viernes, 8 de noviembre de 2019

Autofagia

La restricción calórica como mecanismo para alargar la vida en ratones se conoce desde hace décadas. La longitud de los telómeros. Estadísticamente, los habitantes de Okinawa viven más que el resto de los habitantes de la isla -ya de por sí muy longevos. En España las cifras también son muy positivas, pero en este caso la gente vive más gracias al cachondeo general y al hecho de no tomarse nada demasiado en serio. En España es impensable que la gente se deje de hablar por ser peronista o funambulista- y los "okinawenses" consumen, por término medio, solo el 80 % de las calorías que ingiere el resto de la población japonesa. Su menú contiene, principalmente, aceites de pescado, vegetales y productos derivados de la soja. Hay más cuestiones que explican la longevidad japonesa, como es el caso de la medicina preventiva, pero que existan diferencias sustanciales entre diversas regiones del mismo país resulta muy significativo.

Bien, ahora surge el tema de la autofagia. En 2016 el científico japonés Yoshinori Ohsumi ganó el premio Nobel por su investigación sobre los mecanismos de la autofagia, un proceso todavía poco estudiado. Como siempre sucede, aparece una legión de vendedores de crecepelos e iluminados de toda condición que se suben al tren a ver si rascan algo, pero el mecanismo en sí está fuera de toda cuestión.

Desde un punto de vista antropológico, nuestra relación con la comida no ha sufrido cambios sustanciales desde que nuestros antepasados corrían 100 kilómetros -sí, más de 2 maratones- para cazar un animal. Supongo que, como siempre, correrían algunos y otros se quedarían en casa esperando la hora de la cena y viendo Netflix (que tampoco pagarían ellos). Ni los platos lavarían. Así hemos llegado a ser lo que somos. Véase a Trump o Bolsonaro.

No nos desviemos. El tema del ayuno funciona. Todas las religiones incluyen periodos de ayuno como una práctica normalizada. Y, obviamente, en Occidente se tiende a comer mal y en cantidades muy superiores a las necesarias. Hago "religiosamente" mis 10.000 pasos diarios, pero tengo la sospecha de que me quedo corto. Me interesa mejorar la capacidad de concentración y estudiar la calidad de los alimentos. Este tipo de cosas deberían enseñártelas en el colegio en lugar de los logaritmos neperianos. Como no es así, hay que buscar información y utilizar el sentido común, que no es muy común.

Es más, pienso experimentar conmigo mismo y ya os contaré cómo va el tema. El texto este es tan largo y digo más tonterías que de costumbre porque hoy es el día 1 de mi plan 16-8 y me está entrando un hambre importante. Mientras escribo me mantengo ocupado y no pienso en comida. Tengo que esperar hasta mañana a las 8. En vez de ovejitas hoy voy a contar pasteles de papas, matambres, pastafrolas, chocotortas, helados de dulce de leche a tutiplén...

Madre mía del Amor Hermoso, qué nochecita me espera. Por Tutatis, espero que la autofagia se lleve lo peor de mi ser y no acabe con todo aquello con lo que he hecho las paces a lo largo de estos años. Me arriesgaré.

¿Es posible que las ideas ultras estén estrechamente relacionadas con un suministro defectuoso de oxígeno a las neuronas? A ver si termino con el aspecto físico de George Clooney y el cerebro de Salvini. Mi gozo en un pozo.

Si de aquí a unos días empiezo a decir cosas como "España para los españoles" o "vete a tu puto país" quedará demostrado que es mucho mejor comer 7 veces al día como mínimo.

Mi reino por una provoleta con orégano y aceitinho de oliva.

No hay comentarios: