viernes, 28 de octubre de 2011
martes, 25 de octubre de 2011
En el jardín de Epicuro
Hoy ha sido un día grandioso. Primera tormenta de otoño. El cielo gris, viento del noroeste y una lluvia pertinaz. Una luz acerada propia de dias alciónicos. Un viento como de Maelstrom.
Desde mi ventana, el faro del fin del mundo.
Trabajé durante todo el día y hacia la hora del crepúsculo la lluvia cesó y se abrieron los cielos, dejando paso a unas estrellas que parecían recién creadas.
Salí a recorrer los campos mojados, respirando un aire perfumado, cargado de buenos presagios. Eché en falta a mi viejo perro Fidel y una pipa con tabaco del que fumaba mi padre. Volví a casa, encendí el fuego y cené sopa de pescado con arroz.
Es medianoche. Escribo desde mi estudio. Me acompaña un plato de nueces recolectadas en las orillas del Tajuña y un vaso de whisky. Va por ustedes...
Suenan los tangos de Roberto Goyeneche: otro que cada día canta mejor.
Trabajaré toda la noche.
La muerte no nos concierne, afirmaba Epicuro. Mientras existimos , ella no está presente. Y cuando llega la muerte nosotros ya no somos.
Que así sea.
Desde mi ventana, el faro del fin del mundo.
Trabajé durante todo el día y hacia la hora del crepúsculo la lluvia cesó y se abrieron los cielos, dejando paso a unas estrellas que parecían recién creadas.
Salí a recorrer los campos mojados, respirando un aire perfumado, cargado de buenos presagios. Eché en falta a mi viejo perro Fidel y una pipa con tabaco del que fumaba mi padre. Volví a casa, encendí el fuego y cené sopa de pescado con arroz.
Es medianoche. Escribo desde mi estudio. Me acompaña un plato de nueces recolectadas en las orillas del Tajuña y un vaso de whisky. Va por ustedes...
Suenan los tangos de Roberto Goyeneche: otro que cada día canta mejor.
Trabajaré toda la noche.
La muerte no nos concierne, afirmaba Epicuro. Mientras existimos , ella no está presente. Y cuando llega la muerte nosotros ya no somos.
Que así sea.
martes, 18 de octubre de 2011
Mi tío José
Llevo demasiados días encerrado resolviendo cuestiones alimenticias. Luz al final del túnel: un proyecto de tango junto al inefable Doctor Cohen. Somos como los siete locos de Roberto Arlt pero en dos.
En medio de la vorágine de noches sin dormir escribe mi hermano. Casi simultáneamente llega la noticia de que le han detectado un cáncer de páncreas a mi tío José, la noticia de la metástasis y la noticia de su muerte. Tal cual.
Mi padre, que quería mucho a mi tío José, está realmente afectado. Nosotros, también. Porque José Aisenberg era un gran tipo, una persona que te hacía sentir bien y que siempre estaba al quite.
Descansa en paz, viejo y querido tío. Un abrazo al otro lado de la Estigia.
En medio de la vorágine de noches sin dormir escribe mi hermano. Casi simultáneamente llega la noticia de que le han detectado un cáncer de páncreas a mi tío José, la noticia de la metástasis y la noticia de su muerte. Tal cual.
Mi padre, que quería mucho a mi tío José, está realmente afectado. Nosotros, también. Porque José Aisenberg era un gran tipo, una persona que te hacía sentir bien y que siempre estaba al quite.
Descansa en paz, viejo y querido tío. Un abrazo al otro lado de la Estigia.
sábado, 15 de octubre de 2011
jueves, 13 de octubre de 2011
Spain, zero points
No tenía ni idea de que Steve Jobs y Zapatero eran familiares. Es mejor no ahondar en la cuestión del reparto genético. Lo hablamos en otro momento.
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Zapatero
miércoles, 12 de octubre de 2011
Marmitako
Ahora que empiezan los fríos nocturnos nada mejor que un buen marmitako. Anoche preparé uno "con todo mi joven" como dicen en México y creo que mi calificación como cocinero ha pasado de "progresa adecuadamente" a "notable". Como siempre cocino acordándome de Obelix hoy sobró guisado y caldo. 14:30 y se me hace la boca agua.
Acaba de llamar Iván, el hijo pródigo. "Casualmente" andaba por aquí, "casualmente" a la hora de comer. Ahh... qué importa! Un padre puede con diez hijos (y diez hijos no pueden con un padre...).
Muy bíblico hoy. Empiezo a parecerme a Simeón el Estagirita, cuarenta años en lo alto de una columna. Después de todo, estoy relativamente cerca de Calanda, patria chica de Buñuel.
Acaba de llamar Iván, el hijo pródigo. "Casualmente" andaba por aquí, "casualmente" a la hora de comer. Ahh... qué importa! Un padre puede con diez hijos (y diez hijos no pueden con un padre...).
Muy bíblico hoy. Empiezo a parecerme a Simeón el Estagirita, cuarenta años en lo alto de una columna. Después de todo, estoy relativamente cerca de Calanda, patria chica de Buñuel.
martes, 11 de octubre de 2011
Para hacer bien el amor hay que venir al sur
Islandia juzga y encarcela a sus banqueros, responsables directos de esta crisis generada en despachos. Nosotros no. Nosotros damos a nuestros banqueros una pensión de órdago que sale del dinero que hemos puesto todos -nadie nos preguntó, pero apuesta tu vida a que has puesto dinero sí o sí- para salvar las entidades que ellos mismos han llevado a la ruina. Nosotros somos así.
Así de cojonudos. ¿Otra copita?
Así de cojonudos. ¿Otra copita?
lunes, 10 de octubre de 2011
Gotán
Día de tango y farra en casa del Doctor Cohen. Al estilo pampeano: asado desde el mediodía y trasnoche con lo que sobró (que está aún mejor). Así que hoy lunes estoy para el arrastre.
Rafael Amor, René Farías, David Cohen y el que suscribe a la guitarra y el bandoneón. Nos lo cantamos todo y nos cagamos de risa haciéndole todo tipo de cargadas musicales al que se arrancaba a cantar (le cambiábamos la tonalidad, metíamos arreglos absurdos, parábamos en medio de una pieza para reírnos a gusto, etc.).
La comida estaba exquisita -Nieves es una anfitriona de primera, la carne estaba en su punto pero es que había una camión container de bombas de dulce de leche ¿por qué me hacen eso?- y había un montón de minas de allende los mares que nos escuchaban extasiadas como si estuviéramos en una peña de San Telmo. Ni siquiera necesitábamos beber alcohol: bastaba dos por cuatro. Por qué carajo no se puede vivir siempre así y hay que darle bola a laburos alimenticios y perder el tiempo con gente hiperpelotuda. Es un misterio. El gran misterio de la vida.
¿Cómo era...? "Ganarás el pan con el horror en tu mente". Estupendo. Planazo.
A partir de los cuarenta uno está obligado a hacer inventario: hay que soltar lastre. Es preciso elegir cuidadosamente las cosas ciertas que te van a acompañar el resto de la vida, sea larga o corta. El tango y todo lo que se mueve alrededor de la música ciudadana de mi ciudad natal es algo a conservar en la mochila. En momentos de incertidumbre, de duda existencial, bien cabe enarbolar el grito de guerra de Julio Sosa al salir de los teatros:
"Che... los que estén con nosotros, que se vengan... ¡¡Están todos invitados!! Y los demás... que se vayan a la recontrarrepmqlrrmrreparió...!"
Rafael Amor, René Farías, David Cohen y el que suscribe a la guitarra y el bandoneón. Nos lo cantamos todo y nos cagamos de risa haciéndole todo tipo de cargadas musicales al que se arrancaba a cantar (le cambiábamos la tonalidad, metíamos arreglos absurdos, parábamos en medio de una pieza para reírnos a gusto, etc.).
La comida estaba exquisita -Nieves es una anfitriona de primera, la carne estaba en su punto pero es que había una camión container de bombas de dulce de leche ¿por qué me hacen eso?- y había un montón de minas de allende los mares que nos escuchaban extasiadas como si estuviéramos en una peña de San Telmo. Ni siquiera necesitábamos beber alcohol: bastaba dos por cuatro. Por qué carajo no se puede vivir siempre así y hay que darle bola a laburos alimenticios y perder el tiempo con gente hiperpelotuda. Es un misterio. El gran misterio de la vida.
