrar los efectos que esto puede tener en la continuidad del proyecto europeo. No sabemos qué puede desencadenar.

Y en semejante tesitura, por no hablar de un Trump a los mandos de la nave Enterprise, ni siquiera podemos elaborar los presupuestos…

Es igual. A botellazo limpio. Como bien dice Loquillo… ¿para qué dialogar si podemos resolverlo a hostias?

El nuevo escenario político, que modifica las reglas del bipartidismo que venía alternándose desde la recuperación de la democracia, ha dejado a todos los actores en posición de fuera de juego.
Izquierdas, derechas… odios sarracenos desde la noche de los tiempos. Imposibilidad de alcanzar un acuerdo de mínimos. Guerras civiles frías. Las dos Españas más los pescadores a río revuelto.

Ya lo dijo un iluminado de postín mientras los aliados arrasaban su amado Berlín: “Podemos hundirnos, pero nos llevaremos un mundo con nosotros”.

Miserables.

viernes, 9 de septiembre de 2016

La máquina

Llevo una temporada con ciertos problemas para dormir. La máquina se empeña en salir a volar, recorrer las playas de infancia, visitar viejos amores, diluirse en la emoción de un abrazo.

Allá lejos y hace tiempo. Colectivos, abuelos, Miramar, la escuela de Sacco, la primera vez que escuché una guitarra, Manuel cantando en A Coruña, los viajes, los sueños desaforados, vos.

El tango, que me rescató de mí mismo en el terrible verano de 1978. Andando solo por un Madrid en llamas.

Por más que busco no encuentro, no localizo el interruptor. No logro apagar la cabeza.

lunes, 8 de agosto de 2016

Un hombre tan valeroso

La música latinoamericana, es decir, nuestra, no cantada por niñatos con cara de cervatillo, sino por los nuestros, indios, negros, mestizos, gitanos, judíos, gallegos, tanos del sur, la maravillosa mezcla que supone la América que habla español, la contracara del retrasado mental que aspira a la presidencia de los Estados Unidos y que tiene un gato apestoso en la cabeza.

De la música folclórica de nuestra América, de una riqueza apabullante, la música venezolana atesora joyas de valor incalculable. Esos contrarritmos con el cuatro invitan a galopar hacia el horizonte y a liarse a tiros hasta enterrarlas bien profundo. Serpientes de mar!

Montilla vive en cada latinoamericano con entrañas.




domingo, 31 de julio de 2016

Cruzo los dedos

Tendremos una casa sin puertas ni ventanas. Solo jardín.
Lavanda, romero, rosas.
Los amigos vendrán para quedarse.
Amor y música en la despensa.

Todos los tangos del mundo.

jueves, 28 de julio de 2016

Cazando Podemons

Madrid. Julio. 40 grados a la sombra. Cazando huevadas virtuales en plena solana. Cautivo y desarmado el cerebro humano... Tanto investigar fuentes de energía alternativas cuando tenemos esto. Inagotable y renovable. Como un cubo.


martes, 26 de julio de 2016

Apocalipsis

¿Cómo es posible que mi guitarra viva en el mismo mundo que Donald Trump o Vladimir Putin?

Retrocederemos cincuenta, cien años.

lunes, 25 de julio de 2016

La voz de Dios

Afirma el maestro Barenboim que ante Mozart somos todos iguales. Nada más cierto.

martes, 21 de junio de 2016

Laburo

Como comenta Rosa Regás, una persona que me cae bien desde siempre, el trabajo es algo que nos es dado para atemperar la locura y reducir el vértigo que produce el paso del tiempo. Suscribo.

Eso cuando todo va "bien". Porque la alternativa es desaparecer joven, en plena efervescencia, como tantos héroes que en el mundo han sido.

Cuesta imaginar a Aquiles, a Héctor o al mismísimo Alejandro paseando por los parques de buena mañana.

¿Gardel canoso, desdentado y doblado por el peso de la edad? Andá a cantarle a Él.

Como si el destino, el destino de héroe, pudiera elegirse libremente. Me temo que no. No obstante, si nos apetece hacer reír a Dios siempre cabe el socorrido recurso de contarle nuestros planes para el futuro. ¡Sesión continua en el Paraíso! ¡Pasen y vean!

viernes, 17 de junio de 2016

Todos nuestros barcos

Sí. Estoy sentado frente al río. Por aquí llegó mi abuelo en 1931 y aquí aprendí a nadar. Es un día de otoño, hojas secas, soledades, hermanos de Agronomía.

El Río de la Plata está sucio, como siempre. El Graf Spee seguirá durmiendo frente a Montevideo, la ciudad de Manuel. La ciudad a la que Manuel nunca regresó. Porque cuando uno se va, se va. Se va para siempre porque si volviera dejaría de respirar. Aunque ella te diga que para dormir hay que sincronizar los latidos de tu corazón con la respiración. ¿Qué hay que sincronizar? ¿La muerte de los amigos, tu propio destino, el tango que no cesa? La certeza de no verte más.

Mi avión no despega a causa de la niebla. La camarera detecta mi acento español y me pregunta en qué ciudad vivo. Sueña con viajar lejos. No es la única.

Buenos Aires es una estación espacial de paso a otros planetas. Todos están locos, todos hablan sin parar porque les han dicho que antes de subir al cohete que los sacará definitivamente de aquí es mejor mantener la boca abierta, así se mitiga el dolor del despegue. 11,2 km/s. Velocidad de escape.


Estoy muy loco, Martín. No puedo parar de hablar.

No. No lo van a hacer. No van a drenar el río porque no quieren que aparezcas. Vos y todos los demás. Se ven los veleros, se intuye la costa uruguaya. En otra vida Uruguay era "el extranjero", otro país, viajar, salir de aquí.

El tango murió hace décadas y, como vos, sueña tu regreso. Vas a volver, Martín. Están todos esperándote, la mesa preparada. Los muebles, los discos de Serrat, los libros de casa. Todos vivos y extraordinariamente jóvenes.

También yo soy Buenos Aires.

domingo, 12 de junio de 2016

Soledades

Estamos todos conectados. Mirándonos unos a otros. Hasta los árboles.

miércoles, 8 de junio de 2016

Criterio

Uno de los problemas más difíciles de resolver en esta época de interrupciones permanentes y bombardeo constante de novedades es la generación de un criterio firme. Recuerdo una canción de Franco Battiato que decía "busco un centro de gravedad permanente".

¿Cómo transmitir a las jóvenes generaciones los valores que han resistido el paso del tiempo, el amor a los libros, el cine de calidad, el pensamiento científico?

¿Cómo aprender a utilizar los recursos que ofrece Internet -virtualmente ilimitados- para "ganar tiempo" en lugar de perderlo miserablemente con fotos estúpidas, chismes, frases escritas con la ortografía de un deficiente mental, nadas varias?

Hace 30 años resultaba impensable disponer de un depósito de información tan formidable como Internet. Un depósito que no para de crecer día a día. Hoy todo el mundo publica: textos, fotos, música, lo que sea. Se ha eliminado el filtro natural que suponían las editoriales, los sellos discográficos, los críticos. Se tiran botellas al mar a medio cocer y se dan por buenas.

La formación lo es todo. La formación permanente, ya que el progreso se ha acelerado de una manera endiablada. Pero al mismo tiempo es preciso volver una y otra vez a los valores ciertos de nuestra cultura, justamente porque han sobrevivido a toda clase de circunstancias históricas y siguen diciéndonos cosas importantes.

Están ahí. Solo hay que extender la mano. Cervantes, Dostoievski, Proust, Schubert, Mahler, Schönberg, Godard, Antonioni, Erice, pero también Newton, Maxwell y Einstein, la belleza de la matemática, la elegancia del espíritu humano al explicar los misterios del universo. La necesidad de saber como parte esencial del ser.

Es preciso barajar de nuevo y cortar por lo sano. Volver a aprender qué tiene realmente importancia y qué resulta prescindible. Todo es igual a nada.

Un centro de gravedad, un criterio permanente.


lunes, 6 de junio de 2016

1905

De joven, Albert Einstein pasó un año entero haraganeando ocioso. Si no se pierde el tiempo no se llega a ningún sitio, algo que los padres de los adolescentes olvidan a menudo. Estaba en Pavía. Había vuelto con su familia tras dejar los estudios en Alemania, donde no soportaba el rigor del instituto. Era a comienzo de siglo, y en Italia se iniciaba la Revolución Industrial. Su padre, que era ingeniero, instalaba las primeras centrales eléctricas en la llanura del Po. Albert leía a Kant y a ratos perdidos asistía a clases en la Universidad de Pavía: por diversión, sin matricularse ni hacer exámenes.

Es así como se llega a ser científico en serio.

sábado, 4 de junio de 2016

El Santo Grial

En la obra de Gustav Mahler, como en muy pocos casos, la tensión destructora se expresa en un arabesco gigantesco y hermosísimo: la irrupción del "gesto poético", surgiendo del abismo más profundo y temeroso del ser humano. Para la poesía existen leyes supremas. Sin duda.

viernes, 13 de mayo de 2016

Paredón

El viento patagónico corre por los valles hacia el mar. Corre loco, agitado. No duerme. Como sus habitantes. Tierras desiertas, rufianes, tahúres, escoria de toda condición. La muerte también. Me fui de mí mismo. Nadie vino a buscarme. Vi el miedo en sus ojos, me endurecí. Viajé por páramos más tristes que los del país de Gales. Buque de exiliados queriendo volver. A Europa, a los cafés de las ciudades. A Madrid, al sur de Italia. Volver a qué. Están todos muertos. Manuel también.

jueves, 5 de mayo de 2016

Más rante y canero

Si la autoridad competente tiene a bien no interponer recurso contencioso administrativo, Rufianes melancólicos son Mauricio Vuoto, piano y arreglos y Martín Rasskin, voz.

►♫ Corrientes y Esmeralda - Rufianes Melancólicos

Va para todos ustedes este tangazo que invita a sacarle viruta al piso hasta el amanecer.

Ilustración de Abel Rasskin.

domingo, 1 de mayo de 2016

Queremos tanto a Aretha


Luchi vive, carajo!


sábado, 30 de abril de 2016

Aretha

Hoy es el día del jazz. El filósofo Theodor Adorno declaró que el jazz "era una música menor". Julio Cortázar bautizó a su gato con el nombre de "Adorno".

Acabo de ver a Aretha Franklin cantar y tocar el piano en la Casa Blanca. Qué maravillosa es esta mujer. Hace poco volvimos a ver con Pablo la película de culto (al menos para mí) Blues Brothers, donde Aretha sale en plena forma cantando "Respect".

Hay algo en ella profundamente auténtico, bello e inefable. La voz de alguien que viene del sufrimiento, de los esclavos que levantaron el país que hoy domina el mundo. Una artista fabulosa, única.

Me voy a beber un ribera mientras la vuelvo a escuchar.


La colina de las musas

Me gustan los alfabetos, las declinaciones, los modos y los tiempos verbales, la sintaxis, los aspectos, todas aquellas combinaciones con las que, en cualquier lugar de la tierra, los hombres se las ingenian para romper su soledad y tomar posesión del mundo.

miércoles, 27 de abril de 2016

Di Sarli

Para bailar tango los entendidos suelen hablar de D'Arienzo, el "rey de compás". Como sucede en el flamenco, obviamente a la hora de bailar el compás resulta esencial. Ahí va otra recomendación, compartida con mi compadre Mauricio Vuoto que tiene mucha más experiencia que el que suscribe en el mundo de la milonga: Di Sarli.

Canela fina.


jueves, 21 de abril de 2016

Capitanes

Según refieren los marinos experimentados, hay dos clases de capitanes que navegan por las traicioneras aguas del norte de Australia.

Los que han encallado en la Gran Barrera de Coral... y los que lo harán en el futuro.

domingo, 17 de abril de 2016

Galimatías

Supongo que no hay nada que entender. Cuando de verdad queremos a una persona hay que aceptar la parte de misterio que hay en ella. Porque por eso mismo la queremos. O simplemente no sabemos lo que queremos.

Ahí está.

sábado, 16 de abril de 2016

Mi vida en Lisboa

Alfama

Caminé esas calles. Vi el corazón de la ciudad blanca, los barcos hacia ninguna parte, los espectros. Tranvías amarillos. También dejaron su estela en mi alma.

domingo, 10 de abril de 2016

Barrio

Mi infancia son recuerdos de calles sin pavimentar y una pésima iluminación, lo cual favorecía el amor y la delincuencia a partes iguales.

viernes, 8 de abril de 2016

Susana Gutman

Ayer asistí a una conferencia magnífica sobre Maimónides pronunciada por la profesora Susana Gutman. Fue un momento mágico. Con voz suave, estudiadas pausas y una declamación propia de quien fue actriz en otra vida, Gutman transportó a un extasiado auditorio por las tortuosas calles de una Córdoba que ocupó un lugar central en el mundo medieval. La ciudad de las maravillas mientras Europa vivía la noche oscura del alma.

"Es preferible el olor de la tinta de los sabios a la sangre de los mártires"... La edad de oro del Islam. Un faro de conocimiento que iluminaba el mundo y, en el centro de ese universo, Córdoba. Una urbe de más de 200.000 habitantes y una biblioteca que competía en esplendor con la de Alejandría.

Gracias al ímpetu de Córdoba el saber griego clásico y los conocimientos del periodo helenístico no se perdieron. Los presocráticos, Platón y Aristóteles, Epicuro, Zenón de Citio. Pero también Eratóstenes y Ptolomeo. Sin el esfuerzo de traducción e interpretación se habría roto el nexo con el mundo antiguo.

En ese ámbito se desarrolló la obra de Moshe ben Maimon o Mūsā ibn Maymūn, también conocido como Rambam (Rabbeinu Moshe Ben Maimon). Maimónides fue un verdadero erudito de su tiempo y su influencia se proyecta durante siglos, alcanzando la actualidad.

En el pensamiento judío resulta especialmente destacable la "lucha con Dios", la necesidad de encontrar una explicación racional a la existencia, al bien y al mal, así como a la intervención divina en la historia. De ahí el Talmud, los comentarios a los escritos sagrados realizados por grandes pensadores del judaísmo.

Racionalidad y fe. La necesidad de creer y la evidencia científica. Un Dios que interviene en determinados momentos y en otros guarda silencio. La influencia de Aristóteles, el príncipe de los ingenios del mundo clásico. Y un soldado universal como Alejandro Magno que tiene al Estagirita como mentor. Exactamente igual que los políticos de hoy en día.

La Mishnah Torah, una compilación de todas las opiniones normativas de la ley judía, el gran legado de Maimónides.

Su día a día. Médico, astrónomo, matemático, filósofo. En un tiempo en el que el saber no estaba compartimentado y aislado. Sartre habla del "Autodidacto", que estudiaba solo y había comenzado por la letra A del diccionario, sabiendo quién era Artemisa pero desconociendo quién era Zeus.

Científicos como Bertrand Russell o Albert Einstein encarnan este ideal de conocimiento enciclopédico donde nada humano resulta ajeno.

Susana Gutman nos transportó a un mundo perdido que aún late con fuerza. El élan vital del que hablaba Henri Bergson. Ese impulso luminoso brilla con especial intensidad en Maimónides, cuya obra refleja los avatares de una vida errante. Como tantos judíos a lo largo de la historia. Queriendo pertenecer.

Y lo hizo con especial serenidad. Casi en un susurro, como agua que fluye en un sombreado jardín de Córdoba. La luz del genio humano sobreponiéndose a todas las adversidades del viaje. Dando la mano a los que vendrán, a los que descubrirán las maravillas de este mundo una y otra vez. Tal vez en la repetición del asombro duerma escondido el sentido último. Aquello que la razón roza pero no llega a aprehender y el arte no comprende pero es capaz de evocar.

Por cierto, yo no habría experimentado asombro alguno sin ella. Susana Gutman es mi madre. Sin su gelatina de frambuesa y su tarta de chocolate me quedo en nada.












jueves, 31 de marzo de 2016

Del arte

Mi padre, el pintor y escultor Abel Rasskin, inaugura esta tarde una exposición magnífica. Papá siempre creyó en el poder redentor del arte, no solo para curar almas, sino para trascender, para acercarse a un mundo onírico anterior a nosotros mismos.

Hay componentes comunes en el sentimiento religioso y el arte. En este último no cabe encontrar la sed de control de las conciencias. El arte es una parcela de libertad única, todo puede decirse, todo puede representarse. No hay necesidad de ser políticamente correcto. Es la contracara del dictatum religioso.

1978. Recién llegados. Papá me invita a acompañarle a una inauguración en Zaragoza. Fiesta. Falto al colegio. Viajamos de noche en un coche absurdo y en medio del camino se apagan las luces. Sobrevivimos de milagro. Nos para la Guardia Civil a la altura de Ariza. El funcionario revisa nuestra documentación... ¡Ah... la Panamericana! dice. Sí, de allí venimos. De Panamérica. Ojalá fuese así, otro gallo nos cantaría.

La exposición se hace en una galería del centro de la ciudad. Tras aquel viaje siempre me sentí extrañamente bien en Zaragoza. No solo la ciudad, sino su gente, recia y con un humor contagioso. El único nombre de ciudad que se acentúa en todas las sílabas. ¡Zá-rá-gó-zá! Gracias a Olga Manzano y Manuel Picón, coincidiría años después con Labordeta, "el abuelo" como le llamaban en su terruño. Una persona mágica, un maestro.

La galería se llama "Libros" y comparte espacio con una librería del mismo nombre. Mucho más tarde, mis hijos dormidos en el coche y transitando caminos infernales, descubriría por casualidad que existe un pueblo turolense llamado Libros.

Llegamos. Nos atiende el dueño. Lo recuerdo como un tipo simpático. Con un marcado acento aragonés oigo que le comenta a mi padre que se ha vendido un trabajo. Mi progenitor guarda la compostura.

En cuanto se marcha, nos damos un abrazo de oso ruso. Como el que se dieron las tropas del Ejército Rojo cuando cerraron el cerco de Stalingrado. ¡Una venta...! Como decía el viejo Manuel, ¡este mes comemos con aceite! Vender un cuadro, que te paguen por dar un concierto, todo eso siempre tiene un halo mágico. ¿Cobrar por desnudar el alma...? Qué extraño. Se cobra por vender algo que la gente necesita imperiosamente. Con plusvalías. Una casa, por ejemplo. La compras a X y la vendes a X + Y. Le aplicas un beneficio industrial. Y eso está bien visto. O bien, en tiempos de penuria, si acaparas penicilina como en el Tercer Hombre y la vendes multiplicando su precio de compra por 100 o 500 también está bien. Eres un emprendedor. Dinamizas la economía. Si tienes jornaleros en el valle del Guadalquivir en pleno año 2016 y les pagas 2,5 euros la hora eres un tío cojonudo. Viste una oportunidad en el hambre de unos desgraciados y la aprovechaste. Eres el más listo de la clase. Nadie te dirá nada, porque aunque eres un hijo de la gran puta, lo tuyo es legal. Pero el arte.... ¿a quién le interesa el arte en este mundo de lobotomizados pegados a una pantalla? Un mundo donde la gente desconoce o teme la realidad. ¿Para qué sirve el arte? Para nada útil, me temo. El arte incomoda. Estorba. No sea que vayas a encontrarte contigo mismo al doblar la esquina y no seas capaz de reconocerte.

Por la tarde mi yo de 13 años recién cumplidos, mucho más cerca de mí que ahora con 51, se quedó en la librería leyendo cuentos de Tolstoi. Recuerdo haber leído el cuento del mujik al que se le aparece el diablo en medio de la estepa, convenciéndole de que corra en dirección al horizonte: hasta donde logres llegar antes de que caiga el sol... toda esa tierra te daré. Y el mujik se lanza a lo loco. No puede parar de correr, quiere más y más tierra. Se vuelve ambicioso. La ambición se torna enfermedad. Al final del viaje le espera el diablo, que ha cavado un hoyo. Destrozado por la carrera, el mujik se precipita en su interior. Ante la mirada desesperada de aquel condenado, el diablo echa tierra con una pala: "Esta es toda la tierra que necesitas". Un viaje plagado de señales. Como bien dice la Biblia, qui potest capere capiat.

Papá querido, viejo compañero, hoy estaremos todos contigo. ¡Hasta vendrá Iván desde Montpellier! Junto a tu nueva travesía, tu inmenso talento y tus valores. Valores verdaderos. Permanentes. No negociables. Que no cotizan para los marchantes de almas.

Ole y reole.





martes, 29 de marzo de 2016

Tremenda gozadera


domingo, 27 de marzo de 2016

Leyva cumple años

Mi gente de La Habana está de enhorabuena. Leyva cumple años. Leyva no es un tipo cualquiera, no. Es un músico como la copa de un pino. Pero no responde al estereotipo de genio sociópata, escrutador de su propio ombligo y usador de la gente. Qué va. Leyva siempre está dispuesto a embarcarse en nuevas aventuras, sonoras y humanas. En la Escuela de San Antonio de los Baños, donde junto a su inseparable Taby -¡ya han cumplido 27 años de casados!- son profesores de la cátedra de sonido para cine desde hace añares, en su propio estudio o en cualquier esquina del mundo.

Una curiosidad insaciable y ganas de vivir, de hacer, de compartir.

Ellos inventan espacios, crean el suelo donde pisar. Como aquel loco que me presentaron en 2008 y que acababa de dar la vuelta a Cuba en su Harley Davidson. ¿Y qué vas a hacer ahora? ¿Ahora....? Me voy pa Oriente... ¿En la moto? ¿En qué si no...? Y partió con viento fresco y un pañuelo en la cabeza.

Vivir es un arte. Quemar las naves, una y otra vez, sentir que estás vivo, correr el riesgo de naufragar. Hasta el fin del mundo. En esa disciplina Leyva y Taby no solo son maestros décimotercer dan, sino que son seres humanos únicos, siempre dispuestos a armar una descarga en casa o a echar una mano a músicos anónimos del mundo.

Quien no es revolucionario a los veinte no tiene corazón. Quien lo sigue siendo a los cuarenta carece de cerebro. Eso dicen los biempensantes. No va con ellos. No han dejado que el corazón se necrose, la puta enfermedad de Occidente, con sus hemorroides en el alma de aprendiz de burgués.

Leyva es un pope, un babalao, un orisha de la sabiduría vital. Él sabe. Todo lo que vale la pena saber. La regla es muy sencilla: si Leyva no lo sabe es que no vale la pena saberlo.

Hermano del alma, ¡larga vida! Dentro de 30 años, en marzo de 2046, quiero verte recorriendo el mundo como los locos de Buena Vista. Que no se acabe nunca la madeja de LE MISME. Un abrazo eterno.







miércoles, 9 de marzo de 2016

My Funny Valentine

Dos gigantes en estado de gracia. Jim Hall a la guitarra y Bill Evans al piano. Un dúo difícil: guitarra y piano, compitiendo por el mismo espacio armónico. Sin embargo, Hall y Evans hacen que todo parezca sencillo, la sensación de espacio, el fraseo, la invención melódica. De tiempos anteriores a las maquinitas, cuando la única máquina válida era el corazón humano.

domingo, 28 de febrero de 2016

Boludín Pijín

Urdangarín: el hombre que no sabía demasiado.

sábado, 27 de febrero de 2016

Drexler

Encuentro con Jorge Drexler en una velada de guitarras, milongas, tangos y rumbas. En plena sierra de Madrid -donde viví varios años- y con una lumbre gloriosa, mientras nevaba copiosamente. De hecho, logramos salir antes de que aquello se pusiera intransitable...

De repente, recordé un viaje totalmente loco que hice con mis padres y mi hermano Diego (Iri todavía no había nacido). Recién llegados a España. Mi viejo había hecho una exposición en Valladolid y debía transportar los cuadros a Zaragoza. Total que nos fuimos los cuatro en pleno mes de febrero a Valladolid -pasando del colegio. En el camino, antes de atravesar tierras de Soria, aquello se puso más blanco que Doctor Zhivago, la furgoneta patinó y nos quedamos enterrados en la nieve. Estuvimos tirados un tiempo hasta que apareció una cuadrilla de castellanos que bien podrían haber ganado la Guerra Civil ellos solos. "A ver.... vamos a ver...", gritaban y discutían entre sí. A base de pala y hombro sacaron el vehículo y pudimos regresar a Valladolid ya que el paso estaba cerrado. Para nosotros, inconscientes, todo aquello fue una gran aventura. En Buenos Aires nevó por última vez en 1927... aún faltaban 8 años para la muerte de Gardel.

Considero al uruguayo un autor de gran talento. Un tipo fino.

Coincidimos en nuestra incondicional admiración por Chico Buarque y ambos pensamos que su "Construcción" (Construçao) es una de las mejores canciones que existen. Ahí es nada. Qué cosa tan extraña coincidir en ese tema. "Construcción" narra en tres versiones diferentes, jugando con las palabras con gran maestría, la muerte de un albañil que se precipita desde lo alto, que muere de contramano y entorpece el tráfico de un sábado. La gente prescindible, la que no le importa a nadie. En los 70-80, Olga Manzano y Manuel Picón también repararon en ese tema y hacían una versión preciosa.

Del extenso repertorio de Drexler comparto con ustedes "Memoria del cuero". Una canción que me toca especialmente y que dedico a todos los que no somos de ninguna parte y, por tanto, somos ciudadanos del mundo. Como debería ser para todos en esta nueva época de persecuciones, fronteras, refugiados, niños que se pierden en el mar e hijos de una gran puta a los que el sufrimiento humano les importa poco y nada.


jueves, 25 de febrero de 2016

Roberto Bolaño

Sobre su posición política, el escritor chileno comentaba: "no me gusta la unanimidad sacerdotal, clerical, de los comunistas. Siempre he sido de izquierda y no me iba a hacer de derechas porque no me gustaran los clérigos comunistas, entonces me hice trotskista. Lo que pasa que luego, cuando estuve entre los trotskistas, tampoco me gustó la unanimidad clerical de los trotskistas, y terminé siendo anarquista [...]. Ya en España encontré muchos anarquistas y empecé a dejar de ser anarquista. La unanimidad me jode muchísimo".

miércoles, 17 de febrero de 2016

Mejor después

Llevaba meses planeando el viaje al Festival de Cosquín. La vida familiar me tenía harto. Trabajaba todo el día sin descanso y sin perspectivas. Apenas podía pagar los gastos... Cuando acaba el mes no quedaba nada y vuelta a empezar. Esa maldita incertidumbre, inventando en el aire.

Pero me encantaba el folklore. El viejo Atahualpa, la Negra, Falú, Zitarrosa. Las zambas, las milongas, ¡las chacareras…! eran mi refugio. El tango no sé… siempre con mala onda. Ese lamento de cornudo irredento.

Todo el año me lo pasaba pensando en el momento de agarrar el coche y salir a la ruta. En casa vivíamos todos apretados: los abuelos, los hijos, el perro. Aquello era un circo. Nos queríamos todos mucho pero, de vez en cuando, era inevitable que surgieran discusiones e intercambios de pareceres por medios no convencionales. La vida familiar, usted ya me entiende...

Los abuelos vivían en una parte más o menos independiente de la casa, pero sus discusiones se oían al detalle. Una pareja que aguanta tantos años se acostumbra a comunicarse de formas que, contempladas por un extraño, resultan inexplicables.

El viejo se levantaba todos los días a las 5:30 e iba a la fábrica, donde le esperaba un gigantesco telar y un ruido infernal. Así todos los días de todos los años, todo por un sueldo miserable. Que conservara la cordura y el autocontrol después de tantos años de machaque cotidiano resultaba más que notable.

Fogones que invitan a matear… Nunca pude adaptarme a la gran ciudad. Me voy nomás.

Siempre fui un tipo bastante metódico. Había revisado el coche –un Ford A del tiempo de Upa pero que rodaba que daba gloria verlo–, llevaba el equipo de mate (fundamental), unos cuantos sándwiches y un poco de matambre. A qué más.

La mañana era fresca y bien que temblaba el lucero del alba. Después de todo iba a escuchar zambas hasta decir basta.

Subí al viejo Ford, saqué el cebador, aceleré un par de veces como me había enseñado mi viejo y arranqué. Esperé que se calentara un poco el motor y, cual Fangio ciudadano, ¡rumbo a Córdoba! Allá vamos…
No había recorrido ni cincuenta metros cuando veo por el espejo retrovisor que el abuelo sale corriendo de casa a los gritos.

—¡Me voy con vos…! Esperame…

Aflojé la marcha y esperé que se subiera.

—Dale. ¡Arrancá…!— dijo el viejo.

Aquello resultó totalmente inesperado. Años de vida ordenada. Siempre en pareja a todos lados.

—Pero Don Leizer… ¿no le va a decir nada a la abuela?

—No. Arrancá te digo.

—Se va a preocupar...

—Mirá pibe… la vida está llena de interrupciones y desgracias. Vámonos de joda mientras podamos. ¡Prefiero discutir a la vuelta!

viernes, 12 de febrero de 2016

Ezeiza

Mis recuerdos de pibe están estrechamente vinculados a Ezeiza, el aeropuerto internacional de Buenos Aires. Ni Ministro Pistarini ni inventos raros, para mí siempre será Ezeiza.

Años más tarde lo cambiaría por Barajas. Ir a recibir a alguien que venía del otro lado del mundo, alguien que se iba. Horas interminables de despedidas y abrazos. Caty, Roberto, Israel, Teresa, Raúl, Mary, Naúm, Sergio, Carlos, Margarita, Ernesto, Cata, Luis, Jaci. Olga y Manuel subiendo al avión con Tabaré. Corriendo de la mano de mi viejo por las pistas. ¡Se nos van los amigos! Allá bañados en lágrimas, como lloraban los capitanes griegos en la propia Ilíada. A este lado del charco todo para adentro. Un español nunca llora. Aprieta los dientes y mira al frente.

Pablo Iglesias se conmueve ante la gente que no cuenta para nada. Se le atragantan las palabras. Aunque solo fuera por eso, en cuanto tensión humana vale más que todos los políticos profesionales juntos. Aún no sabe que para dirigir el barco hay que ser un robot impasible, sin alma. Optar siempre por el menor de los males. Aprenderá.

El buen gobernante en nuestro mundo actual es un auxiliar administrativo de quienes sí tienen poder de decisión. Programan una máquina, esas mismas que nos permiten comunicarnos con el más allá sentimental, y desmoronan los índices bursátiles a una velocidad desconocida. Su nombre técnico es trading de alta frecuencia. Previamente se han puesto cortos... como si no supieran lo que iba a pasar. Cada punto que bajan los Nikkei, los SP, los Ibex, los Dax incrementan el nivel de dolor de quienes dependen de la gracia de los poderosos para sobrevivir. Cuando se hayan quedado con todo a precio de saldo invertirán el sentido de la marcha. En un atraco con navaja hay más nobleza.

Desde niño, personas centrales en mi vida que se fueron para siempre. Las cartas, con esa magia de letra apresurada y sintaxis corregida. Quince días de ida y quince días de vuelta. Las comunicaciones que envía el Curiosity desde Marte tardan 14 minutos en llegar a la Tierra.

Después la evolución vertiginosa de las telecomunicaciones. Las BBS, Internet, el correo electrónico, Skype, Whatsapp. Este mismo blog, que es una botella al mar y a veces arriba a costas insospechadas. Poder comunicarse de forma instantánea y gratuita con la otra cara del mundo.

Gente que aparece después de tanto tiempo. Como si hubiéramos vivido en planetas distintos. La España a la que llegué con mis padres a finales de los setenta no se parece en nada a la actual. Nos metieron en el euro sin pensar y sin preguntar. El propio proyecto del euro parece ser que no lo pensó nadie. Países que no destacan precisamente por su nivel de imbecilidad colectiva, como es el caso de Dinamarca y el Reino Unido, se mantuvieron al margen. Probadlo vosotros y luego nos contáis. Pues sí. Os contamos.

Nos vemos en dos años. Tres a lo sumo... En cuanto nos instalemos te escribimos y vemos cómo traerte. Lo primero será buscar un trabajo. Antes tengo que saber qué quiero hacer con mi vida. Te llevo conmigo, hermano. Llamame en cuanto llegues. No llorés, loco.

En los bosques de Ezeiza aprendí a andar en bicicleta. Se quedó en casa, esperándome en vano. También a vos desde el recuerdo te vuelvo a ver.


sábado, 6 de febrero de 2016

William Butler Yeats

SAILING TO BYZANTIUM

I
That is no country for old men. The young
In one another's arms, birds in the trees
-Those dying generations - at their songs,
The salmon-falls, the mackerel-crowded seas,
Fish, flesh, or fowl, commend all summer long
Whatever is begotten, born, and dies.
Caught in that sensual music all neglect
Monuments of unageing intellect.

II
An aged man is but a paltry thing,
A tattered coat upon stick, unless
Soul clap its hands and sing, and louder sing
For every tatter in its mortal dress.
Nor is there singing school but studying
Monuments of its own magnificence;
And therefore I have sailed the seas and come
To the holy city of Bizantium.

III
O sages standing in God's holy fire
As in the gold mosaic of a wall,
Come from the holy fire, perne in a gyre,
And be the singing-masters of my soul.
Consume my heart away; sick with desire
And fastened to a dying animal
It knows not what it is; and gather me
Into the artifice of eternity.

IV
Once out of nature I shall never take
My bodily form from any natural think,
But such a form as Grecian goldsmiths make
Of hammered gold and gold enamelling
To keep a drowsy Emperor awake;
Or set upon a golden bough to sing
To lords and ladies of Bizantium
Of what is past, or passing, or to come.

Profesor Neurus

El profesor Neurus era un personaje de mi infancia. Tenía un ayudante que se llamaba Pucho al que maltrataba continuamente llamándole "retonto" y lindezas por el estilo. Más o menos, como hace el jefecillo de turno con sus subalternos. A Pucho lo salvaba que era un buenazo y que tocaba el bandoneón. Recuerdo un episodio en que cantaba un tango cuya letra solo decía "este que... este que..." También tenía lo suyo.

El ser humano solo sabe librarse del estrés pasándoselo a otro. Es el límite de la evolución.

El bueno de Neurus tenía complejo de genio y gastaba aires de haber descubierto el agua tibia. Un precursor.

Con los años, he ido conociendo muchos Neurus y Neuras. Gente que está del tomate. Muy recomendable el libro que escribió mi ex-alumno y gran amigo Rodrigo Muñoz-Avia, "Psicólogos, psiquiatras y otros enfermos".

"No mires a los ojos de la gente, me dan miedo, siempre mienten...", decía Coppini, que ya se marchó.

Parejas que se dicen toda clase de barbaridades a plena luz del día, delante de todo el mundo (¿para qué mierda siguen juntos si se odian a todas luces?), hijos que tratan a sus padres como si fueran basura sin compactar, amigos instrumentales... en fin.

Qué inocente parece el lejano Neurus en comparación con los locos que andan sueltos. Este que...

Profesión

El saxofonista cubano Paquito D'Rivera era un adolescente cuando conoció a Ernesto Guevara.

—¿Vos a qué te dedicás?— preguntó el comandante.

—Soy músico— respondió Paquito.  

—No, vos no me entendés, lo que quiero decir es en qué trabajás.

jueves, 4 de febrero de 2016

Al otro lado

Tras las paredes de mi casa se ha instalado una simpática y joven pareja. Tienen un hijo pequeño que se llama Adrián, como mi sobrino.

Gracias a las excelentes calidades de construcción que nos ha dejado como legado la burbuja inmobiliaria y a la presunta sordera de mis vecinos, que hablan a gritos, oigo a la perfección todas las andanzas del bueno de Adrián.

—¿Te vas a portar bien? ¡¿Te vas a portar bien...?!— le grita repetitivamente su madre a la hora de la cena, 20:15 UTC.

