Si hay un defecto que me cuesta horrores aceptar es la falta de lealtad, la traición manifiesta. Y si me cuesta entenderla en extraños, en los propios, en los de uno, directamente me repugna y así que pasen mil años se me queda grabada a sangre y fuego, qué le vamos a hacer. Un traidor es una forma muy baja de la existencia. Sean cuáles sean sus motivos.
Qué extraño. La traición está en la base de nuestra cultura. Los hermanos se traicionan y se matan en el Antiguo Testamento, uno de los doce vende a Cristo y otro lo niega, Agamenón y Aquiles amenazan con romper la coalición griega con sus constantes conflictos, los caballeros de Odiseo se disputan su herencia como perros de presa, Sir Lancelot le clavará una daga a Arturo donde más duele. Hasta las hijas del Rey Lear, exceptuando a la bondadosa Cordelia, soñarán con la muerte del viejo para hacerse con su legado. Y qué decir del homicida tío de Hamlet. La lealtad no está ni se la espera. De los amores mejor hablamos en otra ocasión.
Hete aquí la SGAE. Dando un espectáculo patético. Por su comportamiento, la SGAE merecería ser intervenida de inmediato, troceada en organismos menores y más controlables. De forma que los delirios de grandeza del pasado no pudieran reproducirse bajo ninguna circunstancia. No es más que una cueva de intereses turbios. Reixa cometió el error de meterse con la mafia y fue ciertamente cándido. O vas muy bien armado o apareces en una fosa en las afueras de Las Vegas. Lo de la música en horario de madrugada o las notas inaudibles de tipos ataviados con gafas de sol para que sus amistades no los reconozcan, qué decir. Nada. Personas que utilizan obras de autores clásicos que pertenecen al dominio público y las registran a nombre de su madre de 90 años o su hijo de 10. Una estafa.
Los compañeros de candidatura de Antón Reixa -se diga lo que se diga, un cerebro bien amueblado en medio de egos con buñuelos de aire por cabezas- recibirán su justo castigo. Hay que ser realmente muy estúpido para pensar a estas alturas que Roma paga traidores. Los usa como comida para gatitos en el circo máximo.
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sábado, 20 de julio de 2013
jueves, 10 de mayo de 2012
Reixa
Antón Reixa y su candidatura Aunir han ganado las elecciones en la SGAE y, lo que es más importante, no han obtenido mayoría absoluta que ya sabemos a lo que conduce.
El líder de Os Resentidos ha comenzado su mandato (logrado gracias al apoyo de los editores y de algunos miembros de la candidatura de Sisa) con un gesto significativo: se ha bajado el sueldo. Pero no un tímido 5 por ciento o un 10... Donde Teddy Bautista cobraba 400.000 euros al año, Antón Reixa pasará a cobrar 60.000.
Si tuviéramos políticos la mitad de decentes la gente entendería bastante mejor la situación del país. Pero no. Ni los miembros del gobierno de España, ni los diputados, ni los senadores y un etcétera tan largo de los que chupan de la teta del Estado -es decir, de todos nosotros, porque somos todos los que pagamos sus sueldos, sus "miserias" de gastos personales en Marbella, etc.- que necesitaría gigas y gigas para enumerarlos a todos, han visto reducidos sus emolumentos más allá de retoques cosméticos.
Especial atención merece el presupuesto de la casa real (este teclado tiene ciertos problemas con algunas mayúsculas). En plena debacle, el rey de España y su extraña familia han reducido su presupuesto en un dos (2) por ciento. ¿Quiere hacer amigos? Pregúnteme cómo...
En el caso de Reixa, actual presidente de la SGAE, es la primera vez en mi vida que veo a alguien que, pudiendo hacer lo contrario, se baja el sueldo de 400.000 euros a 60.000 euros. Alguien que es incapaz de vivir con 60.000 euros en un país con el nivel de paro de España debería ser eliminado de la función pública. Incapacitado de por vida.
Pero no. La vida no es así. En el mundo de la empresa privada (que será reflotada con dinero público) ahí tenemos a Rodrigo Rato, conocido en su casa como "el genio", que se irá de Bankia reclamando una indemnización de 1,2 millones de euros. Su sucesor, un señor de apellido vasco extenso y hechuras de bon vivant, "sólo" cobrará 600.000 euros al año, pero no teman: ya se llevó más de 60 millones de euros tras su paso por el BBVA.
En el caso de los diputados, cuando comenzó esta legislatura el único que solicitó que no le fueran abonadas las dietas (otro sueldo) que le correspondían legalmente porque tenía casa en Madrid fue Toni Cantó, diputado por UPyD, cuya dirigente, Rosa Díez, logra la mejor valoración en la categoría de líderes políticos.
En cuanto al mundo de la sangre azul, ya sabemos lo que hay: uno que vino a defender su honor como si fuera el alcalde de Zalamea y ahora quiere pactar para devolver un poco de lo que se llevó y esquivar la cárcel, y otro que se va a cazar elefantes, acompañado de una rubia -rubia que me amuraste y me hiciste mal- y que tras una escueta disculpilla de no lo haré más de 11 palabras de extensión, aquí no ha pasado nada. Después está el chavalín que, poseído por la manía suicida del actual gobierno de España, va y se pega un tiro en el pie. Altamente simbólico. Nada... cosas de niños... lo normal (sobre todo si tienes un padre subnormal).
Lo que ha hecho Reixa en la SGAE debería hacerse por decreto en todas las empresas públicas del país (y el caso es que la SGAE no lo es). Es una cuestión moral básica: no puedes pedirle a nadie algo que no estás dispuesto a hacer tú mismo. Pero eso no sucederá jamás. Los pijos han de seguir siendo pijos, con sus coches de pijo, sus clubs de campo, sus casoplones y sus marbellas. ¿Hasta cuándo? Hasta un nuevo 14 de abril. Antes no.
El líder de Os Resentidos ha comenzado su mandato (logrado gracias al apoyo de los editores y de algunos miembros de la candidatura de Sisa) con un gesto significativo: se ha bajado el sueldo. Pero no un tímido 5 por ciento o un 10... Donde Teddy Bautista cobraba 400.000 euros al año, Antón Reixa pasará a cobrar 60.000.
Si tuviéramos políticos la mitad de decentes la gente entendería bastante mejor la situación del país. Pero no. Ni los miembros del gobierno de España, ni los diputados, ni los senadores y un etcétera tan largo de los que chupan de la teta del Estado -es decir, de todos nosotros, porque somos todos los que pagamos sus sueldos, sus "miserias" de gastos personales en Marbella, etc.- que necesitaría gigas y gigas para enumerarlos a todos, han visto reducidos sus emolumentos más allá de retoques cosméticos.
Especial atención merece el presupuesto de la casa real (este teclado tiene ciertos problemas con algunas mayúsculas). En plena debacle, el rey de España y su extraña familia han reducido su presupuesto en un dos (2) por ciento. ¿Quiere hacer amigos? Pregúnteme cómo...
En el caso de Reixa, actual presidente de la SGAE, es la primera vez en mi vida que veo a alguien que, pudiendo hacer lo contrario, se baja el sueldo de 400.000 euros a 60.000 euros. Alguien que es incapaz de vivir con 60.000 euros en un país con el nivel de paro de España debería ser eliminado de la función pública. Incapacitado de por vida.
Pero no. La vida no es así. En el mundo de la empresa privada (que será reflotada con dinero público) ahí tenemos a Rodrigo Rato, conocido en su casa como "el genio", que se irá de Bankia reclamando una indemnización de 1,2 millones de euros. Su sucesor, un señor de apellido vasco extenso y hechuras de bon vivant, "sólo" cobrará 600.000 euros al año, pero no teman: ya se llevó más de 60 millones de euros tras su paso por el BBVA.
En el caso de los diputados, cuando comenzó esta legislatura el único que solicitó que no le fueran abonadas las dietas (otro sueldo) que le correspondían legalmente porque tenía casa en Madrid fue Toni Cantó, diputado por UPyD, cuya dirigente, Rosa Díez, logra la mejor valoración en la categoría de líderes políticos.
En cuanto al mundo de la sangre azul, ya sabemos lo que hay: uno que vino a defender su honor como si fuera el alcalde de Zalamea y ahora quiere pactar para devolver un poco de lo que se llevó y esquivar la cárcel, y otro que se va a cazar elefantes, acompañado de una rubia -rubia que me amuraste y me hiciste mal- y que tras una escueta disculpilla de no lo haré más de 11 palabras de extensión, aquí no ha pasado nada. Después está el chavalín que, poseído por la manía suicida del actual gobierno de España, va y se pega un tiro en el pie. Altamente simbólico. Nada... cosas de niños... lo normal (sobre todo si tienes un padre subnormal).
Lo que ha hecho Reixa en la SGAE debería hacerse por decreto en todas las empresas públicas del país (y el caso es que la SGAE no lo es). Es una cuestión moral básica: no puedes pedirle a nadie algo que no estás dispuesto a hacer tú mismo. Pero eso no sucederá jamás. Los pijos han de seguir siendo pijos, con sus coches de pijo, sus clubs de campo, sus casoplones y sus marbellas. ¿Hasta cuándo? Hasta un nuevo 14 de abril. Antes no.
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