miércoles, 30 de diciembre de 2009

30 de diciembre

Los recovecos extraños del tiempo. Tal vez no es ya 30 de diciembre de 2009. Puede que no estemos a punto de entrar en 2010. ¿Qué nos diría el bueno de Ray Bradbury a todos los que leímos sus libros editados en Minotauro como si fueran los tesoros más valiosos?

Esa sensación agridulce de participar en la conquista del espacio, de proyectar nuestro yo hacia el futuro: en el año 2000 viajaremos a Marte como Fiorello Bodoni y su familia. Fiorello es pobre y por eso adquirió un cohete en un desguace para que sus niños tuvieran la experiencia de viajar al espacio. Pero se trata de un ficción. Tras el supuesto despegue desde el patio de su casa, los niños se quedan dormidos y sus padres los llevan dulcemente hasta sus camas. Todo ha sucedido como en el mejor de los sueños.

Tendremos un encuentro nocturno que nos dejará marcados para siempre, nos perderemos en las sinuosas carreteras de sedienta tierra roja, beberemos el vino del estío, no lograremos resistir el embrujo de la feria de las tinieblas: mientras escribo son las 3:00 de la mañana en el meridiano 3 grados 41 minutos oeste, hemisferio septentrional, en la extraña Europa, la hora perfecta para el mal. Demasiado lejos de la medianoche, pero aún queda mucho tiempo para el amanecer. La hora de despertar a nuestros amigos más fieles e ir en busca de monstruos, de aventuras que nos aparten por un instante de la vida reglada, la monotonía vulgar de las cárceles invisibles.

Hoy es 30 de diciembre de 2009. Marte debería haber sido explorado ya (aunque en la nueva edición de The Martian Chronicles Mister Bradbury cambió las fechas de los relatos y los proyectó hacia la década de 2030). La geografía es materia de vagos, de vagos y soñadores.

Las naves que lanzaron al espacio cuando aún era un niño y no sabía lo que se siente al despertar junto al cuerpo de una mujer están a punto de abandonar el Sistema Solar. Han tardado 32 años en llegar a los confines del reino de nuestro Sol. Se van hacia la nada interestelar. Nosotros vivimos en la nada terráquea y los saludamos.

Continuarán su viaje cuando yo haya muerto. Cuando nadie sobre la Tierra guarde ningún recuerdo de mí, entonces habré muerto dos veces. No importa. Ellas seguirán navegando en brazos de Newton.

Benjamin Driscoll llegó a Marte y lo primero que sintió fue la falta de oxígeno. Necesitaba respirar oxígeno, el oxígeno de los bosques de su infancia. Entonces se dedicó a recorrer el planeta entero plantando árboles, más árboles, todos los árboles posibles hasta poder respirar a pleno pulmón. ¡Oxígeno! ¡Más oxígeno! Ese inquieto elemento de la tabla periódica que nos mantiene vivos. Que nos hace creer en un mañana lleno de promesas y delirios. Oxígeno en nuestras ciudades.

Llueve sobre Madrid. Diciembre de 2009. Las navidades no son lo mismo desde que murió Manuel. Sigue lloviendo desde hace cinco días. Llueve sin parar, como en aquel relato de El hombre ilustrado que mi madre nos contó estando aislados por una inundación en Córdoba. Entonces debía tener ocho años, la edad de mi hijo más pequeño, Pablo, que tocó el piano como un ángel en su concierto de Navidad en el Conservatorio. A pesar de su corta edad, tocó con sobriedad y con sentido de la dinámica. Algo tan esencial no sólo para la música, sino para la vida.

Todo el mundo sabe que Venus está cubierto de una gruesa capa de nubes. Ray lo sabe mejor que nadie. Los exploradores humanos tienen que lidiar con una lluvia perenne. Molesta. Atroz. Hay solariums repartidos por toda la superficie venusiana, pero la mayor parte están en ruinas. Cuando ya no soportan más el dolor de la existencia, los hombres se suicidan abriendo la boca en dirección al cielo. Y allí se quedan. Girando para siempre en el extraño lucero del alba. Como en cada vaso de vino.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Invierno en Roma

La capital del mundo antiguo aún proyecta sombras de grandeza sobre el imaginario colectivo. Roma revela en cada esquina todos y cada uno de los estratos de la historia que alternativamente la convirtieron en centro de la civilización y la sumergieron en la destrucción. Acción y reacción.

De dominar un territorio de más de seis millones de kilómetros cuadrados, Roma terminó siendo invadida por los ostrogodos y otros pueblos que traspasaron el limes. Recuperada por el emperador de Bizancio, ocupada por Carlomagno y saqueada por los normandos, hasta 1870 Italia habría de ser un mosaico de estados y los destinos de la vieja capital estarían en manos de los papas.

A pesar de todas las invasiones y los desastres ocurridos desde la disolución del Imperio, un simple paseo por el foro palatino revela la grandeza y el alcance universal de Roma, que brilla con luz propia. Desde los tiempos míticos de Eneas -fundamental el grupo escultórico de Bernini que representa a Eneas, Anquises y Ascanio huyendo de Troya en la Galería Borghese- ha llovido mucho sobre las calles de la Ciudad Eterna, pero sigue siendo un elemento central de nuestra cultura. El kilómetro cero de la proyección de Europa hacia el mundo.

Hay un sentido de la estética natural en los romanos que hace que un simple mercado callejero se convierta en una fiesta para los sentidos. El mismo que se aplica a su superlativa cocina, que duerme en las cosas sencillas pero bien hechas.


El espíritu poético de Roma flota en las fachadas ocre y terracota; los puestos de fruta y verdura de Campo de' Fiori -si bien allí fue quemado vivo Giordano Bruno acusado de ser "herético, impenitente, pertinaz y obstinado". Intelectualmente superior y convencido de tener la razón de su parte, bien conocida es la frase que pronunció al aceptar su destino: "Tembláis más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla" (ole ahí, la misma tensión humana que encontramos en Berlusconi); las tortuosas calles del Trastevere que anuncia un aliento artístico todavía vivo o el barrio judío, en donde las tiendas kosher conviven con las ruinas romanas del teatro Marcello y las placas recordatorias de lo que allí sucedió a partir de octubre de 1943 ante el silencio cómplice de Pío XII cuya santificación se debate estos días. Misterios tiene la Iglesia...

Pero hay otra Roma. Una Roma fría como el mármol de los cementerios, como los puentes sobre el Tíber que recuerdan las gestas del ejército fascista en África o la gélida Via della Conciliazione que conduce hasta San Pedro. Una Roma que te hiela el corazón, que habla de persecuciones, de trenes nocturnos, de ajustes de cuentas. Guárdate de aquellos que tienen las cosas demasiado claras: no dudarán en crucificarte.

Con el debido respeto a los creyentes, personalmente pienso que hay más Cristo en una pequeña iglesia románica o una ermita perdida en medio del pueblo más humilde que en todo San Pedro. Es poco probable que alguien que dijo cosas revolucionarias como "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios" (Marcos 10:25) se sintiera muy a gusto en esa fiesta de la grandilocuencia y la exhibición de riquezas materiales. En un mundo donde media humanidad está condenada a vivir en la pobreza más degradante.

En la Dolce Vita, el personaje que interpreta el inmortal Marcello Mastroianni conoce la posibilidad del arte y la sabiduría de la mano de Steiner, amigo del paparazzo que interpreta a Bach en el órgano de una iglesia del Centro Storico y reúne en su casa a artistas e intelectuales que beben de la belleza decadente de un mundo en ruinas. Steiner tiene hijos pequeños y filosofa sobre la inocencia y la tarea del guardián entre el centeno. Es una puerta a otro universo que, como los patricios de la antigua Roma, antes de sucumbir a la tremenda vulgaridad del mundo contemporáneo, invita a acabar con la vida por la propia mano.

Roma pervive en el interior de una pizza bianca con formaggio e cipolla (para entendernos, una fugazza de toda la vida) o en un capuccino de Sant Eustachio. En la desgarrada mirada de Anna Magnani, en la sonrisa amarga de Vittorio Gassman en C'eravamo tanto amati o en los innumerables Umbertos D que pasean en la única compañía de perritos blancos. Lejos, muy lejos, de los centuriones, los guardianes de la pureza o los leones del circo. El sempiterno gallo ataviado con una camisa negra de muerte.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Días alciónicos

En tiempos míticos, Alcyone, hija de Eolo, y su esposo Ceyx fueron castigados por haber usurpado el nombre de Zeus y Hera.

El castigo consistió en convertirlos en alciones, ave de gran belleza también conocida como "martín pescador".

Pero, a diferencia del Dios vengador del Antiguo Testamento, los dioses griegos solían compadecerse de las desdichas ajenas. Así, Zeus y Eolo decretaron que los siete días anteriores y los siete días posteriores al solsticio de invierno tuvieran un estatus especial: los animosos vientos dejarían de soplar para que los alciones, pájaros venerados en diversas culturas, pudieran construir sus nidos y, de esta manera, evitar que la tempestad destruyera sus huevos.

Nietzsche habla de los días alciónicos. Los alkyonídes hemérai, días de extraña calma y mortecina luz que invita a la interminable madeja de tranquilidad y desasosiego. Mar en calma de invierno, preñado de extraños presagios. Cuánto tiempo me queda. Días de iluminación también, en donde es posible que se entreabran, siquiera por un instante, las puertas del cielo. Demasiado rápido como para reconocer el rostro de Aquiles.

Días de esperanza para todos los que, pase lo que pase, siguen adelante y no miran atrás. Los que desesperan o simplemente se reinventan todos los días. Aquellos cansados de ver la tierra que no cambia y ya sólo aguardan un milagro. Prematuramente envejecido de tanto soñarlo día y noche, va y se produce.

Tal vez en días alciónicos como estos.

sábado, 12 de diciembre de 2009

De rerum natura

Existen días de extraña paz, una suerte de tregua en la que la mente deja de tejer y sólo trabajan los sentidos. El reino de los placeres elementales, las causas simples.

Ni siquiera el tormento de la información incesante se hace presente.

No hay planes, no existe el futuro, no hay "después". Sólo vino de la Ribera del Duero, aceite de oliva y tomates secos.

Logramos sobrevivir como especie a toda clase de pruebas mortales por nuestra capacidad de anticipación. Y es esta misma capacidad la que nos vuelve calculadores a la hora de evaluar el interés de una conversación o la necesidad de contacto humano. La turbina central no deja de trabajar nunca.

Esta misma práctica de escribir en un ordenador, tan alejada del sonido glorioso de la máquina de escribir o del tacto del papel y el olor de la tinta. Esta posibilidad infinita de corregir y rastrear las repeticiones, de lograr una texto desprovisto de errores, cuando es justamente el error quien conecta de forma más directa con el mundo de las emociones: aquello que denominamos estilo en un artista tiene mucho más que ver con sus errores que con sus aciertos. Es su forma particular de cometer errores lo que ilumina nuestras almas.

Todos los seres humanos del mundo perfectamente conectados a una determinada hora de sus realidades simultáneas, gritando desde una pantalla, escribiendo frenéticamente sin que los cuerpos alcancen a tocarse.

Las enfermedades musicales, los televisores, los automóviles.

Y de repente un río, una tarde de diciembre boreal, el rumor de las hojas de los árboles, la tierra blanda que cede a mis pasos. El agua que fluye mansamente, como en otros ríos, otros Heráclitos. Las manos de mi hijo pequeño acariciando el piano.

Los ojos de agua de los mayas. La misma perfección de su origen volcánico -sin bordes a los que agarrarse- sirve para el delirio de los sentidos y el sacrificio de las víctimas propiciatorias. Nuestra dualidad estructural.

Un ser tan perfecto para la crueldad.

Y el silencio de Dios.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Argentina 2010

En la prensa de hoy sale un artículo que no necesita muchos comentarios, ya que se comenta por sí solo.

Habla del aumento de la desigualdad en la Argentina. Existe un indicador -conocido como "el coeficiente de Gini"- que refleja el grado de desigualdad en términos de la distribución de ingresos. Pues bien, según este indicador, Argentina está por detrás de Nigeria, Corea del Sur y Grecia.

¡Vamos Cristina todavía! ¡Un hombre, un bótox! Sí, me refiero a esa gran intelectual que rige los destinos de la nación del Far South.

Como todo el mundo sabe, la fórmula del agua es "Hache dos CERO".
Apuesto que esto lo sabe hasta Zapatero (por las dudas apuesto una cantidad modesta).
De la Argentina de Macedonio Fernández, Borges o Bioy Casares a lo de hoy hay un largo camino. Cuesta abajo, como decía el morocho del Abasto. Así es como se hace patria en vísperas del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Qué hacer con esta gente...

He aquí la nota completa, escrita por Juan Ignacio Irigay desde Buenos Aires:

Los Kirchner suspenden la asignatura “distribución del ingreso” que ellos tanto gustan declamar como una de sus conquistas. La riqueza se ha concentrado aún más en pocas manos durante el último año. Los super ricos ganan 26,2 veces más dinero que los pobres de solemnidad, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) divulgadas este sábado.

En 2008 esa diferencia era menor, pues alcanzaba 23,4 veces. Es decir que la brecha social se agiganta entre los que más tienen y quienes no poseen nada. En el segundo trimestre de este año el 10% más rico de la población se quedó con el 32,9% de los ingresos mientras que el 10% más pobre sólo se adueñó del 1,3% de los ingresos. Un año atrás, los porcentajes eran 31,9% y 1,4%, respectivamente.

Argentina, tercera economía de América Latina detrás de Brasil y México, no figura entre los países con más pobres del subcontinente. Según el Gobierno de los Kirchner la pobreza alcanza al 15% de la población, pero Cáritas y otras ONG estiman que trepa del 30% al 40%. Sin embargo, las cifras oficiales sí admiten que Argentina padece un abismo cada vez amplio entre las distintas clases sociales, un fenómeno regresivo característico de las sociedades atrasadas e injustas.

Esa tendencia contrasta con la historia de un país que en los siglos XIX y XX supo ser un modelo de integración y movilidad social. Los campesinos y obreros empobrecidos de Europa y Oriente Próximo emigraban a Argentina en busca de trabajo. Muchos de sus hijos terminaron la universidad, en un caso ejemplar de progreso. Incluso algunos de ellos alcanzaron la Presidencia de la República: Hipólito Irigoyen (1916-1922/1928-1930) y Carlos Menem (1989-1999).

Pero aquella pujante clase media argentina, que conformaba un sello distintivo del país al ser comparado con otros de la región, se encuentra en vías de extinción gracias a la convulsionada vida política y los barquinazos de la economía de los últimos años. En la debacle del 2001-2002 Argentina decretó el cese de pagos de su deuda pública y montó el "corralito" bancario, apoderándose de los ahorros de la gente.

Tan fuerte es el retroceso social que el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la distribución de ingresos, coloca a Argentina en esa materia incluso por detrás de Nigeria, Corea del Sur y Grecia, sus rivales en el Grupo B del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, según un estudio divulgado este sábado de la consultora Abeceb.com en base a los datos oficiales del Indec.

Argentina pierde por goleada. El coeficiente de Gini para el país alcanza 0,49 según Abeceb.com y 0,46 en los estudios del Indec. En esa escala, el 0 marca la igualdad social absoluta y el 1 todo lo contrario. Pues bien, la africana Nigeria está mejor en ese aspecto que el país suramericano con 0,437 de coeficiente, mientras que Corea del Sur y Grecia sacan ventaja con 0,313 y 0,33, respectivamente.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Mi viejo perro Fidel

La gente viene a despedirse, los perros no. Aquel mes de agosto Manuel llegó hasta mi casa en el campo. Vino a decir adiós. Estuvimos charlando toda la tarde. Iba a encontrarse con Eduardo Falú, a quien los dos admirábamos. Fue hasta la esquina, dio la vuelta y saludó. Cuando volví a verlo su vida había tomado un rumbo distinto de la mía. Noche en blanco. Chistes del gordo Amor. Cementerios.

Soñé que estaba paseando con mi perro. Él me paseaba a mí. Juntos recorríamos soledades infinitas. Mi perro aún sueña conmigo.

Los dos solos, como solíamos hacer tantas veces. Ese frío castellano, piedra sobre piedra.

Él corría muchos metros por delante de mí. Mientras yo avanzaba en línea recta por campos de girasoles y cepas enanas él subía y bajaba, subía y bajaba. Hasta el valle. Y vuelta a empezar.

Era inútil llamarlo. Venía cuando quería. O no venía. La alegría es un compuesto simple. De viento en vez de agua.

Viviendo solo en medio de la nada con mi perro. El sol de invierno en la espalda. A qué más.

Fidel. Filemón. Filete. Filetón Ciclón. La gente tienen la mala costumbre de morirse. Pero los perros puede que aparezcan al doblar cualquier esquina y corran hacia ti como si no fuera 2 de diciembre de 2009 y no hiciera este frío de camposanto que se te mete en los huesos, esa certeza de no volverte a ver.

Fui a buscarlo tantas veces, patinando en un barro infernal, a kilómetros de la aldea. Regresaba exhausto a casa y me derrumbaba en el sillón frente al fuego. Tantas veces lo di por perdido.

Pero siempre regresaba. Tres o cuatro días más tarde, con un cuerno de toro o media oveja como trofeo. Que estamos en Castilla, hombre. Volvía aunque lloviera a cántaros o la nieve cubriera el camino de los almendros. Se quedaba en la puerta de casa esperando que le abriera, moviendo la cola como si tuviera dos. Esa alegría tan perruna.

-Dónde has estado... mira qué facha...

Con un aspecto horrible, habiendo intimado con todas las perras de la granja, se tiraba a dormir como un adolescente que vuelve de marcha y ya podían sonar los cañones de Navarone. Yo feliz. Fidel está en casa.

¿Habéis visto un perro blanco?

Tuviste hijos lejos de mí. ¿Se me parece alguno...?

Fidel, mi viejo, mi querido perro, camina a mi lado.

Todas las noches.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Seamos realistas, pidamos lo imposible

Tres meses antes de la caída del muro de Berlín, Gorbachov, por entonces máximo dirigente de la Unión Soviética, aseguraba que la desaparición del muro que dividía en dos la capital germana era una cuestión que se resolvería, como muy pronto, en el siglo XXI.

En noviembre de 1989, el muro caía aplastado y los berlineses se daban un abrazo gigantesco en Unter den Linden. Era el fin de la guerra fría y el comienzo de una nueva era.

Nadie podía prever que aquello iba a ocurrir. Una vez más se confirma que no hay nada peor que un especialista. Nuestro cerebro racional está preparado para lo posible, pero es lo imposible, lo imprevisto, lo que acaba sucediendo. De otro modo, no habría forma de explicar cientos de acontecimientos en la historia de la humanidad.

Si esto es así, lo lógico es ser irracional y pedir imposibles: que se acabe el hambre en esta generación, que las personas que nos gobiernan acrediten una preparación mínima en lugar de improvisar continuamente, que se adopte un modelo de consumo sostenible, que nadie más duerma en la calle, que el reparto de la riqueza sea justo y equilibrado, que se termine la venta de armas de países "avanzados" a países supuestamente "atrasados", que se acaben los sermones que amenazan con el fuego infernal, que el matrimonio de los curas esté bien visto -sobre todo si se trata de curas gays-, etc., etc.

La racionalidad ya nos ha mostrado adónde podemos llegar. No hay nada más racional que las cámaras de gas en Auschwitz. El salto cualitativo desde el uso del escape de camiones para exterminar seres humanos al empleo del gas Zyklon B no podría haberse logrado sin una mente calculadora detrás. El muro que Israel levanta para ahogar a los palestinos también tiene una pinta muy racional. Decenas de ingenieros y arquitectos comprometidos en un trazado inaudito. Una maravilla de la técnica moderna.

Cuando se trata de machacar al prójimo, el ser humano se convierte en el Dios del Antiguo Testamento. No hay piedad. Los avances científicos y tecnológicos que se produjeron durante los seis años que duró la Segunda Guerra Mundial no tienen precedentes. Ya lo dijo el viejo Heráclito: "La guerra es el padre de todas las cosas". La paz aburre y engorda.

Vista la historia del mundo y comprendida la esencia del poder, sólo queda aspirar a lo imposible. Siendo realistas, naturalmente.

viernes, 20 de noviembre de 2009

No sólo argentino

Voy a una conferencia del escritor español Andrés Trapiello. Se celebra en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. Por cierto: excelente exposición de libros renacentistas sobre astronomía, filosofía y ciencia. Emociona ver las tablas de posiciones celestes incluidas en libros de un diseño exquisito. Muy recomendable.
Pero volvamos a la charla-coloquio. Trapiello habla de la dualidad de la tradición literaria española, de lo cervantino y lo quevediano. De la capacidad de reírse de uno mismo y de la mala uva concentrada. Comenta matices sobre verosimilitud y veracidad. Nada sin poesía. Habla de su obra, de los personales diarios que viene publicando desde hace más de quince años, bla, bla, bla. Me invade un inmenso sopor, siento que mis párpados se cierran bajo el peso de veinte atmósferas, mis músculos se distienden. SUADENTQUE CADENTIA SIDERA SOMNOS...
Y sobre el cierre escucho la voz del plumilla: "cuando dentro de cien o doscientos años un lector se acerque a mi obra..."
Optimismos así dan gusto. Qué ruina para la industria química del antidepresivo en grageas. Por qué no dentro de mil años.
Claro. Dante, Shakespeare, Cervantes, Tolstoi, Balzac, Pessoa, Cortázar y por supuesto -faltaría más- ¡Andrés Trapiello!

