La Vanguardia publica un interesante artículo sobre Neri y la SGAE. Así es como se hacen las cosas. A lo grande. Bueno, a Roldán le sentó bien la cárcel. Por fin pudo estudiar... La ilusión de su vida. Además, este hombre es ¡un río para su gente!
La operación "Saga" comienza a tener un nombre protagonista: José Luis Rodríguez Neri. Según el último auto del juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, el director de la filial digital SDAE "ideó" un entramado societario con el consentimiento de Teddy Bautista, presidente de la Sociedad General de Autores y Editores.
El informe de Ruz explica que la empresa Microgénesis ingresó, en el período 2003-2009, aproximadamente 26,4 millones de euros procedentes del grupo SGAE. Neri ocupó el cargo de presidente de la sociedad hasta enero de 2003, y además siguió "ligado" – siempre según el auto del juez - hasta marzo de 2005, fecha "en la que formalmente la entidad pasa al control de sus amigos y socios en otras empresas Rafael Ramos y su pareja Elena Vázquez".
La sociedad fue rentable para los principales directivos. El atestado dice se ha podido comprobar ingresos en las cuentas personales de la pareja Rodríguez Neri-García Pombo en el periodo analizado, entre 2002 y 2009, superiores a los tres millones de euros".
"Un entorno familiar"
Aunque en los informes figuran múltiples nombres de empresas vinculadas a la supuesta trama, y existen variados y complejos vínculos con la Sociedad General de Autores y Editores, todo resulta mucho más "familiar" de lo que pueda parecer en un principio. De esta forma, Ruz señala en su último auto que "se ha podido constatar cómo los intereses económicos de José Luis Rodríguez Neri y los de su pareja María Antonia García pasan por las sociedades Hipotálamo SL, Micromega Consultores SL, Luna Negra Producciones SL y asimismo a Ribera de Mayorga (esta última entidad vinculada a la pareja Ramos Elena Vázquez)". ¿Demasiadas sociedades limitadas?
El magistrado pasa a poner nombre y apellidos a los supuestos beneficiarios. Así, escribe que "la investigación desarrollada permite constatar cómo en el entramado societario analizado participarían de forma directa diversos miembros del entorno familiar y de amistad más cercano a Neri, a saber, su hija Leticia Rodríguez Álvarez, su compañera sentimental, Maria Antonia García Pombo, la hermana de ésta Pilar Eva García e incluso una hermana del propio Neri, Juana Cristina Rodríguez Neri".
Y sus "amigos y socios"
Pablo Ruz apunta que, además de los familiares de Neri, "también tendrían un papel relevante la pareja formada por Rafael Ramos Díaz y su compañera sentimental, Elena Vázquez Serrano, quienes mantienen vinculaciones societarias en varias mercantiles con Neri, pudiendo también haber sido beneficiaria de dicha actividad la hija de los anteriores, Sara Ramos Vázquez".
Que Neri pusiese al cargo de Microgénesis a amigos, y socios en otros negocios, le permitía, según la investigación, ser el máximo responsable de SDAE y, al mismo tiempo, seguir vinculado de forma directa con la empresa. En esta línea, el auto asevera que el directivo "sigue siendo usuario de una tarjeta de crédito" cuando ha dejado de formar parte de la sociedad, y que "emplea para su uso personal, que no es cancelada hasta el 08.11.07, a raíz presuntamente de la aparición en los medios de comunicación de la próxima interposición de la denuncia ante la Fiscalía Especial, y que presenta elevados gastos siendo muestra el importe global de 40.018,45 euros por 12 meses entre 2005 y 2006".
Mostrando entradas con la etiqueta Neri. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Neri. Mostrar todas las entradas
miércoles, 6 de julio de 2011
Neri, ese hombre
Etiquetas:
Audiencia Nacional,
Cata,
corrupción,
Neri,
Pablo Ruz,
Rafael Ramos,
SDAE,
SGAE,
Teddy Bautista
domingo, 3 de julio de 2011
Mirar para otro lado
La historia continúa. Nadie sabía nada... Y ahora salen los amigos, que también están en el ajo, a defender lo indefendible, creyendo que la gente es imbécil. Es muy sencillo, tú págame el canon o déjame recaudar el dinero que nadie reclama y yo ya me ocupo de "repartir"... Mientras el sufragio siga siendo censitario bastan unas cuantas voluntades para que la Nomenklatura se perpetúe, cerrando el círculo.
Si se investigara la cuestión de los adelantos sobre derechos futuros, habría más de una sorpresa. Quiénes reciben esos adelantos, a cambio de qué, cómo los devuelven (o no) ...
En cuanto al entramado societario, es Vox Populi desde hace años. Véase este artículo de El Público donde se cuenta todo. Es de octubre de 2007.
La SDAE (Sociedad Digital de Autores y Editores), filial digital de la Sociedad General de Autores presuntamente utilizada para desviar fondos durante años a empresas privadas, cerró un día antes de la operación de la Guardia Civil que acabó con la detención de cuatro directivos de la SGAE -entre ellos el presidente del Consejo de Dirección, Eduardo Teddy Bautista- el pasado viernes. La sociedad disuelta es ahora sospechosa de haber servido para cobijar delitos de apropiación indebida, estafa y administración desleal entre 2003 y 2007.
La compañía fue tachada de ilegal tras su fundación. Los tribunales declararon nula su constitución reprochando a la SGAE que ocultara a través de su filial "una auténtica actividad lucrativa de gestión, disfrazándola como actividad asistencial de promoción o de formación". La SGAE, que por mandato legal tiene prohibido ganar dinero, recurrió hasta llegar al Supremo y perdió definitivamente en 2007.
Pero no disolvieron la filial. Pablo Hernández, director del departamento jurídico de la entidad, asegura que se modificó su objeto social para adecuarlo a las exigencias de los tribunales. Afirma que el Consejo de Dirección decidió liquidarla en marzo de este año porque, tras la implantación del Teseo, un modelo de gestión digital de los derechos de autor, ya no era necesaria. El plazo para disolverla vencía el pasado 30 de junio. Casualmente, o no, coincidió con las elecciones a la junta directiva y con la llegada a la sede de la SGAE, un día después, de decenas de guardias civiles con una orden de registro.
La SGAE constituyó a finales de 1999 la SDAE como sociedad limitada. Entre su objeto social se incluía la "edición electrónica y digital de música y partituras". Por eso las grandes majors -como Sony o Universal- acudieron al juzgado para denunciar competencia desleal por parte de una entidad que debería limitarse a gestionar los derechos de autor. La primera vez que la justicia les dio la razón fue en junio de 2000, pocos meses después de la creación de la empresa.
La Audiencia Nacional determinará ahora si durante sus once años y medio de existencia sirvió de medio para el lucro personal e ilícito de algunos directivos de la SGAE gracias a contratos firmados entre la filial digital y empresas privadas vinculadas con el director general de la SDAE, José Luis Rodríguez Neri, exconsejero y exdirector de gestión de la SGAE, detenido el viernes como principal implicado en la trama. También deberá resolver si el resto de arrestados, entre ellos Bautista, actuaron en connivencia con él. Está previsto que hoy declaren ante el juez Pablo Ruz los tres directivos de la SGAE: Teddy Bautista; el director financiero, Ricardo Azcoaga; y el consejero Enrique Loras. El lunes lo hará Neri.
