El malevo regresó a la milonga. Hacía tiempo que no se dejaba caer por ahí. Dieciocho y minas. Noches en ganador.
Pero todo eso había pasado a la historia. Qué cansada imagen me devuelve el espejo. Ah... si pudieras ver.
De camino a su mugrienta pensión, el malevo tuvo tiempo de pensar.
"Yo me hice a mí mismo. Ahí tenés la explicación de por qué todo salió como salió..."
Madrid comenzaba a desperezarse.
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