No. No se va a portar bien. Nunca se va a portar bien. Perded toda esperanza, como dicen los portavoces de esta nuestra fragmentada España. Se portará mal hasta que muráis de agotamiento. Después podéis comenzar a ser amigos.

Ouija de por medio.

lunes, 1 de febrero de 2016

Luis Luchi

Descubro que llevo semanas sin escribir. Qué se yo... estas fechas de alegría oficial, la soledad, los años hijosdeunagranputa. Desde que empecé a escribir el blog no había pasado un mes completo sin apuntar nada. Bueno, ahora ya sí.

Y regresamos, pues. Como decía un nica loco que conocí en las selvas infinitas.

Para regresar, Luchi, que siempre vuelve. Tengo un recuerdo formidable de Luis Luchi, poeta porteño amigo de mi viejo, compañero de los años de plomo. De escasa estatura, bigote tanguero y caminar lento. Un corazón enorme. Excesivo. Esa clase de personas que siempre te hacen sentir bien.

Mi casa paterna era frecuentada por personajes variopintos que vivían fuera de la realidad (a saber qué carajo es la realidad...), la sonrisa pintada en la cara. Tipos pierna.

Luchi siempre estaba dispuesto a compartir sus últimos poemas. Yo era chico, pero lo admiraba y su presencia me conmovía. Viejo Luchi... ¡Luchín! como le decía mi viejo y lo abrazaba.

Luis vivía en Barcelona, más parecida a Buenos Aires que Madrid. Decía que al final de la rambla Colón señalaba Parque Chas. Recuerdo una noche muy lejana en que vino a cenar con Irene, su compañera, su puntal, que evitaba que aquel ser frágil se deshiciera en el aire. Como le ocurría a Celaya, a Onetti, a tantos otros.

Una mina que arrodilla mis arrestos de varón.

¿Cómo explicar la fragilidad de quien ha visto y ha soñado tanto día y noche?

Irene trabajaba en el hospital. Otra forma de negociar a diario con el dolor. En esa gente no había maldad. No tenían nada de tanto compartir.

—Venite a Barcelona...— me decía Irene. —En el hospital hay un médico que descubrió el tango y dejó la medicina... ¡se pasa las noches tocando el bandoneón en el cabaré! Mucho ojito con el gotán, pibe.

Entonces Luchi se levantó sin decir nada, fue a la cocina y trajo su cartera. Sacó un librito amarillo que se caía a trozos y me lo entregó como un tesoro: un cancionero de tangos de antes de la década infame. Con dibujitos.

—Me acompaña desde siempre. Es para vos...

Y aquí está el libro, conmigo. Sobrevivió a toda clase de separaciones —mi especialidad—, divorcios, barcos que se cruzan en la noche (más bien, colisionan), diferencias irreconciliables, caracteres improbables, quilombos de todos los colores, soledades, círculos hacia la nada.

Estás. Aquí está conmigo, ¡viejo poeta! Esa gente que, sin proponérselo, te marca para siempre, que no sabe que sus actos, sus palabras, se multiplican, crecen.

Como el cuadro que colgué en el salón de casa que, cuando mi hijo no está, es el salón más solitario del mundo. Pero está el cuadro que Pedro Gaeta —otro prócer maestro de vida, que nunca se casó porque "se debía al amor" (¡qué imagen para un gotán!) Me debo al amor...— le hizo a Luchi. Así que los dos me acompañan, aquí, en el culo del mundo. A veces repodrido de tanta soledad y a veces más contento que perro con dos colas. Lo mío es no estar. Estar siempre al revés de como estoy. Quién me entiende. Yo no, desde luego.

Barcelona. Verano de 1993.

Irene había fallecido, pobrecita. No llegué a tiempo de darle un abrazo. Yo había viajado para ver a Ribalta: un imbécil integral. Perdí el tiempo de lo lindo, pero justo antes de volver a Madrid me acerqué a ver a Luchi. ¿Dónde vivía? En el Nou de la Rambla, en medio de todo el quilombo, las putas, los malotes. Cómo no...

Lo llamé y le di un alegrón al viejo.—¡Venite, querido...! Me encantará verte. Y ahí me fui, con mi maleta llena de cosas raras.

Luis se había juntado con una escritora y traductora. Como referí, el piso estaba situado en el cogollo del conflicto permanente. Pero en su interior reinaba una extraña paz. Alicatada hasta el techo de libros. ¡Ediciones de Losada! Todas las ediciones de Losada... Qué bien me hacían sentir esos libros. Como en casa.

Una charla maravillosa sobre la vida, el arte, la literatura. El sacerdocio de la soledad, de los que aspiran a hablar con Dios.

Terminamos bebiendo ginebra en el Molino y, a pesar de mi reiterados ruegos, insistió en pagar la cuenta. Él, que vivía del aire. Sacó un billete de 2.000 pesetas y sentenció: de ninguna manera, sos mi invitado.

Los amigos del barrio en Buenos Aires mantienen viva su memoria. Los Garrido, el propio Gaeta, otros muchos. Esas cosas que pasan en mi país natal. Seguir viviendo para que otros vivan. Vivir para y de los amigos. Cortázar sabe de qué hablo.

¡Gracias por todo, viejo Luchi! Un abrazo enorme.