lunes, 18 de junio de 2012

Hiperrealismo

Hace un tiempo me mostré indignado por el coste del retrato de Bono, dicharachero y "ocurrente" ex Presidente del Congreso, pero todo siempre puede ir a peor. Ahora salta la noticia de que Álvarez Cascos, antiguo ministro del gobierno Aznar escogió -porque estaba en su derecho- a Antonio López, el pintor más cotizado de la Corte, para que representara su augusta faz., sueño húmedo de mujeres de toda clase y condición y fantasía sexual inconfesada de mineros, estibadores e incluso nazis griegos. Con Bono, los contribuyentes nos gastamos unos 80.000 euros para representar su mirada extraviada y su pelo implantado. Su pelo es suyo porque pagó por él. Ahora toca pagar 190.000 eurazos (eso sí, IVA incluido, algo que recuperamos vía fiscal) por el retrato de Rimbaud en sus años mozos.

Me da exactamente igual que estén en su derecho legal de hacerlo. Si es una ley, corríjase, deróguese, destrúyase, como se ha hecho en 48 horas cuando interesa. Que salga ahora mismo el propio Cascos diciendo que esto es una barbaridad, que bien puede hacerse una foto y poner a todo el equipo de Adobe a trabajar en nuevos plug-ins, que va a dar lo mismo, como decían los romanos: MONSTRUM IN FRONTE, MONSTRUM IN ANIMO. Esta gente no entiende nada. ¿En qué idioma hay que decirles que DEJEN DE HACER EL IMBÉCIL? No pueden pedir toda clase de sacrificios a la población y seguir gastando como el señor Dívar en fines de semana de 4 días, en cenitas con sus colaboradores. 32 viajes nada menos, o este nuevo esperpento de "retrato de autor".

Tenemos una clase política repugnante e irresponsable, insolidaria y manirrota. No tienen una pizca de vergüenza ni sentido común. Cualquier cosa que les suceda se la habrán ganado con creces.

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