Dos gigantes en estado de gracia. Jim Hall a la guitarra y Bill Evans al piano. Un dúo difícil: guitarra y piano, compitiendo por el mismo espacio armónico. Sin embargo, Hall y Evans hacen que todo parezca sencillo, la sensación de espacio, el fraseo, la invención melódica. De tiempos anteriores a las maquinitas, cuando la única máquina válida era el corazón humano.
miércoles, 9 de marzo de 2016
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