¿Cómo era...? "Ganarás el pan con el horror en tu mente". Estupendo. Planazo.
A partir de los cuarenta uno está obligado a hacer inventario: hay que soltar lastre. Es preciso elegir cuidadosamente las cosas ciertas que te van a acompañar el resto de la vida, sea larga o corta. El tango y todo lo que se mueve alrededor de la música ciudadana de mi ciudad natal es algo a conservar en la mochila. En momentos de incertidumbre, de duda existencial, bien cabe enarbolar el grito de guerra de Julio Sosa al salir de los teatros:
"Che... los que estén con nosotros, que se vengan... ¡¡Están todos invitados!! Y los demás... que se vayan a la recontrarrepmqlrrmrreparió...!"
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jueves, 6 de octubre de 2011
La era de la comunicación
Yo digo A, tú entiendes Z. You say "Yes", I say "No", You say "Why?" and I say "I don't know". Confirmado: en tu planeta hay vida. La tuya. Si hablamos de tus cosas me prestas atención. Sólo entonces. Si voy a decir algo que sale directamente del corazón suena tu teléfono, tu "teléfono inteligente". Si una conversación alcanza un punto álgido de sinceridad, se trata de evitarla. Es mejor hablar del tiempo.
¿Qué es ese olor? Sí... ese olor acre a mendacidad...
Podíamos haber soñado el mundo entero, pero justo esa noche jugaba el Barcelona de Messi, o estabas cansada o vaya a saber dónde estabas. Podíamos habernos hecho uno, pero justo salía tu enésimo vuelo hacia no se sabe qué aeropuerto en el que te estabas esperando a ti misma como único comité de recepción, con gominolas, espantasuegras y narices de payaso.
Podíamos haber navegado los siete mares, pero la piedra pudo más. Siempre puede más.
Piedra contra piedra, polvo, sudor y hierro. Y luego más polvo.
Piedra eres y en piedra te convertirás. Resinas epoxicas, siliconas que aíslan el corazón. Dobles, triples cristales a prueba de lágrimas. Cuentas de resultados, cartas de satisfacción del cliente. Cámaras acorazadas. Hormigón para desayunar, para comer y para cenar. Si te despiertas a medianoche: más hormigón aderezado con microcemento blanco.
No siento nada. Ya no. Espera. Ahora sí. Una miaja.
¿Qué es ese olor? Sí... ese olor acre a mendacidad...
Podíamos haber soñado el mundo entero, pero justo esa noche jugaba el Barcelona de Messi, o estabas cansada o vaya a saber dónde estabas. Podíamos habernos hecho uno, pero justo salía tu enésimo vuelo hacia no se sabe qué aeropuerto en el que te estabas esperando a ti misma como único comité de recepción, con gominolas, espantasuegras y narices de payaso.
Podíamos haber navegado los siete mares, pero la piedra pudo más. Siempre puede más.
Piedra contra piedra, polvo, sudor y hierro. Y luego más polvo.
Piedra eres y en piedra te convertirás. Resinas epoxicas, siliconas que aíslan el corazón. Dobles, triples cristales a prueba de lágrimas. Cuentas de resultados, cartas de satisfacción del cliente. Cámaras acorazadas. Hormigón para desayunar, para comer y para cenar. Si te despiertas a medianoche: más hormigón aderezado con microcemento blanco.
No siento nada. Ya no. Espera. Ahora sí. Una miaja.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Lejana y sola
Para curar las heridas del alma he escogido un valle. Por las mañanas salgo a pescar. Las noches las paso enredado en lo que pudo haber sido.
En mi lanza tengo mi vino de Ismaro y mi pan ácimo.
Bebo apoyado en mi lanza.
No nos une el amor, sino el espanto
será por eso que la quiero tanto...
En mi lanza tengo mi vino de Ismaro y mi pan ácimo.
Bebo apoyado en mi lanza.
No nos une el amor, sino el espanto
será por eso que la quiero tanto...
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