jueves, 30 de noviembre de 2017

Exterminadores


Para Víctor y Rodolfo, desaparecidos en marzo de 1977. Los hermanos de mi hermano.

Justicia poética. 40 años después. ¿Existe un infierno especial para todos los asesinos que en el mundo han sido? Y me da igual el bando. Stalin o Hitler y las 8.000 variantes de dictadores, sátrapas, tiranos y reyezuelos. Bestias inmundas. Aplastando gente como si fueran insectos.

Observen esas caras. Al de la derecha le encomendaron una tarea puramente militar, cosa para la que al parecer nació y se educó. Tuvo el mando de las islas Georgias del Sur durante la guerra de las Malvinas de 1982, donde no murió en combate ningún alto oficial argentino. Otra gran contribución del gobierno militar a la historia nacional: lanzarse a una guerra que no está ganada de antemano. Lao-Tsé al revés. Hacerse el vivo con Mike Tyson. Jugar al ajedrez como alguien que no tiene la menor idea y retar a Fischer, a ver si tiene un mal día. No hojear siquiera un libro de historia para ver cómo se juegan las partidas en el Reino Unido desde la invasión normanda. Una nación que inventó el concepto "pirata".

Allí hubo de enfrentarse a otros militares, en este caso, ingleses. Gente de armas. Como él. Gente de "honor", al menos eso dicen mientras se dan golpes en el pecho. ¡El honor, la patria! ¡Todo por la patria!

Ya no se trataba de torturar jóvenes embarazadas, no. Su gallardía y bravura enfrentándose al ejército inglés son legendarias. El Cid Campeador, Masadá, Numancia, el Desembarco de Normandía, Stalingrado y Alfredo Astiz, alias "El ángel rubio", responsable directo del secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet, Dios las tenga en su Gloria.

No. Astiz entregó las Georgias sin disparar un solo tiro. En los páramos desolados de las islas del lejano sur murieron los pibes, los conscriptos. Chicos de 18 o 19 años, que apenas sabían manejar un fusil pero con unos huevos de toro (dicho y escrito por los propios militares ingleses cuando terminó el conflicto). Nuestro país, tan dado a las gestas futboleras, trató a esos chicos de la guerra como si fueran apestados, los escondió, los ninguneó. El número de suicidios entre ex-combatientes de las islas Malvinas es enorme. Esos sí que son héroes de la patria y no estos jugadores de polo, pilotos sin entrañas.

Matar a los padres, a los familiares en vida. Hacer desaparecer a los hijos y no saber cómo están, si siguen vivos, si comieron hoy. Así durante años, recorriendo instancias, ministerios de muerte, pagando a desalmados que se lucran con noticias falsas. Están bien, sí, los han visto juntos, señora, no se preocupe. Necesito más dinero para mi contacto dentro del ejército, señor. Me han dicho que los van a trasladar a la comandancia. Pronto volverán a casa. Unas fuerzas armadas que organizan semejante barbarie con toda la fuerza del estado. Con una crueldad inaudita.

Los torturadores, los adalides de los valores occidentales como se autocalificaban, no tuvieron esos problemas. Ellos pueden conciliar el sueño todas las noches. No tienen remordimientos. Como los nazis convencidos, como el Dr. Mengele o el propio Eichmann. Cumplían órdenes. Máquinas de muerte. Robots.

Esta gente que decía defender la patria siguió viviendo. Como el caso de Ricardo Ormello, cabo segundo de la Armada durante la dictadura y que, una vez reenganchado en la vida civil con la democracia, narró a sus compañeros de Aerolíneas Argentinas: “Trajeron a una gorda que pesaba como 100 kilos y la droga no le había hecho efecto. Cuando la íbamos arrastrando se despertó y se agarró del parante. La hija de puta no se soltaba. Tuvimos que cagarla a patadas hasta que se fue a la mierda”. Así. Como si estuviera contándole una hazaña a los amigotes del barrio entre vasos de Fernet y cerveza.

Los vuelos de la muerte. Tiraban gente al Río de la Plata donde se confunde con el mar. El mar sagrado de mi infancia, donde aprendí a soñar, estos tipos lo llenaron de sangre, de gente que recién comenzaba a vivir. Les quitaron todo. Les congelaron la sonrisa y todo lo que podrían haber llegado a ser; médicos, músicos, poetas, pensadores. Les quitaron los amores, los besos, las tardes, los hijos. Hicieron pelota una generación entera de argentinos.

Si hubiera leído un texto similar en una novela de Bolaño o en los Ensayos de Montaigne habría creído que exageraban, que no es posible que exista gente así, tan diametralmente opuesta al ser humano.

La "gesta" de Astiz en los mares del sur, las andanzas de todos ellos, están en los libros de historia.

De la historia universal de la infamia.

*

Me he hecho mayor. He tenido hijos. He deambulado por el mundo. Ustedes siguen siendo jóvenes y embriagadores como Dido y Eneas amándose en las arenas de Libia. La noche está estrellada y el sueño cae lentamente desde el cielo. No se marchitarán, no envejecerán. Las camisas quedarán intactas. Sin saberlo, sin querer, ofrendaron sus almas para que los demás pudiéramos seguir adelante. Para otros que han venido a crecer.