Voltaire, où êtes-vous?

jueves, 12 de noviembre de 2009

Valdez. Cuatro

Era de noche en Buenos Aires. Corrientes estaba iluminada con tutti y la gente atiborraba las veredas. Una brisa fresca venía del río y hacía más soportable los calores primaverales. La ciudad era un hervidero de grillos, llena de locos y heridos solitarios que corrían de un lado para otro. El suelo parecía estar electrificado. Nadie miraba a nadie directamente a los ojos, no sea que se vaya a armar quilombo.

De repente, un tango surgió de una disquería y detuvo el tiempo. La voz del polaco Goyeneche cantaba a todo pulmón y paralizó el cuerpo de Valdez. Cómo cantaba el hijo de puta... Mirá bien cuando entran los bandoneones a marcar el ritmo. Sí, boludo. En la segunda estrofa, cuando dice "traías en tus ojos, en tus labios, tu voz". Escuchá el latido de Buenos Aires. Agarrate bien de ese tango que lo demás es pagar impuestos y hacerse pelota. Cuando un bandoneón marca el compás sale el sol. Fijate bien otario que andás penando, prestale mucha atención. Haceme caso.

Tú, con la magia de tu amor y tu bondad
Tú, me enseñaste a sonreír y a perdonar.
Yo era un grito de rencor
En la desesperación de mi trágico final
Ya ves.... todo eso terminó
Como brumas en el mar
Al llegar la luz del sol


Valdez se puso a cantar a voz en grito en plena Corrientes. Su alma de bohemio tomó el mando y pensó que la suerte aún no estaba echada, que podía cambiar el rumbo de las cosas, que aún quedaba tiempo. Tiempo para empezar de cero, lejos, para abrazar a un amor hasta hacerse sangre, tiempo, para soñar en otra aurora, para mirar el cielo infinito hasta quedarse sin aliento, para tocarse los huevos incluso, tiempo. Sólo eso.

La respuesta estaba ahí: el viejo gotán. “Este golpe y me pianto”, se dijo. Al carajo con todo...

Cuando llegó a la pensión ya era de madrugada. Abrió la puerta con cuidado para no despertar al resto de inquilinos y atravesó el pasillo con su paso alcohólico. Buscó a tientas el pomo de su puerta y entró. Se desvistió en dos patadas con la idea de meterse derecho en la cama. Se sentó y pegó un respingo. Había alguien más.

-Shhhh... tranquilo, Val. Soy yo. ¿No te acordás de mí?-

"Una mina en mi cama... ¿cómo habrá llegado hasta aquí?", pensó Valdez. "Bueno, qué importa. Pero ¿quién era esta loca?"

-¿No me conocés?- dijo la nami acariciándole el rostro. –Soy Nora... Hace siglos que no nos vemos, pero yo nunca me olvidé de vos.

Nora. ¿Qué Nora...? Mientras los combates se sucedían había tantas. Lo asaltaban en los sitios más inverosímiles, en los taxis, en los baños, en los ascensores de los hoteles, en los pasillos de los gimnasios, en los probadores de ropa. Siempre aparecían deseosas de unir sus destinos al de la gran promesa del boxeo rioplatense. O siquiera pasar unas horas en su compañía, decir que habían estado con él, salir en los medios de comunicación en programas de cuarta... lo que fuera. Muchas estaban desesperadas, querían escapar de sus destinos previsibles, de sus vidas sin brillo, sin salida. De tipos repugnantes que las sometían a toda clase de humillaciones cotidianas.


Eso de encontrar una mujer en su cama ya le había pasado en más de una ocasión, pero hacía tanto que no sucedía... Cuando los combates empezaron a escasear y las bolsas eran cada vez más pequeñas, ellas desaparecieron como por encanto. Incluso lo miraban con desdén: vos que fuiste, vos que pudiste... todo en tiempo pasado. Qué breve y qué intranquilo es el sueño de un campeón. Siempre pensando, temiendo que venga otro más joven y fuerte y le quite la corona, con la valentía ciega y el aguante de un toro. Pibes con pinta de moneda nueva. Relucientes. Valdez no se engañaba: sabía perfectamente que las primeras canas sellarían su sentencia de muerte.

Y ahora aquella sorpresa, aquel día justamente en que había delirado en compañía de Roberto Goyeneche en la avenida Corrientes. Una señal. No preguntó. No dijo nada. Se limitó a abrazarla en la oscuridad de aquel tugurio y le hizo el amor como Lancelot en sueños a la reina Ginebra, cuando aún era de Arturo. Desesperadamente, los dos.

La habitación se convirtió en un velero. Y toda la tierra echó a rodar.

Valdez. Uno
Valdez. Dos
Valdez. Tres

viernes, 6 de noviembre de 2009

Aparecidos

Mientras me ducho me gusta escuchar la radio. Normalmente pongo música, pero hoy cambié el menú y puse Radio Nacional.

Alcanzo a oír el número noventa y ocho... El periodista vuelve sobre sus pasos y repite que las abuelas han logrado rescatar al bebé robado número noventa y ocho.

Las abuelas son las Abuelas de la Plaza de Mayo y lo que han logrado es identificar a un niño que fue arrancado a sus padres en las salas de tortura de la Escuela de Mecánica de la Armada. Ella cargaba con 17 y él con 19. Robado y entregado a una familia "de bien" para su crianza, como en los peores tiempos de la Alemania nazi.

Parece que todo esto hubiera pasado hace mil años y sigue aquí, palpitando en las calles de esa ciudad mitad recinto amurallado mitad manicomio que es Buenos Aires. Mordiendo las esquinas como baldosas de difícil encaje.

Lo que me dejó helado es oír al pibe, hoy un hombre de 32 años. Entero, hablando de los veinte días que pasó entre los brazos de su madre, de los datos fragmentarios que fue reuniendo aquí y allá para saber cómo fueron aquellos instantes, qué aspecto tenía mamá, cómo miraba papá, de cómo superar el dolor insuperable, de cómo seguir viviendo sin incubar un odio negro.

Me he acordado de Naúm Minsburg, de Mary Carriquiry, de Raúl, a quien quiero tanto.

Nunca le hicieron daño a nadie. Raúl Minsburg es hoy un músico excelente, original y con carácter. No se trata de venganza, eso sería utilizar el mismo código, ponerse a la altura del verdugo. No. Se trata de la diferencia. Gente de luz.

1977. Pronto comenzará 2010.

Sigue apareciendo gente.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Gente buena

Hay noticias que reconfortan, que te hacen renovar la confianza en el ser humano. Ese ser genéticamente tan cercano al chancho o cerdo, a la rata incluso. Con la ética y la piedad natural de la cucaracha.

Al parecer, se han encontrado pruebas documentales de que Mauricio Macri, máximo responsable de la ciudad de Buenos Aires, ha descubierto la solución universal para acabar con la pobreza y la indigencia. ¡Cráneo privilegiado! Desde aquí, propongo la creación de un premio especial para esta clase de contribuciones. Lean la noticia si no... Primero salió en Página 12 y hoy ha aparecido en los medios españoles.

Me recuerda escenas de una película superlativa. De battre mon coeur s'est arrêté, de Jacques Audiard, en donde unos tipos trajeados se dedican a soltar ratas y a pegar a los inmigrantes que ocupan inmuebles que se caen a trozos en el centro de París. Son los famosos "pisos con bicho", en donde lo que importa es recuperar la propiedad para ganar más guita. De repente y sin venir a cuento, el protagonista se encuentra de casualidad con la belleza absoluta y su vida experimenta un cataclismo. En España, donde persiste esa atroz costumbre de doblar las películas, la han denominado "De latir mi corazón se ha parado". Una reflexión profunda sobre la mediocridad vital y la posibilidad de la iluminación. El problema es que la iluminación existe, pero hay que tener la sensibilidad dispuesta a reconocerla.

Pero regresemos a la Tierra. Volvamos al planeta azul donde surgió la vida, emergió la inteligencia y la evolución del género Homo -siempre avanzando- nos regala estas perlas:

"Por fin hay pruebas. La Justicia porteña ha encontrado en varios CD las pruebas necesarias que demuestran que el Gobierno de Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tiene una unidad -Unidad de Control del Espacio Público (UCEO)- dedicada a sacar de las calles a los indigentes.

Según informa el diario 'Página/12', los datos encontrados en dichos CD reafirman las denuncias presentadas en las últimas semanas contra esta unidad que 'limpia' las calles de madrugada y que desaloja incluso a familias enteras.

Las pruebas presentada este martes en el Juzgado Contencioso Administrativo Nº 2 se suma a la causa presentado por el asesor tutelar de Menores, Gustavo Moreno, ante el Gobierno de la ciudad por el caso de Carla Baptista, la mujer embarazada que fue golpeada por integrantes de la UCEP el pasado 2 de octubre.

Entre la información que contienen los CD se encuentran varias operaciones realizadas por esta unidad como por ejemplo los polémicos desalojos de la Huerta Orgamizka, en Caballito, y el desalojo del edificio de Paseo Colón, donde se expulsaron a 103 familias.

También se ha podido encontrar la lista de los miembros que trabajan para esta unidad o las denuncias presentadas por vecinos o funcionarios y en las que se advierte de la presencia de indigentes.

La violencia con la que opera este grupo tiene como objetivo tanto a mujeres como ancianos que duermen debajo de las autopistas o en la calle. La UCEP depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público a cargo de Juan Pablo Piccardo y fue creado el pasado año, aunque ya operaba desde antes".

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cámara lenta

El frío ha llegado a traición a España y, como resulta habitual en mí, me he resfriado. Llevo algunos días viendo todo como a cámara lenta. Y empieza a gustarme.

¿Cuál es el verdadero lujo en esta época? Sin lugar a dudas: tiempo. Para hacer lo que sea con él, desde estudiar el violoncello, a aprender matemáticas, hablar con un amigo de bueyes perdidos o quedarse simplemente mirando por la ventana.

También ayuda no depender de nadie. Cuando le preguntaron a Keith Richards, su satánica majestad, cuál era el secreto de los Rolling Stones para mantenerse tan jóvenes, brincando de un lado al otro del mundo, rodeados de minas que bien podrían ser sus nietas, respondió:

-"Es que no tener que decir "sí, señor" te quita muchos años de encima..."

Cuánta razón, amigo Keith. Supongo que su caso no es extrapolable al resto de los mortales. Aunque pensándolo bien, quizás sí. Si uno empieza a negarse a hacer todo aquello que le resulte desagradable en plan Bartleby el Escribiente, puede que se produzcan hechos sorprendentes. Cambios inesperados. Nadie debería estar subordinado a nadie. Nadie debería soportar la más mínima humillación. Sólo habría que trabajar en el perfeccionamiento del espíritu. Claro, una vez hecha la revolución. Pero la revolución fue un desastre. La recompensa de la riqueza material no se basa en disfrutar de las posesiones -ganadas legítima o ilegítimamente- sino en que otros no las tengan. Pon un poco de dinero en manos de la segunda generación de nuevos ricos y contemplarás hechos tragicómicos. Mark Twain solía decir "no conoces a nadie hasta que te toca compartir una herencia con él".

David Hume, en su Tratado de la naturaleza humana, obra cumbre que fue un fracaso editorial estrepitoso, habla en la introducción (añadida al final de sus días) de cómo debió adaptar su vida a una frugalidad extrema para mantener siempre a flote su independencia de criterio. Lo cuenta con una gracia y un empirismo tan inglés -perdón... escocés- que realmente vale la pena leerlo. Incluso recordarlo en distintos momentos vitales, cuando sintamos que perdemos el norte. Cuando creamos que estamos cumpliendo los sueños de otro. No los nuestros.

Una vez leí en un artículo de un famoso entomólogo que el setenta por ciento del tiempo, las hormigas -el paradigma de la actividad frenética- no hacen NADA. No hacer nada está ampliamente penado en nuestra sociedad. Aunque, como a veces ocurre en el ajedrez, la mejor jugada en la vida puede ser quedarse en el molde. Paciencia y barajar como dicen los chinos.

"En tiempos de tribulación, no hacer mudanza". Pero se mira mal a alguien que no hace nada. Hay que levantarse muy temprano: una vez tuve una novia procedente del norte de Europa con la que vivimos en las montañas. Una genuina walkiria. Al segundo o tercer día, contemplamos juntos un amanecer glorioso -de los que están realmente contados, al decir de Bowles- y ella me miró con pasión y dijo: "La madrugada tiene oro en la boca". Qué lo parió. Una poeta. Cómo te quiero, mi amor. En mi cabeza sonaba Bramhs. Aimez-vous Bramhs? NO. La mina se refería a que hay que levantarse temprano para hacer guita. Para laburar más (seré pánfilo...). En su país la poesía dejó de existir hace muchos años. Se convirtió en estatua de sal, como la mujer de Lot.

¿Guita para quién? ¿Para Madoff? ¿Para los bancos? Si la guita se convierte en un fin en sí mismo, el proceso nunca terminará. Con suerte, te convertirás en el muerto más rico de todo el cementerio. Conozco gente tan pobre, pero tan pobre tan pobre que sólo tiene dinero. Nada más.

Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...

Todas estas máquinas para ir más rápido, para ser más productivo, destruyen el vínculo con el proceso natural de crecimiento. El tiempo necesario de maduración que requieren las cosas. Todo ocurre como en un videoclip de un grupo de hardcore empapado en cocaína. La gente hace -hacemos- más cosas pero no por eso somos necesariamente más sabios ni mejores. Es la diferencia que hay entre tocar un instrumento acústico, acariciar la madera, sentir cómo vibra su alma y tocar su contraparte eléctrica: hay algo que no nos pertenece. Miente.

Viví demasiados años en el campo como para acostumbrarme al ruido de la ciudad. No me gusta. En el campo se vive por la cuarta parte del dinero que cuesta un apartamento en la ciudad. No hay un bombardeo constante de cosas para comprar. Recuerdo los infinitos paseos con mi fantástico perro Fidel, por el camino que lleva a los almendros. Corría que daba gloria verlo. 1997, el año del cometa. Las estrellas eran como naranjas pulsantes en el jardín de casa. Planté con mis hijos árboles que vi crecer año tras año, excepto un arce que sólo aguantó dos inviernos. Me encantaba ver cómo Casiopea se encaraba con la Osa Mayor. Sentía la tierra rodar. En verano podía quedarme toda la noche mirando el cielo. Buscar la Estrella Polar. Siempre el norte. Ahora todo eso ya no es.

Et pourtant, hay cosas que sólo ocurren en las grandes urbes. Supongo que ésa es nuestra verdadera esencia: estar siempre de paso. Querer atrapar un globo rojo que no es el sol.

viernes, 30 de octubre de 2009

La jueza pierde el juicio

Esto ocurrió hace aproximadamente un mes en la ciudad de Buenos Aires -remanso de paz, clínica de reposo, meliflua urbe-, República Argentina.

Las cámaras de seguridad de una oficina captan el momento en que una señora visiblemente airada va a reclamar su vehículo en los depósitos municipales. Pero lo quiere rápido. ¡¡¡Rápido!!! ¡¡¡¡¡RA-PI-DO!!!!!!!!!!!!!!! ¿Oíste?

El caso es que, como ella misma se encarga de anunciar a voz en grito, se trata de una jueza que "nunca ha pagado en la vida" y exige la inmediata devolución de su coche con una falta de educación y una prepotencia que provoca vergüenza ajena. La señora tiene pendientes decenas de multas. A partir de ahí, como cabe observar en el vídeo (dividido en dos partes, ver al final del post), se suceden una serie de despropósitos en donde destaca el autocontrol y la sangre fría de las empleadas que soportan estoicamente perlas como:

"Todas morochas (morenas)... no contratan ni a una rubia" o "Les pagan 1.200 pesos (315,80 dólares) para joder a la gente" o aún peor: "Ni se te ocurra venir a mi jurisdicción porque te meto ocho meses presa". En fin. Qué decir.

Es injustificable que nadie, por muy ofuscado que esté, trate así a otra persona, pero la indignación sube de tono al sumar el dato de que esta señora es nada menos que jueza. Alguien supuestamente equilibrado, acostumbrado a manejarse en situaciones de tensión y que tiene en sus manos el destino de la gente.

Más allá de esta primera cuestión, los comentarios discriminatorios de la jueza Parrilli ponen sobre el tapete una de las grandes desgracias de América Latina: la discriminación cotidiana hacia aquellas personas de origen amerindio, africano o mestizo.

América Latina es un lugar profundamente racista. Eso le resta fuerza en todos los órdenes. En el caso de Buenos Aires, la cosa adquiere matices dramáticos. Existe una Argentina blanca, que juega al polo, que se pasea por Europa (que saca la guita a Europa quiero decir), que le importa tres carajos el país o su gente, que vive atrincherada en sus mansiones o en sus countries y después está el resto. La Argentina que empieza en la General Paz o que al caer la noche se extiende por las calles porteñas como si fuera una mancha de aceite en busca de cartones o de basuras reciclables. Familias enteras. Pibes que no saben lo que es una escuela.

En su fantástica, hiperbólica, grandiosa, inclasificable y genial novela 2666, el malogrado escritor chileno Roberto Bolaño pone las siguientes palabras en boca de una diputada del PRI mexicano:

"Para que se haga usted una idea: con Porfirio Díaz mi familia no estaba mal, pero con el emperador Maximiliano estaba mejor, y con Iturbide, con una monarquía iturbidista sin sobresaltos e interrupciones, pues habría estado en su momento óptimo. Para mi familia, sépalo usted, los mexicanos de verdad éramos muy pocos. Trescientas familias en todo el país. Mil quinientas o dos mil personas. El resto eran indios rencorosos o blancos resentidos o seres violentos venidos de no se sabe dónde para llevar a México a la ruina. Ladrones, la mayoría. Arribistas. Vividores. Gente sin escrúpulos".

La clase media -el antiguo orgullo de la tierra del Plata- está en franca retirada y contempla atónita el desarrollo de los acontecimientos como si la cosa no fuera con ella. Si hubiera que escoger un personaje para representar a la clase media y su gallardía natural, De la Rúa sería un buen candidato.

Un país que podría dar de comer a cientos de millones de personas y que con sólo cuarenta millones de habitantes tiene problemas de desnutrición infantil..., da ganas de liarse a tiros.

¿Qué se puede esperar de una clase dirigente -ya que un máximo representante de la carrera judicial es un engranaje fundamental del Estado- que se expresa en esos términos? La esperanza está en las dos jóvenes que tuvieron que lidiar con este monstruo abisal y no perdieron la compostura ("Usted no sabe con quién está hablando..."). Si América tiene algún futuro está en ese tipo de gente.

Aquí están los links del patético Show de la Jueza Elsa Parrilli.

Parte UNO

Parte DOS

Otro tinto, por favor

Parrilli Superstar


MOMENTOS ESCOGIDOS ¡Con subtítulos!

miércoles, 28 de octubre de 2009

Uruguay en la vanguardia

Uruguay es un país atípico dentro de América del Sur. Encajonado entre Brasil y Argentina, el pueblo charrúa tiene una larga tradición democrática –interrumpida en la terrible década de los setenta- y un desarrollo cultural que ya quisieran para sí países supuestamente más poderosos. Durante mucho tiempo fue conocido como "la Suiza de América”.

Nunca estuve en Uruguay. He oído relatos portentosos sobre sus playas más allá de Punta del Este, cuando el Río de la Plata es un recuerdo y las aguas del Atlántico definitivamente se abren paso. De ballenas que vienen a saludarte mientras tomás mate. Manantiales, Rocha, hasta la frontera con Brasil. Supe por mi amigo Manuel Picón de la gesta del 50, cuando Maracaná entero enmudeció en la final del mundial y la selección uruguaya le ganó en su campo a Brasil por 2 a 1! Una frase de aquel encuentro quedó en mi familia: "Enfriando el partido…". Conseguido el gol de la victoria y para total desesperación de los brasileños, los yoruguas se dedicaron a escamotear el balón y a ganar tiempo por todos los medios imaginables (algunos de su propia invención). Enfriar el partido tiene múltiples aplicaciones, sobre todo cuando estás en momentos de máxima ansiedad.

Me he representado el campo uruguayo y la sensación de ser porteño en la Banda Oriental -perdido como turco en la neblina- leyendo el magnífico cuento "Funes el memorioso", del cada día más necesario Jorge Luis Borges.

De gira con Manuel por el norte de España, recuerdo que me decía que la ciudad más parecida a Montevideo que había en la península era Santander. Así la imagino desde entonces. Una ciudad abierta al mar con las playas que no tiene Buenos Aires. Tranquila, amable, sin la electricidad porteña. Sin embargo, ambas ciudades vibran en las mismas frecuencias.

Dejaremos para otra ocasión la paternidad del tango y la polémica sobre el verdadero lugar de nacimiento del Zorzal criollo. Es un tema que aburre hasta a las ovejas.

Uruguay ha sido el primer país de América Latina en garantizar el acceso a la informática de todos los alumnos de la educación pública. Este es el camino a seguir, el modelo que hay que copiar en el resto de América y África. Son los gobiernos los que deben implicarse. No se puede educar a las nuevas generaciones para que sean analfabetos digitales. Eso supondría negarles todas las oportunidades en el mundo que está por venir -y en el de hoy en día. Bravo por los uruguayos! En lo que a mí respecta, Gardel nació en Tacuarembó.

He aquí la noticia:

Los 362.000 alumnos inscritos en las escuelas públicas de Uruguay cuentan ya con un ordenador portátil. De esta forma, la nación suramericana se convierte en el primer país en hacer que el 100% de sus estudiantes de educación primaria posea un ordenador y tenga acceso al mundo de la informática.

"No se trata solamente de un programa educativo ni de dar simplemente ordenadores. Es un esfuerzo que busca reducir la brecha entre el mundo digital y el mundo del conocimiento", ha explicado a la BBC Miguel Brechner, director del Laboratorio Tecnológico de Uruguay y encargado del Plan Ceibal (Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea).

El programa, que fue una adaptación del proyecto Una portátil por niño del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) cuyo objetivo era proveer de portátiles de bajo costo con conexión a Internet, le ha costado al gobierno del presidente Tabaré Vázquez unos 260 dólares (aproximadamente 174 euros) por niño, incluidos los gastos de mantenimiento, reparación, entrenamiento de profesores y de conexión a Internet. Una suma que representa menos del 5% del presupuesto para Educación del país.

El logro de Vázquez ha sido visto como un gran "éxito", incluso por miembros de la oposición, aunque critican que el sistema operativo -Linux- con el que funcionan los ordenadores no es el más usado popularmente. El anuncio del cumplimiento de este objetivo llega días antes de las elecciones generales, que se celebrarán el próximo 25 de octubre.

De los casi 400 mil ordenadores, más de 300 mil contarán con conexión a Internet a fin de este año. "El objetivo es hacer que ahora que los niños ya tienen ordenadores, se conecten; sobre todos los de las áreas rurales, donde muchos todavía no tienen acceso a la red", ha dicho a la BBC Miguel Brechner.

Los responsables del Plan Ceibal no dudan en ayudar a otros gobiernos sobre cómo implementar este programa en otros países. De acuerdo con el responsable del programa, países como Ruanda, Haití, El Salvador y Paraguay han estado en contacto con ellos para contratar sus servicios.

Los creadores de este programa piensan que esta medida podría extenderse a las escuelas secundarias y a los niños de preescolar de Uruguay para el año próximo.

jueves, 15 de octubre de 2009

La vida en cuatro envases


He aquí una foto que me envían mis amigos Leyva y Taby desde La Habana. Está dedicada a todos los que estamos jugando el segundo tiempo. De aquí no nos llevaremos nada, si acaso, la mirada de aquellos que nos han acompañado en este viaje. Si hay suerte, el recuerdo de quienes nos enseñaron el arte antiguo de amar. Así que a vivir con intensidad que son dos días.

Aunque siempre podemos incluir en el guión una última broma al estilo de las que pergeñaba Buñuel.

Cuenta el maño en "Mi último suspiro" que siempre le gustaba escenificar el momento del paso al más allá como si se tratara de una de sus películas. Así, imaginaba que estaba a punto de morir y al pie de la cama estaban acompañándole los amigos de toda la vida. Muy cerca ya del inevitable final, entra en la habitación un cura ataviado a la antigua usanza y, ante el estupor de sus amigos -ya que Buñuel era un ateo más que convencido- le absuelve de todos sus pecados con una sonrisa beatífica y le da la extremaunción. El aragonés mira al cura, mira luego a sus amigos con una mueca dramática digna de un cuadro de El Greco, hace un esfuerzo supremo por respirar, se da la vuelta y muere. Y los amigos se quedan jodidos para el resto del viaje. El último bromazo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Por Dios, que vuelva el pijo

En la Comunidad Valenciana se está viviendo un caso de corrupción política bastante penoso. Se trata del caso "Gürtel", suficientemente documentado en la prensa. Penoso fundamentalmente por la clase de tipejos que se enriquecieron a cargo de los dineros públicos (llámame "Don Vito"..., decía el principal cabecilla, ahora en la cárcel. Qué original...). En fin, personajes impresentables.

Como consecuencia de todo ello, el Partido Popular ha cortado la cabeza -tarde, a destiempo y mal- de Ricardo Costa, hasta ese momento secretario general del Partido Popular Valenciano.

Pero lo mejor es que, para ocupar su cargo, los populares nombran a un elemento que ha escrito (y ¡publicado!) cosas como lo que sigue:

Artículo publicado por César Augusto Asencio el 1 de julio de 1979

'Diario Información'


Estamos asistiendo desde hace un tiempo relativamente corto a una explosión de antinacionalsocialismo y consecuentemente de pro-judaísmo y sionismo. Basta para ello ver por ejemplo las carteleras de cine como "Salón Kitty", "La última orgía de la Gestapo", libros y series de televisión como "Moisés", "QB VII" y ahora el famosísimo "Holocausto". No quiero ser mal pensado pero me parece que todo esto está siendo dirigido por alguien a escala mundial y no creo en una mera y casual explosión de todos estos temas. Y alguien estará dirigiendo todo esto porque hay unos intereses por en medio. Para descubrirlo habrá que ver a quien beneficia todo esto. El beneficiario es sin duda el judaísmo y el sionismo. Si vemos la temática de estas 'obras' veremos que lo único que hacen es poner como víctimas a los judíos perseguidos desde épocas milenarias (y todos sabemos por qué. El judío durante toda su vida se ha dedicado a vivir a costa de los demás con la usura como elemento productivo en una comunidad distinta a la suya con la cual vive, minando el Estado e influyendo en el gobierno gracias al poder que tienen sobre el dinero provocando todo esto las iras del pueblo).

"Holocausto" parece el más importante a juzgar por el "boom" propagandístico que le acompaña. Mucho habría que hablar sobre los campos de concentración alemanes y sobre el mito de los seis millones de judíos exterminados. Un estudio detallado nos demuestra que todo esto es falso. Simplemente diré que todo eso se nos ha hecho creer a la mayoría gracias al apoyo de la finanza y de la propaganda a escala mundial en manos de judíos, como casi todo el mundo sabe que con series como las citadas anterioremente nos hacen creer el mayor fraude de la historia, apoyando su tesis con innumerables fotos y documentos trucados. La objetividad de la Cruz Roja Internacional es indudable. Pues bien, la Cruz Roja estuvo inspeccionando los campos de concentración alemanes del primero al último desde 1945, escribiendo unos informes que están archivados en Ginebra (sede de la organización) y en los que no se habla ni de cámaras de gas, ni de exterminio en masa, y además cita una cifra aproximada de muertos debido a las circunstancias que son normales en los campos de concentración en una guerra (falta de alimentación, raquitismo, tifus, muertes naturales, etc.) que es de 300.000 y no siendo sólo judíos, ya que en los campos de concentración había polacos, rusos, americanos, etc.

Pero... ¿Para qué todo esto? En primer lugar para desprestigiar al nacionalsocialismo.

En segundo lugar, para seguir cobrando las indemnizaciones que Alemania se ve obligada a pagar (Alemania lleva ya pagados a Israel dos billones quinientos mil millones de pesetas, y este años se acaba el último pago. Con este ofensiva propagandística se obligará de nuevo a Alemania a que pague por unos crímenes que no ha cometido).

Y en tercer lugar para darnos la impresión de que en el pasado han sido unas víctimas (perseguidos por los egipcios, por los nazis...) encubriendo el presente en el que son verdugos y están haciendo a los palestinos lo mismo que dicen que les hicieron a ellos.

Los judíos ocuparon militarmente a los palestinos lo que ahora es el Estado de Israel, expulsaron a los palestinos, los que no echaron son ciudadanos de segunda clase casi sin derechos, les expropiaron las tierras, fábricas..., cometen toda clase de vejaciones bombardeando poblaciones civiles y campos de refugiados, han invadido con sus tropas tierras fronterizas; y ahora nos vienen con que han sido perseguidos siempre y que son unas víctimas. Ver para creer.


Firmado CESAR AUGUSTO ASENSIO ADSUAR

Ole. Ahí está ese PP, que se le ve el plumero... "Desprestigiar el nacionalsocialismo" dice el pollo... Acojoning. Lo que le faltaba a Mariano para triunfar, ¡nazis valencianos!

domingo, 4 de octubre de 2009

Cuando se muere la carne, el alma se queda oscura


Se apagó la voz de Mercedes Sosa. “La Negra”, como se la llama afectuosamente en la Argentina, no volverá a electrizar a públicos de toda condición con la belleza de la sencillez. Hoy se nos va un símbolo, el reflejo de una época que abarca cuarenta años de vida latinoamericana. Desde el triunfo de la revolución cubana, la muerte del Ché en Bolivia, hasta las dictaduras de los setenta y la restauración de la democracia.
Mercedes Sosa conforma el paisaje sonoro de años cruciales. Además, es el acompañamiento natural de mis primeros recuerdos.

Se me está haciendo la noche
en la mitad de la tarde.
No quiero volverme sombra,
quiero ser luz y quedarme.

Escuchaba estas palabras cuando era niño y aún no entendía qué significaba la muerte. Ahora sé qué significa, pero sigo sin entender. No podía dejar de escucharlas una y otra vez mientras las lágrimas surcaban mi rostro. Misterio de estar vivo.
Al igual que en Totó la Momposina, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra o Nicomedes Santa Cruz, en Mercedes Sosa vibra una América ancestral. El lamento y la sabiduría de razas aniquiladas en una orgía de sangre. Un holocausto que no encuentra productor en Hollywood. Que importa poco y nada. Culturas enteras que fueron barridas del mapa a mayor gloria de Europa.

