Hoy se casan Raúl y Marcela. Mi querido hermano Raúl. Una persona especial, única, capaz de crear vida donde otros siegan y plantan piedras. Alguien digno de llamarse ser humano. Por si fuera poco, un músico electroacústico de primera clase, cuya obra está destinada a perdurar.
Me envían fotos desde un Buenos Aires en puertas del verano. Se los ve muy felices. A Marcela le gusta el tango, a mí también. No necesita más credenciales.
Volver a creer. Después de haber visto los hilos, toda la maquinaria. Ahí es nada.
Marcela, Raúl, queridísimos, toda la felicidad del mundo. Los mejores vientos para esta singladura. Un abrazo infinito de fogatas y guitarras junto al mar.
viernes, 4 de diciembre de 2015
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1 comentario:
Siempre bellos tus textos, Martin, los leo mientras escucho tus tangos y se me escapan hacia BsAs mis más afectuosas felicitaciones y los mejores deseos.
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