Todo el mar, todos los días de playa y volley. La piel envuelta en sal. Todas las guitarreadas infinitas -sí, ya sé... prohibido tocar Stairway to Heaven- junto a una fogata roja para los desaparecidos caídos por la vida. De los que mueren gritando que no hay que morir.

Viven en nosotros. Pasarán de generación en generación. No saben de estigias y barqueros.

Eternos.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Independiente Club

Agustín Bardi, uno de los grandes de la guardia vieja, compositor de tangos inmortales como Gallo ciego, era hincha de Independiente. Ya está. No me digas más. Venite a casa a comer un asado.

Aquí va "Independiente Club", del Maestro Bardi, interpretada por Carlos Quilici y Los Tauras. Tuve el privilegio de cantar con Quilici el año pasado en De modestia, ná. Poderoso bandoneonista. Al piano estuvo el Troesma, Mauricio Vuoto. Lindo encuentro.

Rojo que te quiero rojo!

Independiente solo!!!!!!

Mi equipo, mi viejo y querido Independiente, Rojo, Rojazo, vuelve arriba después de años de sequía. Un equipo que se parece mucho al Atlético de Madrid en la manera de hacer sufrir y levantar pasiones. Otra vez el Rey de Copas. Dale rojo, carajo. ¡Que el inmortal espíritu de Bochini y Bertoni los ilumine por siempre! Íbamos a la cancha con Rubén Garrido, su viejo y todos los amigos de Parque Chás. El viejo de Rubén tenía todos los volúmenes de Ray Bradbury en Minotauro en una librería especial. Era la antesala del paraíso. Antes de ir a la cancha hojeaba aquellas maravillas con fervor.

¡Rojo querido, amor de mis amores, nunca, nunca me voy a divorciar de vos! Me da igual con quién tontees. Me da igual si bajás de categoría. ¿Qué malevo que se precie no tuvo una temporada de sequía? Es así. Regresamos renovados con más fuerza. Ave Fénix del extrarradio, siempre, siempre renacés. Yo te canto ebrio de emoción.

Engañame. Yo firme. Lo nuestro es una relación abierta. Sí... ya sé. Canté la marcha de Rosario Central en tango, pero fue por un amigo al que quiero mucho. Vos sabés.

¡Rojazo hasta el final! Daaaaleeeeeeeeeeeeeeee Roooooooooojooooooooooooooooooooo... y Daleeeeeee Roooooooojooooooooooo

¡Héroes de Avellaneda! ¡¡¡Salud!!!


Manadas

En la comunidad gitana esta clase de cosas se resuelven con rapidez y prácticamente sin trámites. Un modelo de eficacia administrativa que ahorra la consabida escena de las duchas y las diversas variantes que puedan derivarse del particular código de honor que rige en las prisiones.

Entre los príncipes indios del arte más universal de España los abogados tienen poco que rascar.

Me pregunto qué clase de líquido hay que tener en las venas para hacer algo así con una niña que acaba de empezar a vivir. Y jactarse de ello como si se hubiera logrado una gran hazaña, como soldados del Cid cabalgando hacia levante lanza en ristre. Satisfechos por el enorme daño infligido.

Nuestro sistema nos condena a oír los argumentos de la defensa. Defensa que parece ajustarse al milímetro al viejo adagio pampeano: "No me dé usted esa mano. Mejor quítemela de encima". Jamás he escuchado un razonamiento más inverosímil. Doble condena.

Soy un tipo de la vieja escuela.

Soy gitano.

* Lectores de América Latina me preguntan por el caso al que hago referencia porque no lo conocen.
Es este: La manada

martes, 28 de noviembre de 2017

Galileo

Uno de los nombres mágicos de la luz de la razón en tiempos oscuros. El sistema ptolemaico llegó a utilizar tantos círculos concéntricos para explicar las erráticas evoluciones celestes de planetas como Marte que se convirtió en algo virtualmente impráctico.

He aquí un manuscrito de Galileo Galilei en el que el genio describe una observación de Júpiter realizada desde Padova en enero de 1610.

Tiempos heroicos. Recuerdo siempre con inmenso cariño el argumento que empleaba Kepler para demostrar la presunta existencia de vida en otros planetas del Sistema Solar. "Dios no puede haber creado tanta belleza para que solo sea observada desde un único punto de vista..." ¿Acaso se puede hilar más fino? Mit Eleganz.

De aplicación en toda clase de situaciones teóricas y prácticas.


Cyborgs

Una hermosa y solidaria noticia que nos llega desde el país más avanzado del mundo, aquel que señala el camino al resto de las naciones, por dónde hay que transitar, cuáles serán las nuevas tendencias.

El país donde un tipo con problemas de autoestima porque en el colegio lo llamaban "gordo" o un iluminado que cree que el mundo se inició en el 4004 A.C. y los dinosaurios siguen entre nosotros te puede pegar 8 tiros cuando vas a comprar el pan o lo que coman por la mañana allí, que dudo mucho sea pan con aceite, ajo y tomate, que es lo que desayuno yo gracias a todo el Panteón de dioses griegos.