Me acusas de no quererte►♫
No digas eso
Tal vez no comprendas nunca, viday
Por qué me alejo

Una historia de caminos polvorientos, de adioses, de fuegos en medio de la pampa, de derrotas, de silencios. Y, sin embargo, de triunfo sobre lo inevitable. De Orfeo femenina que regresa de los infiernos. De un sueño lejano y bello.
La Negra Sosa vivirá siempre en el corazón de los pueblos. Su voz acaricia y roe. Cura el alma e invoca el insomnio.
Porque ella canta con la genuina, intensa, arrolladora emoción de aquello que no necesita ser explicado.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Valdez. Tres

De regreso a la pensión pasó por lo de Lito y se bajó dos platos de tallarines al pesto. Como en los viejos tiempos. Claro que entonces entrenaba siete horas al día y quemaba kilos que daba gusto. Ahora corría el riesgo de que todo lo que había sido músculo se convirtiera en tejido grasiento, vamos, que si seguía comiendo de esa manera no tardaría en ser un gordo más, en un circo lleno de gordos.

"Las minas te pueden perdonar que seas gordo, pero no que seas gordo y no tengas guita. Eso nunca. ¿Y qué tal gordo, pelado, impotente, sin un mango, de izquierdas y con habilidades sociales nulas? Como Bermúdez, el fiador. Ahí no hay nada que hacer... Knock out...", pensó Valdez.


Súbitamente se acordó de su abuelo. El viejo había sido un inmigrante de los millones que levantaron el país laburando de sol a sol para que unos cuantos pasearan por Europa y se llevaran la guita a Suiza. No había podido estudiar porque en su tierra natal había una importante cantidad de hijos de puta por metro cuadrado y llegar a la universidad si pertenecías a la clase obrera y no estabas bautizado por la Iglesia Católica era una empresa casi imposible. Pasó tanta hambre en su juventud que cuando veía a un gordo deleitándose en pleno aquelarre solía preguntar con aire de incredulidad: “¿Y todavía come..?”


Cuando Valdez estaba nervioso o angustiado se refugiaba en la comida. Desde la época en que solía aparecer por lo de Lito a cualquier hora de la noche la calidad de sus platos había descendido en picado. A decir verdad, la calidad se había esfumado. Los dos primeros platos de tallarines se los zampó en un abrir y cerrar de ojos, pero cuando pidió el tercero, Valdez reparó en que más que tallarines parecían sopa. Además, los fideos estaban muy lejos de estar al dente: estaban simplemente blandos, pasados y bien pasados. Decidió quejarse.

-Mozo- dijo haciendo un gesto hacia los susodichos fideos –Estos tallarines están pasados.

-¿Y...? ¿Ahora me lo dice? Si ya va por el tercer plato...

Valdez levantó la cabeza lentamente para medir al posible rival. Luego lo miró fijamente entrecerrando los ojos a lo Clint Eastwood y especuló con la posibilidad de empezar a los tortazos. Pero pensó que teniendo un trabajito en vistas acabar en comisaría por una boludez no era lo más aconsejable.

-Mirá, pibe, voy a pasar por alto lo que me decís y cómo me lo decís. No quiero lío. Me parece que si yo me siento en una mesa, te pido de comer y después te voy a pagar por el servicio tengo una serie de derechos que me amparan, así que dejate de joder y cambiame el plato- dijo Valdez gratamente sorprendido por su autocontrol.

-Usted ya empezó a comer. Esto es muy irregular. Tengo que ir a la cocina a pedir instrucciones...- dijo con una mueca desagradable.


Volvió a los veinte minutos con otro plato de tallarines exactamente igual de pasados que los anteriores. Se lo depositó en la mesa como quien descarga una pesada mochila, haciendo sonar el plato y logrando que los cubiertos danzaran. Vamos, le tiró el plato a la cara. Pero entonces, Valdez se dio cuenta de que en la pared del fondo había una foto de Independiente Campeón 1970 y se olvidó de los tallarines, del pelotudo del mozo y de sí mismo. Entró en barrena.

-Ché..., traeme otro plato, haceme el favor- dijo al mozo sin mirar y se sirvió un vaso de vino y bebió y volvió a beber, y dejó de pensar para poder sentir. No supo más quién era. Como cuando se escucha una zamba en un fogón.



Avellaneda, las tardes de fútbol con su viejo y los amigotes del barrio. Independiente. Dale rojo. Las primeras palabras que se grabaron en su espíritu para siempre. A sangre y fuego. ¡Dale rojo!

Las minas del barrio. Valdez sentía que les pertenecía, siempre, durante toda su carrera. Las pibas de buena familia lo asaltaban a la salida del gimnasio, en los camerinos, en cualquier lado. Se lo peleaban en las fiestas de sociedad, pero esas tipas estiradas nunca llegaron a rozar su alma. Independiente. Valdez siempre fue de Independiente. El viejo Bochini. La gloria de los diablos rojos, el alma del equipo. 1977, junto a Bertoni. Tipos que sentían los colores del club, que no concebían la traición. El mundial del 78. Aún era un pibe. Esos tiempos turbulentos, gente que desaparecía, que nadie sabía. Y el fútbol seguía andando. "Los argentinos somos derechos y humanos". Hay que ser turro... Hay que ser.

El rojo, el equipo de la gente humilde, de los poetas, de los laburantes. En medio de toda esa merda fascista. Valdez se quedó en el barrio, junto a Independiente. Pa qué más...

domingo, 13 de septiembre de 2009

La muerte

Jaime Tenenbaum entró en el quirófano con una sonrisa. Lo último que vio fue una serie de personas ataviadas con guantes, gafas y mascarillas que discutían sobre dosis y procedimientos. Lentamente, la anestesia fue haciendo efecto. Se acordó de que había quedado con unos amigos para jugar al tenis. Había una rubia impresionante. Observó cómo el líquido transitaba por los tubitos hasta sus venas. Y se murió.

Cuando uno muere cree que sigue viviendo pero no. Ya no. Todo se parece a antes pero hay notables diferencias. Por ejemplo, cuando estás muerto todo el mundo es de derechas. Así es: la gente tiene un coágulo crónico en la cabeza –la cabeza virtual, se entiende- que le impide pensar con claridad y suelta una imbecilidad tras otra.

En las reuniones no se dice nada que tenga el más mínimo interés: resulta de mal gusto para un alma desencarnada. Puede llegar a ser motivo de enfado y cuando un muerto de derechas se enfada, prepárate.

¿Y el túnel? ¿Qué pasa con el famoso túnel blanco y la paz redentora? Pues es más bien azulado y más que un túnel parece un haz de rayos que va de menos a más, como los que despediría la kryptonita en el Ártico en caso de ser azul. Es la demostración definitiva de que tras la muerte te espera la derechona de toda la vida. El PP en todo su esplendor. La calle Génova. Rajoy. El caso Gürtel. Camps, Trillo, Aceves y Álvarez-Cascos. Esperanza...


Como tú estás muerto tampoco eres ninguna maravilla: pareces una hija de Zapatero. Te repites, te mosqueas, agitas los brazos intentando hacerles entender, pero es un esfuerzo inútil.

Tras la muerte la gente se casa obligatoriamente por la Iglesia habiendo superado un arduo cursillo y el cura siempre pertenece al Opus. Las relaciones prematrimoniales están totalmente prohibidas. Pero ¿cómo castigar a un muerto? ¿De qué más se le puede privar? He ahí un verdadero rompecabezas para los tanatoteólogos.

En el mundo de los muertos no hay pobres. Sólo hay nuevos ricos. Para entrar en sus clubes hay que aprobar -con nota- un examen de prejuicios racistas y lugares comunes. Las prácticas se realizan con gitanos, sudacas, negros, judíos o musulmanes tomados al azar por el ancho mundo de los no vivos. La televisión es la única fuente de cultura. Como ya no tienen cuerpo, que ha sido dejado al cuidado de los gusanos, las gentes pueden ver la televisión durante toda la eternidad y formarse un criterio sobre las cosas. Los libros están terminantemente prohibidos.

Vendrá la muerte y tomará mis ojos. De hermanos que se han ido tan lejos.

La muerte es que otro pasee a tu perro, se acueste con tu mujer (otros lo llamarían cuernos postmortem), lleve a tus hijos al colegio. En fin, que viva tu vida. A tu alrededor sólo gente racista y mucho nuevo rico. Y todos los canales de televisión sonando a la vez.

Las cartas de Hacienda seguirán llegando, pero sabrás que definitivamente estás muerto.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Valdez. Dos

El ruso tenía su cuartel general en un garaje del centro de la ciudad.►♫ En la parte delantera había un depósito de mercadería para ferreterías. Piezas de bronce y cobre, tornillería, cajas de barras de estaño, sanitarios... todo muy bien clasificado en gavetas metálicas. Hacía falta algún negocio que oliera a legal para cubrir todo aquello. La estancia era muy amplia, parecía no acabar nunca. Allí se respiraba una extraña calma: un silencio como de muerte.


En el centro del garaje, el ruso tenía sus coches estacionados. Le gustaban los coches clásicos, los Aston Martin y los Corvette de los años cincuenta. Después, tenía una obsesión por los Ford Fairline de los setenta, sobre todo le gustaba que estuvieran desvencijados. Algo inexplicable, dado los capitales que manejaba.

-Tienen un baúl con mucho espacio...- solía decir con un destello de malicia.
No se sorprendió en absoluto de verlo allí.

-Vos... – dijo en cuanto Valdez franqueó la puerta.

-¿Qué hacés, ruso?-

-¡Venga un abrazo, sonado...!-

El ruso era un tipo bajito, pelado, compacto. Verlos a los dos fundidos en un abrazo era todo un espectáculo. Parecían una pareja de circo.

Se pusieron a hablar encendidamente de los viejos tiempos, de cuando Valdez derrotó al chaqueño Bonanno por KO en el quinto round. ¡Qué combate, viejo...! ¿Te acordás, Valdez? Nadie daba un peso por vos. Las apuestas estaban totalmente a favor del chaqueño. Llegaron a estar 12 a 1. ¿Vos sabés la guita que me hiciste ganar...? Los dos estaban tan exaltados que se olvidaron por completo de la presencia de Scordamaglia.


El laburo era relativamente fácil. Habían recibido el soplo de que en una casa de las afueras se ocultaba el botín del golpe al Banco Río en el microcentro. Un trabajito que resultó muy sonado. Limpio, sin víctimas, los tipos actuaron como verdaderos profesionales. Se hablaba de varios cientos de miles de pesos en billetes y el contenido de las cajas de seguridad, que siempre eran una incógnita, pero seguro que había un verdadero tesoro.


-Mirá... yo le calculo que habrá entre unas cosas y otras unos 8 palos... Yo me ocuparía de colocar toda la mercancía. Vos nos venís al pelo...-

El equipo iba a estar formado por cuatro personas, pero tenía dudas sobre uno, no lo consideraba de fiar. Tenía que "tranquilizarse".

-El flaco Garcés no me gusta nada- dijo el ruso. –Siempre que está por medio pasan cosas raras. Es medio mufa.

-¿Pero ya está enterado de todo?- preguntó Valdez.

-No conoce los detalles. Y si sabe lo que es bueno va a estar calladito, no lo dudes. Un tipo como ese sabe que si canta va derecho al hoyo. La provincia de Buenos Aires es muy grande, viejo... hay mucho terreno. Vos no te calentés. ¿Por qué no te venís a comer un asado el domingo y seguimos hablando del tema? ¿Andás con alguna mina? Qué pregunta, vos siempre fuiste un ganador.

"Si supieras...", pensó el grandote.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Valdez. Uno

En las sombras de su pieza ella no volvía. Ya no regresaría más.►♫

-Mejor es que me levante, un día de estos...- se dijo Valdez. Los ruidos de la pensión se iban haciendo cada vez más claros y, al mismo tiempo, sordos. Ahí estaban, recordándole que el mundo sigue andando.

Pegó un salto de la cama y se puso en pie pesadamente. El panorama no era demasiado halagüeño. Valdez llevaba demasiados meses dando con sus huesos en cuartos de mala muerte. En la pared de enfrente había un póster de una pareja bailando: el tiempo y la humedad se habían quedado a vivir en el pliego.


Por la avenida que corría junto a la ventana de la mugrienta pensión en que vivía, Valdez vio su propio futuro. Se miró en el espejo del lavamanos, se miró y no le gustó un carajo lo que vio. Un tipo gigantesco, de unos treinta y cinco a cuarenta años, acostumbrado a mirar la vida de frente. Con un físico de boxeador cuyos movimientos eran torpes, pesados. Un fajador que nunca supo medir las distancias. Alguien que era incapaz de controlar su cuerpo: quería demostrar cariño y le salía un gancho de izquierda, intentaba ser amable y terminaba quedándose solo. Siempre la misma milonga.


Triste y resentido, como todos los porteños, Valdez salió. La lluvia había limpiado las destartaladas calles del barrio camuflando las irregularidades de la vereda. En uno de esos buracos metió la gamba hasta el fondo y terminó de despertarse.

-La reputísimamadrequelorrecontrarremil...►♫- exclamó, limpiándose el pantalón. Justo entonces levantó la cabeza y alcanzó a ver a Scordamaglia, el tipo que le debía guita, caminando tranquilamente por la otra vereda. Iba lo más tranquilo, haciendo pinta.

Cruzó la calle como un rayo y agarró al tano por las solapas.

-Me devolvés lo que me debés o te reviento...- le dijo Valdez, desplegando toda su diplomacia.

-Pará... ¡pará, loco! Dejame que te explique...-

-Qué pará ni qué ocho cuartos. Me venís esquivando hace meses, ¿dónde carajo te metiste? ¿vos pensabas que me iba a olvidar? Me vas a garpar ahora mismo- dijo retorciéndole un brazo.

-Viejo... tomá todo lo que tengo... llevátelo, es tuyo... te doy el resto en cuanto me recupere, te lo juro, Valdez...- suplicó Scordamaglia.
Valdez le sacó la cartera y agarrándolo por el cuello se dispuso a contar cuánto había. Los escasos transeúntes que pasaban por allí iban a lo suyo. Nadie hizo un solo ademán de acercarse.

-Trescientos pesos... Me debés cincuenta lucas y me querés arreglar con trescientos mangos... ¿vos creés que soy pelotudo, que nací ayer? ¡Me das las cincuenta lucas o te achuro acá mismo, hijo de una gran puta!

-Escuchame, campeón...-balbuceó el tano temiéndose lo peor- Ahora mismo no tengo esa guita. Ando mal... estuve jugando a los burros y perdí mucha plata... estoy jodido hasta las cejas... ¿por qué no te venís conmigo a lo del ruso? Me habló de un trabajo para dentro de un mes. Algo grosso... creo que hay buena guita y anda buscando gente. El ruso siempre confió en vos, desde los tiempos que te ganabas la vida a las trompadas. Le hiciste ganar un buen fangote con las apuestas. Te cobrás lo que te debo de mi parte... Dale, vos sabés que el ruso es de ley...


El ruso. Sí, un viejo conocido de otros tiempos. Cuando las minas y el champán corrían a lo grande después de cada pelea. El ruso siempre estaba por ahí, si no era amañando un combate, se ocupaba de distribuir drogas entre el personal. Siempre estaba con las antenas bien desplegadas: el ruso conocía todo lo que sucedía en la ciudad antes que la propia policía, antes que el resto de las mafias que campaban a sus anchas por la reina del Plata. Todos le debían algo al ruso. No se le escapaba una.

A lo mejor era el golpe de suerte que estaba esperando, pensó Valdez. Qué raro cómo suceden las cosas...

jueves, 3 de septiembre de 2009

5.000.000 millones de demandantes de empleo

España a todo vapor. Con un modelo productivo absurdo, superpoblación de funcionarios e iniciativas como las de dar 420 euros por mes a algunos parados –un alquiler estándar para una familia en una ciudad como Madrid no baja de los 1.000 euros- nos encaminamos a un futuro muy brillante y prometedor. Cinderella Man, Las uvas de la ira, ya sabes...
En agosto, por primera vez desde que existen este tipo de estadísticas, el número de trabajadores que buscan un empleo ha roto la barrera de los cinco millones. En concreto, y según los datos oficiales, los servicios públicos de empleo tienen inscritos 5.051.441 de desempleados que oficialmente recogen las listas del Inem.

El pueblo opina:

"¡Somos líderes en algo!"

"No, pero es gente que se apunta por si encuentra algo mejor, en realidad no hay paro ni crisis ni ná."

"No, y además como buscar trabajo con el INEM funciona tan bien, pues seguro que encuentran algo mejor (irónico)."

"No pasa nada, creamos 5 millones de puestos de funcionario de calentador de bancos en parques, y asunto solucionado."

"Yo me he apuntado al INEM para que me den un curso para recliclarme, quiero aprender a poner ladrillos, que creo que tiene futuro."

"En un año ¡a por los 6! Yes we can."

"Zapatero ya lo dijo... busca el pleno desempleo!!! lo que pasa es que en los carteles tuvieron una errata!"

"Y para celebrarlo ¿por qué no le consiguen un trabajo al número 5.000.000?"

"Ya lo dijo ZP: Nunca llegaríamos a los 4 millones de parados... el truco estaba en pasar de los 3 millones a los 5, y.....*RETO* CONSEGUIDO !!!"

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Los dados de Dios están trucados

Un peatón de unos 50 años ha fallecido tras caerle encima el cuerpo de una mujer suicida que se había arrojado desde un octavo piso en Viladecans (Barcelona).

Según han confirmado los Mossos d'Esquadra, los hechos ocurrieron el pasado lunes por la tarde en Viladecans cuando el peatón, que iba acompañado por otra persona que resultó ilesa, recibió el impacto de la suicida.

La mujer falleció en el acto mientras que el peatón, de origen ucraniano, quedó malherido y fue trasladado al Hospital de Bellvitge, donde murió poco después.

Hay tanta gente en este mundo que uno ya no puede suicidarse tranquilo.

Nos cuesta admitir que nuestras vidas están en manos del azar... como el caso de Nicholas Winton, que con treinta años de edad sacó de Checoslovaquia a 669 niños judíos y logró llevarlos sanos y salvos hasta Inglaterra. Este héroe aún vive. Otros 250 niños no lograron cruzar el Canal: sus rastros se perdieron para siempre en la Europa infernal de la que ahora se conmemora el setenta aniversario. ¿Quién decide el número de los que se salvan? ¿Quién escribe los nombres de los niños?

martes, 1 de septiembre de 2009

Gmail ha muerto

Uno de septiembre de 2009. ¿Invasión de Polonia? ¿Estalla una bomba atómica en Manhattan? ¿El Real Madrid ha logrado hacer un equipo que juega al fútbol con alegría? No. Nada de eso. GMAIL ha muerto. Al menos hoy, desde las 21 horas GMT.

Mientras escribo estas líneas son las 23:08 GMT y aún no se ha reestablecido el servicio. ¿Y si se hubiera muerto para siempre...? ¿Y si todo lo que los humanos almacenan en los depósitos virtuales de google que están vaya usted a saber dónde se pierde para siempre jamás? ¿Qué será de todas esas relaciones furtivas, esos cuernos siderales que han surgido al calor de Gmail en la soledad del escritorio? Si ya no puedes creer en Gmail entonces es que algo muy gordo se avecina...

Al caraxo. No somos nada. En la era en la que nadie escribe cartas, dependemos de la buena voluntad de unos misteriosos servicios gratuitos que, el día menos pensado, dejan de funcionar.

Por lo que más quieras, ¡vuelve! Ya nada será como antes. Cambiaré. Anda, sé bueno. Vuelve, Gimmy, bonito! Amo-te. I need you so much...


El arte de verdad cambia el mundo

Acaban de conceder el premio Polar, considerado el Nobel de la música, al músico, compositor y economista venezolano José Antonio Abreu. Ole, ole y ole! Un movimiento único, revolucionario en sus planteamientos y en sus resultados. Absolutamente contrario al mainstream: cuando a la gente se le brinda la posibilidad de conocer el gran arte desde la cuna -el verdadero rostro de Dios sobre la tierra- la suerte está echada. Se cambian vidas para siempre y se salvan almas. Un proyecto el de Abreu que es una inspiración para todos, que marca el camino a seguir. Y ha sido ideado y llevado a cabo en una nación hermana -Venezuela- de la gran familia latinoamericana. Un verdadero motivo de orgullo para todos.

"La pobreza material será vencida por la riqueza musical. Justicia social y justicia cultural son vertientes de una sola dimensión", ha afirmado Abreu, quien también ha reivindicado la necesidad de un "movimiento juvenil musical sabiamente institucionalizado". Su compromiso le valió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes el año pasado.

El premio Polar, que ha recibido de manos del rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, supone un "magno" compromiso ético y personal, y por eso decidió dedicarlo a los educadores musicales que han trabajado con él en su Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles, que agrupa a más de 300.000 músicos jóvenes en Venezuela. Abreu, galardonado junto con el músico británico Peter Gabriel, ha sido distinguido por "una visión de que las formas de la música clásica pueden crear una mejor existencia para los niños de Venezuela", concretada en su sistema, que ha servido a cientos de miles de jóvenes como "instrumento para abandonar la pobreza".

En la presentación previa a la entrega del premio, el sueco Jan Eliasson, ex presidente de la Asamblea General de la ONU, destacó el "mensaje poderoso" de Abreu y del Sistema, que constituyen un "modelo" y una "esperanza para el futuro". Desde su creación en 1975, más de 15.000 profesores han impartido clases a través del Sistema a más de 600.000 jóvenes y niños de todo el país, especialmente a aquellos con menores recursos.

lunes, 31 de agosto de 2009

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No le cuentes tus penas a los amigos. ¡Que los divierta su puta madre...!

viernes, 28 de agosto de 2009

La frontera es el mar

Desde lo alto del Chiado se alcanza a contemplar una parte de la ciudad tal como debía ser en los años treinta. El verano lisboeta nada tiene que ver con los calores peninsulares tierra adentro: por las noches refresca considerablemente y, más que verano, el cuerpo ya anticipa el otoño, completando la sensación de tristeza que flota en ciertas rúas, en los muelles, en algunos cafés que se han detenido en el tiempo. Una ciudad de pérdidas, de saudades inmensas. De belleza infinita también.

Hay algo de mujer de redes salobres en la ciudad blanca, de sirena cuyos cantos es preciso oír bien amarrado al palo mayor. Una vez que te atrapa es para siempre, como los amores de verdad.

Lisboa nunca se recuperó del golpe que supuso el terremoto de 1755: el futuro del propio Portugal como potencia imperial quedó seriamente comprometido. De los 275.000 habitantes que por entonces tenía la capital lusa, se calcula que pereció un tercio o incluso algo más. No sólo fue un terremoto brutal -se estima que su intensidad estaría situada entre un 8 y un 9 de la escala de Richter- sino que fue seguido de un terrible tsunami -con la terrorífica y luctuosa retirada de las aguas del Tajo mar adentro y el posterior zarpazo destructor- y, por si esto fuera poco, una serie de pavorosos incendios que se prolongaron por espacio de una semana terminaron de rematar la faena.

Se piensa que el epicentro del terremoto estuvo situado a unos 200 kilómetros en dirección sur sur-oeste hacia el interior del Océano Atlántico. Aún así, los daños se sintieron en gran parte de la península ya que, por ejemplo, en Cádiz se registraron olas de hasta quince metros y en Huelva hubo más de 5.000 víctimas. El terremoto de Lisboa causó honda impresión en toda Europa. Fue objeto de análisis y reflexión por parte de los cerebros mejor amueblados de la época. Se trata de la vieja cuestión de la teodicea, la presunta "disculpa" de Dios por la existencia del mal, es decir, el esfuerzo humano de comprensión de la ausencia divina. En este sentido, pensadores como Leibniz, afirmaban que éste es "el mejor de los mundos posibles".

Voltaire, un verdadero cachondo de la Ilustración que puso totalmente en entredicho la noción de que para ser un genio intelectual hay que por fuerza ser plúmbeo –cuanto más plúmbeo, mejor– se sirvió de esta imagen del alemán para dibujar un personaje fundamental de su "Cándido" llevado al absurdo. El protagonista, cuyo carácter respondía perfectamente a su propio nombre, un ingenuo muy influenciable, saltaba de desgracia en desgracia por toda Europa de la mano de su mentor, Pangloss, convencido seguidor de Leibniz. Donde no los secuestraban, les robaban o los violaban. Nada... Pangloss seguía tan fresco como una lechuga, inasequible al desaliento e inculcando grandes dosis de optimismo a su pupilo. Finalmente, la alegre comitiva arriba a Lisboa en vísperas del terremoto y el filósofo leibniziano se consuela pensando que todo ocurre para bien ya que resulta indudable que vivimos en el mejor de los mundos posibles (Leibniz dixit). Obvio...

A finales de agosto de 1939, el mundo se preparaba para otro cataclismo: la guerra más mortífera que ha conocido la humanidad, el conflicto que acabó con los cándidos para siempre e hizo temblar los cimientos de la civilización. Un gigantesco tsunami que se llevó por delante las vidas de más de sesenta millones de personas e hizo que los intelectuales se preguntaran si después de Auschwitz cabía seguir escribiendo poesía. Esa última semana de agosto de hace ahora setenta años debió estar preñada de ominosos presagios, como el inesperado pacto de no agresión germano-soviético.


Los trabajadores de Occidente -los comunistas, los socialistas, se entiende- se habrán sentido traicionados en lo más hondo por Stalin quien, finalmente, se equivocaría de forma lamentable al calibrar la situación. Pensando que los nazis no abrirían un segundo frente hasta doblegar a Inglaterra, en 1941 los rusos vieron cómo la Wehrmacht invadía su territorio a sangre y fuego. El precio del error fue terrible.

En los cafés, en las calles de la vieja Olisipo de aquel mes de agosto de 1939 se debía mascar la tragedia. El gobierno de Salazar tuvo que hacer juegos malabares para salvaguardar la neutralidad de Portugal. Afecto a las potencias del Eje, probablemente temería a los victoriosos ejércitos de Franco y sus apetencias imperiales. Si quería seguir siendo independiente tenía que apostar a los dos bandos.

Otra vez se retiraron las aguas del Tajo y se llevaron a miles de desesperados que intentaban escapar de la Vieja Dama. Lisboa fue la auténtica "Casablanca" donde la vida y la muerte se jugaban a una sola carta. Historias de espías de uno y otro lado, comerciantes y marchantes de hombres que se enriquecieron vendiendo a tirios y a troyanos.

Las tardes de Lisboa tienen algo de fin del mundo, de lugar donde se acaban los mapas. De último tren a punto de dejar la estación, de oportunidad perdida, de Hércules abandonado a su suerte: huérfano para siempre. Como si tras el sol que cae suavemente sobre el océano una vez más cabalgaran, a lo lejos, los temidos, los terribles heraldos negros.

domingo, 23 de agosto de 2009

Retorno

El día en que Luis Gortázar mató a su padre no pudo mirarle a los ojos.
Habían pasado todo el día juntos. Comieron bacalao y patatas asadas con aceite de oliva. Pidieron el mejor vino de la carta y bebieron hasta hartarse.
Abandonaron el local con paso tímido, alcohólico, y buscaron el malecón que conducía al puerto. Cantaron y caminaron abrazados como cuando Luis era niño.
Compraron ron y salieron a navegar por la bahía. El día era perfecto. El viento quería llevarlos al océano. Entonces pensaron que era posible detener el reloj y volver a tripular los mismos barcos. El trapo desplegado y los palos crujiendo mientras volaban hacia el horizonte. Ambos sintieron la tierra rodar. La vida y la muerte hasta perder la línea de la costa. Siempre al oeste, donde da la vuelta el aire.
No dijeron nada.
El viejo lo miró de soslayo, cerró los ojos, aspiró el mar y ofreció el pecho al sol. Generosamente. Sin preguntas.
Cegado por un azar apenas comprensible, por un designio lúgubre y feroz, Luis sacó el arma que llevaba en el bolsillo y disparó hasta agotar el cargador. No dio para el tiro de gracia. No hubo ceremonia del adiós.
Con el tiempo llegó al borde del olvido. Quién era, qué pasó aquella tarde. Creó recuerdos que le permitieron dormir sin demasiados sobresaltos. Llegó a perdonarse incluso. A veces creyó entender.

Lo que nunca alcanzó a sospechar es que su forma de disparar, rápida, quirúrgica, metódica y decidida no le pertenecía. Ni la forma, ni el arma: cuarenta años antes la usó su padre para asesinar al suyo.

lunes, 17 de agosto de 2009

Abrazado a la eternidad


La epopeya de Óscar Pérez, el montañero que quedó atrapado en el techo del mundo, trae hasta nosotros el eco de los viejos héroes. Seres capaces de ver al otro lado del mar, de jugarse la vida por una pasión.
La aldea mediática ha vivido el drama de un rescate que nunca llegará y el terrible paso de las horas mientras una vida se apagaba. Un hombre joven, en la cumbre de la existencia, que entrega su corazón generoso y alcanza la gloria persiguiendo un imposible. Hay algo inefable en su empeño de guerrero griego luchando con los dioses en los límites del mundo. Algo que nos pertenece a todos, que está dormido, que permanece agazapado.
Una llamada a las cosas grandes, las empresas importantes en las que vale la pena embarcarse. Como el anuncio que Ernest Schackleton publicó en The Times para reclutar a la tripulación de la heroica expedición del Endurance:

"Se buscan hombres para peligroso viaje. Salario reducido. Frío penetrante. Largos meses de completa oscuridad. Constante peligro. Dudoso regreso sano y salvo. En caso de éxito, honor y reconocimiento".

Cuando Gabriel, en "The Dead" de James Joyce, comprende que su mujer nunca podrá sentir por él lo que siente por su enamorado de juventud, el malogrado Michael Furey, contempla su silueta exhausta por el recuerdo y siente el frío de Dios recorrer cada centímetro de su cuerpo. También hay algo grande en su interior, místico, eterno, que alcanza a entrever la posibilidad de una pasión total. Como la que Óscar sentía por la montaña.

“Sí. Los periódicos tienen razón: La nieve está cubriendo toda Irlanda. Cae sobre toda la oscura llanura central, sobre las colinas despobladas. Suavemente sobre los pantanos de Ennell. Y más lejos, hacia el oeste, cae suavemente sobre las oscuras y revueltas aguas del Shannon. Uno a uno, todos nos convertiremos en sombras. Es mejor pasar a ese otro mundo impúdicamente, en la plena euforia de una pasión, que irse apagando y marchitando tristemente con la edad. ¿Cuánto tiempo has guardado en tu corazón la imagen de los ojos de tu amado diciéndote que no deseaba vivir? Yo no he sentido nada así por ninguna mujer. Pero sé que ese sentimiento debe ser amor. Piensa en todos los que alguna vez han vivido desde el principio de los tiempos. Y en mí, transeúnte como ellos, fluctuando también hacia su mundo gris. Como todo lo que me rodea. Este mismo sólido mundo, en el que ellos se criaron y vivieron, se desmorona y se disuelve. Cae la nieve. Cae sobre ese solitario cementerio en el que Michael Furey yace enterrado. Cae lánguidamente en todo el Universo. Y lánguidamente cae como en el descenso de su último final. Sobre todos los vivos y los muertos.”