Antes de que se creara la SDAE, las nuevas tecnologías eran competencia de la Comisión de Investigación y Desarrollo de la SGAE. La comisión tenía una estrecha relación comercial con Microgénesis, una empresa dedicada a suministrar programas y aplicaciones informáticas cuyo presidente y consejero delegado era Neri. "En ese momento pensábamos que el futuro estaba en lo digital, por eso decidimos crear una sociedad específica de la SGAE para estos asuntos", recuerda José Ramón Martínez Márquez, Ramoncín, entonces miembro de la junta directiva de la SGAE. "Teníamos plena confianza en él así que fue nombrado director general de la nueva SDAE".
Neri abandonó formalmente Microgénesis el 4 de febrero de 2003. "Creo que incluso lo acreditó notarialmente para demostrar que no había incompatibilidad", explica Caco Senante, miembro de la junta directiva de la SGAE reelegida el pasado jueves. La empresa quedó administrada por su antiguo socio, Rafael Ramos, también detenido.
Pero las relaciones de Neri con la empresa eran intensas. Su esposa, María Antonia García Pombo, fue administradora única hasta 2001. Su cuñada, Eva García Pombo, dejó el cargo de consejera delegada en febrero de 2003, pero después pasó a ser administradora hasta octubre de 2009. Ambas fueron arrestadas por la Guardia Civil.
La justicia tendrá que determinar ahora, a la luz de la documentación y material obtenidos por la Guardia Civil en los registros de la sede de la SGAE y de empresas y domicilios particulares, si estos contratos eran delictivos y si se llegó incluso a cobrar por servicios no prestados.
Pero, al margen de que se haya cometido un fraude masivo, ¿nunca se planteó la junta directiva de la SGAE que era irregular que su filial digital contratara con una empresa creada por su director general? "Neri acreditó que se había desvinculado de Microgénesis y en principio no teníamos por qué desconfiar", responde Caco Senante, miembro de la junta directiva de SGAE. ¿Y tras la denuncia de las asociaciones de internautas en 2007? "Pudo haber suspicacias, pero no pruebas de nada. Además, la denuncia era muy desproporcionada. Hablaba de 400 millones desviados cuando jamás se ha recaudado una cantidad así".
Aún no se conoce la cantidad del supuesto desfalco; si se trató de decenas de miles de euros o de millones. En todo caso, queda una pregunta abierta: ¿Por qué la principal contratista de la filial de la SGAE era la antigua empresa de su director general?
Si se investigara la cuestión de los adelantos sobre derechos futuros, habría más de una sorpresa. Quiénes reciben esos adelantos, a cambio de qué, cómo los devuelven (o no) ...
En cuanto al entramado societario, es Vox Populi desde hace años. Véase este artículo de El Público donde se cuenta todo. Es de octubre de 2007.
La SDAE (Sociedad Digital de Autores y Editores), filial digital de la Sociedad General de Autores presuntamente utilizada para desviar fondos durante años a empresas privadas, cerró un día antes de la operación de la Guardia Civil que acabó con la detención de cuatro directivos de la SGAE -entre ellos el presidente del Consejo de Dirección, Eduardo Teddy Bautista- el pasado viernes. La sociedad disuelta es ahora sospechosa de haber servido para cobijar delitos de apropiación indebida, estafa y administración desleal entre 2003 y 2007.
La compañía fue tachada de ilegal tras su fundación. Los tribunales declararon nula su constitución reprochando a la SGAE que ocultara a través de su filial "una auténtica actividad lucrativa de gestión, disfrazándola como actividad asistencial de promoción o de formación". La SGAE, que por mandato legal tiene prohibido ganar dinero, recurrió hasta llegar al Supremo y perdió definitivamente en 2007.
Pero no disolvieron la filial. Pablo Hernández, director del departamento jurídico de la entidad, asegura que se modificó su objeto social para adecuarlo a las exigencias de los tribunales. Afirma que el Consejo de Dirección decidió liquidarla en marzo de este año porque, tras la implantación del Teseo, un modelo de gestión digital de los derechos de autor, ya no era necesaria. El plazo para disolverla vencía el pasado 30 de junio. Casualmente, o no, coincidió con las elecciones a la junta directiva y con la llegada a la sede de la SGAE, un día después, de decenas de guardias civiles con una orden de registro.
La SGAE constituyó a finales de 1999 la SDAE como sociedad limitada. Entre su objeto social se incluía la "edición electrónica y digital de música y partituras". Por eso las grandes majors -como Sony o Universal- acudieron al juzgado para denunciar competencia desleal por parte de una entidad que debería limitarse a gestionar los derechos de autor. La primera vez que la justicia les dio la razón fue en junio de 2000, pocos meses después de la creación de la empresa.
La Audiencia Nacional determinará ahora si durante sus once años y medio de existencia sirvió de medio para el lucro personal e ilícito de algunos directivos de la SGAE gracias a contratos firmados entre la filial digital y empresas privadas vinculadas con el director general de la SDAE, José Luis Rodríguez Neri, exconsejero y exdirector de gestión de la SGAE, detenido el viernes como principal implicado en la trama. También deberá resolver si el resto de arrestados, entre ellos Bautista, actuaron en connivencia con él. Está previsto que hoy declaren ante el juez Pablo Ruz los tres directivos de la SGAE: Teddy Bautista; el director financiero, Ricardo Azcoaga; y el consejero Enrique Loras. El lunes lo hará Neri.
Antes de que se creara la SDAE, las nuevas tecnologías eran competencia de la Comisión de Investigación y Desarrollo de la SGAE. La comisión tenía una estrecha relación comercial con Microgénesis, una empresa dedicada a suministrar programas y aplicaciones informáticas cuyo presidente y consejero delegado era Neri. "En ese momento pensábamos que el futuro estaba en lo digital, por eso decidimos crear una sociedad específica de la SGAE para estos asuntos", recuerda José Ramón Martínez Márquez, Ramoncín, entonces miembro de la junta directiva de la SGAE. "Teníamos plena confianza en él así que fue nombrado director general de la nueva SDAE".
Neri abandonó formalmente Microgénesis el 4 de febrero de 2003. "Creo que incluso lo acreditó notarialmente para demostrar que no había incompatibilidad", explica Caco Senante, miembro de la junta directiva de la SGAE reelegida el pasado jueves. La empresa quedó administrada por su antiguo socio, Rafael Ramos, también detenido.
Pero las relaciones de Neri con la empresa eran intensas. Su esposa, María Antonia García Pombo, fue administradora única hasta 2001. Su cuñada, Eva García Pombo, dejó el cargo de consejera delegada en febrero de 2003, pero después pasó a ser administradora hasta octubre de 2009. Ambas fueron arrestadas por la Guardia Civil.
La justicia tendrá que determinar ahora, a la luz de la documentación y material obtenidos por la Guardia Civil en los registros de la sede de la SGAE y de empresas y domicilios particulares, si estos contratos eran delictivos y si se llegó incluso a cobrar por servicios no prestados.
Pero, al margen de que se haya cometido un fraude masivo, ¿nunca se planteó la junta directiva de la SGAE que era irregular que su filial digital contratara con una empresa creada por su director general? "Neri acreditó que se había desvinculado de Microgénesis y en principio no teníamos por qué desconfiar", responde Caco Senante, miembro de la junta directiva de SGAE. ¿Y tras la denuncia de las asociaciones de internautas en 2007? "Pudo haber suspicacias, pero no pruebas de nada. Además, la denuncia era muy desproporcionada. Hablaba de 400 millones desviados cuando jamás se ha recaudado una cantidad así".
Aún no se conoce la cantidad del supuesto desfalco; si se trató de decenas de miles de euros o de millones. En todo caso, queda una pregunta abierta: ¿Por qué la principal contratista de la filial de la SGAE era la antigua empresa de su director general?
Etiquetas:
Microgénesis,
Neri,
SDAE,
SGAE,
Teddy Bautista
Suscribirse a:
Entradas (Atom)