
Las desgracias de Jaime de Marichalar no tienen fin. Ahora, el otrora duque de Lugo ha sido eliminado del Museo de Cera de Madrid. Estoy perplejo con esta crueldad tan real como la vida misma y las dudas metafísicas me roen el alma. El estatus de personaje en el limbo en que ha quedado confinado Marichalar recuerda las fotos retocadas de la época de Stalin.
Desde aquí llamo a la insurrección popular. ¡A las barricadas! Primero vinieron a por Don Jaime de Marichalar y no hicísteis nada, después irán a por quién sabe quién...
¿Y si ocurre como en tiempos de Don Carlos y esto es el preludio de la formación de un bando Jaimista con sus retequés y todo? ¿Quién será el nuevo Zumalakárregui?
¿Recibirá una pensión vitalicia a cambio de su forzado silencio y su compromiso de esfumarse? ¿Acaso se puede acceder al nirvana de la sangre real y ser vampirizado de un día para otro? Desde un punto de vista ontológico, ¿lo real es contingente? ¿La condición de miembro real es algo que se otorga graciosamente y se anula con la misma facilidad -oh misterios de la Gracia Divina-, como si se tratara del mismísimo Faraón Teddy Bautista, ¡hijo de Anubis!, sentado en el trono de su Xanadú-Sgae? ¿Se trata a fin de cuentas de una empresa más que echa a sus empleados cuando le estorban de una soberana patada en el culo? ¿Cabe hablar de despido improcedente? ¿Puede darse el lujo España -cuesta abajo y sin frenos- de dedicarle a este tipo de soplapolleces un minuto más?
Compañero Marichalar, bienvenido a las filas del paro. Siempre supimos que érais uno de los nuestros. ¡Aquellas colosales meteduras de pata! ¡Aquellas declaraciones invariablemente incongruentes! Estábais tan cerca de nos, los simples mortales. Y ahora os borran del mapa... Alondra gris, tu dolor me conmueve.
He aquí la luctuosa crónica. Como dice la Biblia, qui potest capere capiat. El que pueda entender, que entienda.
No corren buenos tiempos para Jaime de Marichalar. Primero, el cese temporal de la convivencia; luego, la separación; más tarde, el divorcio... ayer la Casa del Rey lo borró de la web oficial y además retiró su foto. Ahora, el Museo de Cera de Madrid anuncia que retira también su figura.
Marichalar estaba inicialmente en la llamada sala real, con los Reyes y sus hijos. Al separarse pasó a la sala taurina "por su afición a la fiesta nacional". Algunos temieron incluso que pudiera aparecer en el pretendido ruedo ataviado de bombero torero. Ahora la solución intermedia también les parece a los rectores del museo innecesaria. Por eso a partir de mañana, la figura del que fuera duque de Luego quedará apilada en un almacén en el que se amontonan estatuas pasadas de moda. Estamos en tiempo de rebajas.
Cuando se divorció de Andrés de Inglaterra, la estatua de Sarah Ferguson fue decapitada en un acto simbólico bastante cruel. Porca miseria.
Mi Señor Don Jaime, donde vos estáis agora, antes estuvieron todos aquellos que fundaron un Imperio. Donde muchos sólo alcanzan a atisbar insondables abismos y rechinar de dientes, unos pocos iluminados contemplan la huidiza faz del dios de la Fama y la Fortuna. Inefables faros, fundamentos de esta especie, la nuestra. Comienza hoy la travesía del desierto. Adarga antigua y lanza en ristre os esperan. El yelmo de Mambrino volverá a enseñorear privilegiado cráneo, noble testa. El poderoso mago Fristón os muestra el sendero. Asnos, burros, burdéganos alados saludan con voces de bronce, aprestad las caballerías, acaudillad las mesnadas... ni quito ni pongo rey, el cielo os colme de venturas. ¡Altivo en la derrota...! Se ha perdido una batalla, pero no la guerra. ¡Temed! ¡Temed todos! NEMO ME IMPUNE LACESSIT. ¡Arrieritos somos!