viernes, 13 de mayo de 2016
Paredón
El viento patagónico corre por los valles hacia el mar. Corre loco, agitado. No duerme. Como sus habitantes. Tierras desiertas, rufianes, tahúres, escoria de toda condición. La muerte también. Me fui de mí mismo. Nadie vino a buscarme. Vi el miedo en sus ojos, me endurecí. Viajé por páramos más tristes que los del país de Gales.
Buque de exiliados queriendo volver. A Europa, a los cafés de las ciudades. A Madrid, al sur de Italia. Volver a qué. Están todos muertos. Manuel también.
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