Una frase que suele utilizar mi primo, el montañero salteño Christian Vitry, que ha encontrado a Dios en las cumbres, y que me gusta para acabar el año y empezar la nueva década. Ahí va,
Nada ha cambiado, excepto mi actitud,
por eso todo ha cambiado.
Así sea.
jueves, 30 de diciembre de 2010
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