¿Existirá una relación directa entre tener un comportamiento deshumanizado con el hecho de comer grasas hidrogenadas saturadas en exceso? Según el profesor Fassulo, de la Universidad de Wichita, las posibilidades de que esto sea así son del 98,56 por ciento. El estudio costó 122 millones de dólares y Fassulo disfrutó de una beca financiada por Monsanto durante 6 años más el año sabático para pensar en sus cosas. ¡Apueste su vida!

Cualquier comparación entre nuestro sistema sanitario y esto que se deja entrever en el artículo que hoy publica el periódico El País resulta sangrante.

Los españoles somos especialistas en reírnos de nosotros mismos y en creer que lo realmente bueno está allende nuestras fronteras. La clase de complejo que hace que consideremos una melodía cantada por un adolescente oligofrénico como algo de mayor valor que una soleá o un fandango, cuando esto último es oro viejo y lo otro no está reflejado en la tabla periódica por cuestiones simplemente higiénicas.

El que piense eso es que es un paleto que riéte de los personajes de Alfredo Landa y no ha viajado. Debo haber recorrido unos 25 países. En muchos de ellos he trabajado, lo que me ha permitido conocer sus estructuras de organización social y política. Dejando a un lado que detesto los controles en los aeropuertos, las esperas interminables, los asientos de los aviones diseñados para Napoleón Bonaparte, la picaresca de algunos funcionarios aeroportuarios para negociar con los "altos" el privilegio de sentarse en la salida de emergencias, la calidad del vuelo que cada vez juzgo peor -un amigo piloto me confesó que todo lo hace el ordenador. Los pilotos ya no desarrollan el instinto de Saint Exupéry o Lindbergh y cuando vienen mal dadas como ocurrió en el fatídico vuelo de Air France de Río a París es muy difícil resolver ecuaciones complejas en tiempo récord. Supongo que en mayor o menor medida todos los que trabajamos con máquinas hemos perdido ciertos instintos humanos. Habría que ver si astronautas actuales serían capaces de regresar a la Tierra en el Apolo XIII como lograron in extremis los protagonistas de esa gesta-, la llegada a un sitio hostil totalmente grogui, más pasaportes, controles, colas, policías de aduanas, transporte hasta el centro y, según el país, el taxista intentará meterte una púa de cuidado cuando uno está tan derrotado que no tiene ni ganas de discutir. Un espanto total.

Sobre el tema de la deshumanización, todo ha sucedido tan rápido en la revolución informática que todavía no somos capaces de calibrar qué se gana y qué se pierde. Por ejemplo, soy un convencido de que la lectura en papel es muy superior a la lectura en sistemas electrónicos, ya se trate de tabletas retroiluminadas (que cansan más la vista) o e-books con tinta electrónica. Tiendo a olvidar con mayor facilidad lo que leo en pantalla electrónica.

Es como si existiera una suerte de sentido de la profundidad anclada en el imaginario colectivo. Una especie de memoria cultural que influyera en nuestra capacidad de asimilación. Aquí también el medio es el mensaje.

Volviendo a la Piel de Toro, como en España en ningún sitio. Así. Tal cual. Sin medias tintas. A ver si empezamos a quererla un poco más.

En lo que a mí respecta, me declaro orgulloso de ser español, de trabajar en este país, de contribuir con mis impuestos al sostenimiento de sistemas como la Seguridad Social, que es un ejemplo para el resto del planeta. Y la sola idea de subirme a un avión para ir a visitar ciertos parques temáticos... preferiría unas vacaciones en Marina d'Or, fíjate tú.

Los europeos, que no son precisamente estúpidos, hacen lo indecible por jubilarse en nuestro país y utilizar, de paso, nuestro sistema sanitario. Hasta el turismo sanitario florece en nuestras tierras.

En otro orden de cosas, no concibo que trabajadores sanitarios españoles se rían ante los estertores de un héroe de guerra con nombre de gigante del cuadrilátero o ante los estertores de nadie, con independencia de su clase social.

Los trabajadores españoles del sector son gente de primera, de ley. La deshumanización extrema es potestad de gente avanzada de países muy, muy avanzados donde probablemente ya hay cyborgs y replicantes mezclados, en turbio contubernio, con humanos.

Qué otra cosa pueden ser ciertos estadistas sino el producto de un proyecto Quimicefa mal planificado y peor ejecutado.

Almirante Cervera on my mind! ¡A mí la legión!

Una cámara oculta revela la agonía de un enfermo mientras las enfermeras se ríen

por J.M.Ahrens, Washington

Al morir, James Dempsey, de 89 años, sabía que alguien le iba a escuchar. Ingresado en un centro de mayores de Atlanta (Georgia), este veterano de la Segunda Guerra Mundial sufrió una atroz agonía mientras las enfermeras revoloteaban a su lado sin prestarle atención e incluso respondían con carcajadas a su sufrimiento. Más de dos horas tardaron en avisar al servicio de emergencias y practicarle la reanimación cardiopulmonar. Una ayuda que llegó demasiado tarde. Dempsey falleció esa misma noche y el centro se apresuró a ofrecer una versión exculpatoria.

La familia llegó a creer a la entidad hasta que el hijo del fallecido recuperó una cámara que había instalado secretamente en la habitación. Las imágenes dejan al aire unas escenas de desatención e inhumanidad que han conmocionado a EE UU y puesto sobre el tapete las deficiencias de su precario sistema de atención sanitaria. Más de 251.000 personas mueren al año en el país por negligencias médicas. Solo las enfermedades cardiacas y el cáncer quedan por delante, según un estudio de la Universidad John Hopkins publicado en The British Medical Journal.

La muerte de Dempsey se remonta al 27 de febrero de 2014, pero el caso no ha salido a la luz hasta este mes, cuando el Tribunal Supremo de Georgia, a instancias de la cadena NBC 11 Alive y con apoyo del hijo, autorizó emitir la grabación. Este material, de una claridad lacerante, resultó clave en el juicio y permitió a la familia llegar a un acuerdo indemnizatorio con el Centro de Salud y Rehabilitación del Noreste de Atlanta.

Los hechos arrancan a las 4.34 de la madrugada. El paciente, con síntomas de asfixia, empezó a moverse y, visiblemente asustado, apretó el botón de emergencia. “¡Ayúdenme, ayúdenme, ayúdenme!”, se le oye gritar. "¡No puedo respirar, ayuda!", insiste sin éxito.

Ocho minutos después, entraba una cuidadora en la habitación. Dempsey seguía agitándose y apenas podía respirar. La enfermera ajustó las sábanas, miró distraídamente los tubos, apagó el indicador de auxilio y le dio la espalda. Durante más de una hora, el veterano volvió a quedarse solo. Cuando las enfermeras regresaron, ya había perdido la consciencia. Tampoco hicieron nada.

Solo una hora después, sobre las 6.30, empezaron a practicar las maniobras de resucitación. Un procedimiento que llevó a cabo la supervisora, Wanda Nuckles, entre risas de sus compañeras y sin ningún éxito.

Tras el fallecimiento, las enfermeras mintieron con largueza sobre lo ocurrido. Sostuvieron que ante la llamada del paciente, habían corrido a su habitación y le habían intentado reanimar sin descanso. “A no ser que un médico ordene lo contrario, se debe continuar. Esa ha sido siempre la norma”, declaró en la vista oral la supervisora. Pero cuando se le mostraron las imágenes, el rostro de Nuckles demudó. Su coartada se había venido abajo y, aunque a regañadientes, admitió que en los primeros momentos no había practicado ninguna maniobra.

- ¿Y cómo se siente viendo esto?, le preguntó el abogado de la familia.

- Enferma, respondió la supervisora.

A ella y sus dos compañeras les ha sido retirada la licencia. La familia, cuyo acuerdo con el centro privado no se ha hecho público, ha guardado silencio. Las imágenes hablan por sí mismas.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Garúa

Un tangazo de noche. No me lo puedo quitar de la cabeza.

Garúa. Canta Roberto Goyeneche. La orquesta es la de Aníbal Troilo, una de mis favoritas.

Al parecer, un día el Gordo le dijo al Polaco "hasta acá nomás... Ahora tenés que hacer la tuya". El Gordo sabía. Que si sabía...

Verano

Al parecer, Benito Pérez Galdós detectó que durante la temporada estival se producían movimientos revolucionarios en Madrid con cierta recurrencia. Doy fe. El verano madrileño es terreno abonado para toda clase de conflictos.

Y sigue sin llover.


sábado, 25 de noviembre de 2017

Después de la batalla

Todo lo que perdí

—la juventud, su brillo...—

a cambio de este acuerdo

de paz conmigo.

Javier Salvago

Volverte a ver

Después de semanas de no verte, de no hablarte, de no saber de vos... vuelves a mí. ¿Por qué será que siempre tengo la impresión de volver a empezar de cero, como si no supiera manejarte, como si todo lo compartido jugara en mi contra?

Se van acumulando las cosas pendientes, entre versos, dibujos, partituras, proyectos de toda suerte y condición. Escribo en papelitos y después andá a encontrarlos. Aparecen cuando ya me olvidé por completo de lo que significan.

En mi fuero interno sabía que un día u otro regresarías. Por eso dejaba una luz encendida en la ventana de casa. Lo posponía, lo camuflaba con cientos de tareas más acuciantes pero ya no hay vuelta de hoja.

Y ahora nuevamente, frente a frente los dos, como un tango. La hora de la verdad. Siento tu calor.

¡Siento tu vapor!


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Martha Argerich

La inigualable pianista Martha Argerich nos regala una reflexión sobre la música:

"La música es un misterio. Es tan misteriosa como el amor. Es un mundo aparte, tan intangible como espontáneo, creo, porque habla directamente a nuestras emociones. No sé describir qué sentimos cuando tocamos o escuchamos... La música nos transporta, nos saca de nosotros mismos, nos pone en un paréntesis que ya no es nuestra vida. Creo que tiene el don de hacernos salir del tiempo, del tiempo y de nuestra propia vida. Y eso es un misterio formidable".

domingo, 19 de noviembre de 2017

Gracias a todos

Fernando, Fausto, Susi, Mauricio, Isis, Natalia, amigas de Natalia, Manolo e Isabel, Juanjo, Jose y Bea, K, Jerry & Asun, Diego J., Damián D., Fernando C., Iri, Diego, Adriana E., Arantxa A., Leen van Doorselaer, Brigitte, Mireia, Pilar, Chilo Cardenal, padres, hijos, cuñaos... everyone! Los gomía de allende los mares... Raúl, mkk, Ernesto, Nadia, Leyva & Taby, Kanchan desde Mumbai, Nurith y Dalia desde Salta, amigos de los proyectos de cooperación... nicas, chilenos, peruanos, dominicanos, salvadoreños, cordobeses, mexicanos... etc. Walter Guimarães desde Río. Tinerfeños. Lisboetas, Laurinha, Arminda, Luzía, João! Joseba y Eneritz desde Bilbao. Juan desde Miami. Óscar Soto y Teresa desde Boston. Mario y Christiane desde Munich. Compas del gotán, Federico, Fernando, Ariel, Alejandro, David Castro, Julio y Naoko... tutti. Grazie!

Mi queridísimo profesor, José Luis Merlín, a quien debo la presencia en mi vida de mi compañera fiel, mi guitarra. Me dejó un mensaje emocionante hasta las lágrimas.

Si me olvido de alguno, sorry. Gracias por acudir. Mil gracias por los regalos, maravillosos todos.

Fue muy emocionante ver a tantos amigos de épocas muy diversas juntos. La noche acabó de forma surrealista. Un tipo se llevó mi abrigo y me dejó a cambio el suyo, totalmente pulguiento. Lo que siguió después fue una persecución hasta la Casa de Campo donde vivía el simpático ser.

Cuando logré que me devolviera mi abrigo descubrí -ya en el metro de vuelta- que se había dejado su móvil en uno de mis bolsillos, así que la cosa se prolongó durante el finde.

Da igual. Fue un encuentro humano estupendo.

Confirmado. Por una extraña razón que no acierto a comprender del todo, le caigo en gracia a más de uno y de dos. Voy a analizar meticulosamente qué debo estar haciendo medianamente bien. Cuando logre identificar la sustancia daré seminarios por todo el mundo. Voy a convertirme en el nuevo Osho.

¡Los quiero a todos! Vamosssssss....! A jugar este segundo tiempo con salero, garbo y marcialidad. Que nos sorprenda el amanecer bailando y guitarreando en Málaga. Bonjour, soleil ! Bienvenue dans ma vie... !

jueves, 16 de noviembre de 2017

Mañana de lluvia

Acaban de publicar un maravilloso artículo de mi señor padre, Abel Rasskin, en El País.

Lo comparto con todos vosotros/ustedes a ambas orillas del Atlántico.

Mañana de lluvia, por Abel Rasskin.

Como comenté ayer, hoy es mi cumpleaños y me están llegando tantas muestras de afecto que empiezo a dudar de mí mismo. A ver si a fin de cuentas va a resultar que, en vez de ser un malevo feroz y despiadado, taciturno, tanguero, oscuro y con querencia por el combate, soy un buen tipo...

¡Decí por Dios Carlitos en qué me estoy equivocando!

Ver llorar a un oso siberiano no es un espectáculo edificante.

Advertidos quedáis.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Los míos

Mañana día 16 de noviembre mis padres, Susana Gutman y Abel Rasskin, darán una conferencia sobre la figura de Maimónides en Casa Sefarad.

Se trata de un acontecimiento familiar importante, ya que verlos trabajar juntos, después de tantas singladuras, de tantos viajes en toda la dimensión del significado de la palabra -como también aconteció en la azarosa vida del propio Maimónides- es motivo de gran orgullo y honda emoción.

Tengo la mejor familia que uno pueda desear. Mis padres, mis hermanos, mis cuñados, mis hijos, mis sobrinos. No solo siento afecto por todos y cada uno de ellos, sino que los admiro profundamente por la clase de seres humanos que son. Gente de talento y solidaria. Ninguno ha comprado proyectos absurdos de vida. Ninguno es esclavo de la ambición. Todos destacan, y mucho, en sus respectivos campos. Hasta se permiten incursionar en otras disciplinas del saber o del arte con manifiesto éxito. En la era líquida eso es mucho. Y en mi escala de valores lo es todo.

La celebración de mañana también coincide con otro evento. Es mi cumpleaños. Sí, hijo, sí. Uno más.

¿Que cuántos cumplo? Pues cuarenta y cinco .... y pico! A tenor de lo que opinan mis amigas cada año estoy más sexy. Es que mi padre es una mezcla entre Sean Connery y Marlon Brando con un ligero toque siberiano y eso ayuda un montón. Mi madre sigue siendo una belleza morena. Aún recuerdo cuando tenía que ir espantándole moscones por las callecitas de Buenos Aires. En más de un lío me metí. Caballero andante que es uno...

Los datos del encuentro están en la tarjeta. Después nos iremos a beber y bailar hasta perder el sentío. Están todos invitados.



martes, 14 de noviembre de 2017

Troilo

Con los amigos comentamos a menudo con qué orquesta nos sentimos más identificados a la hora de bailar gotán.

Di Sarli es un valor seguro. Muchos optan por D'Arienzo, el rey del compás. Con el debido respeto, lo encuentro algo metronómico. Qué decir de Pugliese... personalidad que trasciende la mera cuestión del valor artístico porque fue un referente moral. Don Osvaldo es un rara avis.

Me recuerda esto una conversación con Isis Abellán -una bailarina de tango estupenda con muchos años de experiencia-, precisamente en una mesa de milonga, con el ambiente eléctricamente cargado para los dos. Sostenía ella que no debe separarse lo humano de lo artístico a la hora de valorar a un artista. Mi opinión no coincide. El artista no suele ser un dechado de virtudes. Si analizamos con lupa las vidas de muchos creadores y pretendemos juzgarlos con criterios aplicados al común de los mortales nos quedamos sin artistas.

El artista suele considerar que está más allá del bien y el mal. Absolutamente extremo en sus actos de generosidad y de crueldad. No tiene medida. Puede cortarse una oreja y entregártela, y clavarte el mismo puñal en el pecho mientras sonríe con un destello demoníaco. Tiene algo de niño inconsciente, no sabe a ciencia cierta cuándo hiere, ni cuánto.

Por fortuna esto no siempre es así. Depende de cómo esté amueblada la cabeza, la capacidad que tenga el sujeto de reírse de sí mismo y su temple a la hora de recuperarse de un éxito, ya que hay gente que no lo logra jamás.

Pero esa es otra historia.

¿Y el que suscribe? Reconociendo la magnitud de los grandes nombres citados, me declaro perdidamente enamorado de la orquesta de Troilo. ¿Cantores...? Fiorentino y Alberto Marino. Goyeneche me gusta más cuando levantó el vuelo en solitario. En la orquesta del gordo hay un manejo del tempo muy sutil y elaborado. Sus versiones de tangos para bailar las encuentro extremadamente "cantabiles" y eso me hace sentir en casa. Y su fuelle, sin palabras... Los rubatos más soñadores de la historia.

Troilo es irrepetible.

Agua

Platón, "espaldas anchas" en griego, afirmaba que el mar cura todos los males del hombre. Doy fe. En el mar vuelvo a ser niño.

A Madrid solo le falta el mar para ser perfecta. La gente de Madrid ya lo es. Para empezar, la capital del reino es la capital del flamenco desde hace muchas décadas y su gente es la más abierta y acogedora que uno pueda encontrar en esos mundos de Dios.

Madrileños, como alcalde vuestro que soy... uy no... eso es de otra película. Propongo solemnemente recuperar el proyecto del Canal de Castilla y buscar una salida al mar.

¡Madrid y Lisboa unidos para siempre!

A por el mar.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Tinta roja

Ella le ofreció un trozo de chocolate mientras permanecía aún sentada.

—¿Sabes...? Eres un amante de primera clase.

Él la miró desde la puerta de la habitación, presto a marchar.

—No es fácil acceder a ti. Eres frío y callado. No hay emoción,  solo acero. Eso es lo que te hace tan bueno.

—Me voy a la milonga. No me esperes— dijo sin despegar los labios. Y abandonó el cuarto sin siquiera volverse.

jueves, 9 de noviembre de 2017

El espíritu de los tiempos

Acabo de poner una lavadora y han aparecido 7 calcetines sin pareja.

Si algún alma caritativa tuviera a bien adoptarlos...

Raúl

7:37, la voz de Raúl llega hasta mí gracias a ese extraño artilugio denominado WhatsApp. En esa pantallita de mierda me ha pasado de todo. Me he enamorado unas setenta y dos veces, y me he separado unas cuatro mil trescientas. Usted dirá que exagero, pero es así. Es un invento del demonio. Hace que todo se amplifique y se malinterprete. Separarse por WhatsApp es algo digno de ver. El momento en que la dulce carita de la persona amada desaparece porque te ha condenado al limbo de los amores electrónicos. Volverán las catódicas golondrinas... Entonces ya puedes mandar mensajes que nunca llegarán a la otra costa.

Oh.... doble pajarito azul, doble marca de verificación, hoy solo vives en el recuerdo. Like de mi vida. Red social que me hiciste mal.

Conozco a un milonguero que envía el mismo mensaje de amor a unas cien mujeres. Tiene un kit preparado, con canciones, textos escogidos, hasta fotos. Todo muy trabajado. Y alguna siempre pica. Practica Phishing sentimental. La era de la soledad infame, de la tolerancia cero a la frustración.

Raúl es mi hermano, siempre lo fue. No solo desde diciembre de 1978, cuando nos conocimos en su casa de Valderribas y, al parecer, ambos nos caímos muy mal. Bueno... según tengo entendido yo le caí peor. Supongo que hice alguna de mis bromas que maldita la gracia. Lo olvidé.

Porque desde ese mismo momento nos hicimos hermanos, con todo lo que significa la palabra hermano para alguien que perdió a los suyos a los doce años por culpa de una dictadura sanguinaria, ciega y asesina. Desde entonces ambos no podemos ni ver un uniforme.

Siempre admiré cómo ha encarado la vida, cómo cuidaba a sus padres, la clase de persona que es para los demás. Inasequible al desaliento. Con una alegría de vivir que uno no sabe exactamente de dónde viene.

El padre de Perla -a quien no conocí- fue guerrillero en la Segunda Guerra Mundial. Vio morir a todos los suyos y las balas silbaban a su alrededor todos los días. En sus últimos años se quedó viudo. Según me cuentan, los sábados por la noche nunca dejó de ir a bailar. Pero no tango, que es como pegarse un tiro en el pie, sino bailes de salón. La Vieja Europa...

Hay gente que lo tiene todo y persevera en la tristeza. Hace de la tristeza su bastión, su forma natural de estar en el mundo. E inevitablemente arrastra a los demás, a los que se acercan, a su pozo sin fondo. Hay que huir de esos imanes de la desgracia. Como sea.

A otros la vida les ha arrebatado las cosas más queridas antes de tiempo, y desprenden luz.

Raúl es una de esas personas. Estos diez mil kilómetros que nos separan a veces pesan como una losa. Los dos nos queremos tanto que a lo largo de los años hemos diseñado un sinfín de estrategias para hacer como que estamos ocupados, concentrados en lo nuestro, siempre metidos en faena. Para que no nos duela esta separación y el sucedáneo de mandarse un abrazo por una pantallita absurda.

Yo he elevado la soledad a la categoría de arte mayor. Cuando voy a Madrid las aglomeraciones me agobian, los bares de diseño me causan gracia y la vuelta a casa se me hace imbancable. Sí. Hay una edad en que toca la introspección, hacer balance, empezar a prepararse para el largo viaje.

Empiezo a preferir los libros, las sinfonías de Brahms, los paseos al atardecer, mi hora favorita. Echo mucho de menos a mi perro, pero no volveré a tener otro, no quiero repetir la ceremonia del adiós. Im Abendrot...

El año pasado arribé a un Buenos Aires otoñal y contemplé el sol mortecino en el río. Raúl apareció de repente en el Aeroparque, símbolo de la ignominia fascista y testigo mudo del reencuentro de dos que se quieren, que siempre están pendientes uno del otro. Ese mismo campo de aviación me llevó al norte del país. Me soñé otra vez en casa, cerca de vos, hablando con las mismas palabras de la infancia con naturalidad.

La reina del Plata. Por muchos años que pasen, por muy lejos que uno esté, Buenos Aires te sigue a todas partes, como una amante loca y desesperada. Como la esposa de Modigliani, el bello.

Soy inmensamente afortunado por tenerte cerca, hermano querido. Viejo y querido hermanito.

Y créeme si te digo que lo mejor está por venir.

martes, 7 de noviembre de 2017

Escorpios en lucha

Hoy es el cumpleaños de Jose, mi cuñado. Podría decir muchas cosas de él -todas positivas-, pero me limitaré a afirmar que es un lujo tenerlo en la familia.

Feliz cumpleaños, brother-in-law!

lunes, 6 de noviembre de 2017

Regresión

Tengo cero años. Aún estoy en las pelotas de mi viejo. No sé si seguir nadando.

Nacer me da pereza.

Don de lenguas

Podemos interviene Podem.

El Gobierno interviene el Govern.

San Antonio de los Alemanes

En pleno centro de Madrid hay una iglesia maravillosa. Se trata de San Antonio de los Alemanes, situada en la esquina de la calle de la Puebla y la corredera Baja de San Pablo.

Es una iglesia pequeña de la que cabe destacar su planta elíptica (una de las pocas que hay en España) y los frescos que decoran tanto la cúpula con las paredes.

El lugar es magnífico e invita a la reflexión. Data de comienzos del siglo XVII, cuando España iniciaba un lento declive desde su momento de máximo esplendor hasta hoy, pero aún seguiría siendo un imperio donde no se ponía el sol hasta comienzos del XIX.

Javier Repullés dio el sermón, a mi juicio, introspectivo y cargado de significado. Por otro lado, fue muy breve y directo al meollo del asunto. En plena crisis, concretamente en 2011, Repullés creó la fundación Pan y peces para ayudar a familas que lo estaban pasando realmente mal. Es alguien que sigue la estela de personas de luz como el Padre Llanos.

Comenzó por hacer autocrítica de los propios curas, diciendo que se trata de "seres pequeños", que cometen errores como el que más y terminó hablando de los egoísmos de esta generación y la incapacidad de mirar más allá del hedonismo inmediato. Pero todo ello en un tono bonachón que invitaba a darle un abrazo. Además, Repullés parece el alter ego de Valle-Inclán y se intuye que le gusta el vino y la compañía de gente sin corbata. Ole. Por si fuera poco, tiene un desarrollado sentido del humor, algo que denota una inteligencia fina y sensible.

Curiosamente, el personal que abarrotaba la iglesia tenía más pinta de votar al PP. Bueno. Les hacen falta esta clase de mensajes.

Más allá de sermones, la iglesia de San Antonio bien vale una visita.

Cómo adoro Madrid. No quiero pensar lo que debieron sentir los republicanos en el exilio, obligados a vivir lejos de España durante cuarenta años.

Un país único, irrepetible. Un pueblo de mano tendida. Siempre.


sábado, 4 de noviembre de 2017

Detalle de El jardín de las delicias


Etiopía

Mi querida amiga Adriana me envía esta foto desde Etiopía.

Con las estupideces de los independentistas y la miopía propia de occidentales que se miran el ombligo, desconocemos cómo se vive en el mundo real, aquel que ocupan las personas que no interesan a nadie.

Innovaciones como el bitcoin apuntan al desarrollo de una nueva conciencia planetaria, donde cada individuo puede convertirse en su propio banco e intercambiar bienes y servicios de persona a persona. Hay que perseverar en la descentralización de los servicios, de la energía, de la educación. Hay que crear unidades de desarrollo integral repartidas por toda la geografía de los olvidados.

En la mirada perdida de estas mujeres que acarrean materiales de construcción está inscrito todo el dolor del mundo. La imposibilidad de no poder siquiera imaginar otra clase de vida.

Queda mucho por hacer. Prácticamente todo.


viernes, 3 de noviembre de 2017

Nosotros

De repente, un llamado. Iván viene de Francia, contacta con Pablo y cenamos los tres juntos. Así, sin más preparativos.

Para alguien que vive en el campo y trabaja solo es mucho. Te da la vida.

Y los veo llegar. Hace unos instantes Pablito era un enano que jugaba con muñecos y nos enternecía a todos. Entonces yo trabajaba en Madrid y siempre estaba pendiente de incrementar su colección. Hoy mide 1,90 y pronto será más alto que el que suscribe.

Preparo a toda máquina un guiso de pescado para los tres, que el tiempo otoñal ya va pidiendo esa clase de cosas.

La mesa donde suelo cenar se viste de fiesta. Nos reímos con ganas. La magia de estar juntos.

Pablo se retira a su habitación para preparar el trabajo de mañana. Las cosas vividas este último año lo han hecho madurar mucho. Está pleno de proyectos y confía -como no podía ser menos- en sus propias fuerzas para llevarlos a cabo.

No logro expresar con toda la intensidad lo que significa verlos así, haciendo sombra sobre el mundo.

Mi hijo mayor tiene la misma edad que tenía cuando él nació. Qué locos lindos éramos entonces su madre y yo. No teníamos nada y éramos muy felices. Se retira pronto a descansar.

Me quedo solo. Abro otra botella de vino y saboreo lentamente la copa. Ha pasado el tiempo.

Viene a mi mente un encuentro mágico en Buenos Aires, 2016, con Teresa Taskar. Me había invitado a comer y la sobremesa se extendió hasta las 10 de la noche. Teresa me hizo cantar un montón de tangos, así a capella. Nostalgias, Malena, Sus ojos se cerraron, Nido gaucho, Volvió esa noche, Garúa, Tinta roja, Amores de estudiante, Golondrinas, María...

En algún momento de la conversación dijo algo en hebreo que no comprendí. Yo salía de mi enésimo naufragio sentimental, un deporte en el que siempre estoy entre los primeros de la ATP. "Aún no ha llegado la que es para vos...", murmuró sonriendo dulcemente.

Salí de anochecida. Caminé por Corrientes, por Figueroa de Acuña, las mismas calles donde fui adolescente. Apenas sentía el incipiente frío del otoño porteño. Hay encuentros, voces, abrazos, miradas, silencios que son prismas para el alma. No se olvidan.

Está en algún lugar del Libro Sagrado. Esta noche mágica junto a mis queridísimos hijos va por ti, Teresa.

Amén.



miércoles, 1 de noviembre de 2017

Viejo Zorba busca Bouboulina

Un poema de la uruguaya Idea Vilariño, enamorada de Juan Carlos Onetti. Enamorada y desenamorada. La luz que brilla con el doble de intensidad y el frío devastador que deja su ausencia. De aquel al que nunca debió amar y al que nunca logró olvidar.

Hace algún tiempo escribí desde Lisboa la crónica de la muerte de un montañero español que pereció en el Himalaya, en plena juventud y en pos de un ideal de perfección. Citaba entonces un texto de Joyce que ha marcado toda mi vida, el momento en que un marido de mediana edad descubre que la esposa a la que ama más que a nada en este mundo nunca ha podido olvidar a su amor de juventud y nunca lo ha querido como a aquel recuerdo, guardándolo para sí, llorándolo a solas. "Qué pobre papel he hecho en tu vida..." se lamenta entonces Gabriel.

Defendía entonces la tesis de que es mejor entrar en ese otro mundo de sombras en plena lucha a brazo partido con una pasión devastadora que ir marchitándose lentamente con la edad.

No es así. La pasión mata los sentidos, ahoga la razón. Y te destruye. Es un fuego estéril. No deja nada a su paso. Escombros, tierras yermas para siempre.

Y las pasiones a edades maduras rayan la imbecilidad.

Después de este sesudo análisis forense que no sirve para una mierda porque pienso seguir enamorándome hasta que se apague el sol tranquilas, chicas, hay ruso loco para rato y para todas, ahora sí, el poemilla.

Nota a pie de página. El poema es de hace algunas décadas. Si necesitas que te cosan algo busca La Retoucherie más cercana o hazlo tú mismo, coño.

Con sabor a tango, desencuentro, sin palabras, buscándote y fuimos. Con sabor a muerte.

Ya no será

Ya no será
ya no
no viviré contigo
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volveré a tocarte.

No te veré morir.