lunes, 15 de diciembre de 2014

Tesla

Interesante exposición sobre Tesla en la Fundación Telefónica de Madrid. Pobremente montada, en mi opinión, pero el personaje brilla con luz propia (valga la imagen).

Nikola Tesla fue un visionario nacido a mediados del siglo XIX en el antiguo Imperio Austrohúngaro. Un verdadero genio que anticipó el mundo de hoy y patentó decenas de ingenios. Sin embargo, su historia no tiene final feliz. Otros se aprovecharon de su talento, como ocurrió en el caso del italiano Marconi, logrando la gloria mientras Tesla hubo de conformarse con la justicia poética del reconocimiento después de su muerte en 1943 (la Corte Suprema de los Estados Unidos lo acreditó como inventor de la radio, pero el Nobel de 1901 fue para Marconi).

Sus contribuciones son incontables, abarcando el campo del electromagnetismo y la ingeniería electromecánica. Asimismo, dejó huella en el desarrollo de la robótica, el control remoto, el radar, las ciencias informáticas, la balística, la física nuclear y la física teórica.

En la propia exposición cabe leer escritos suyos anticipando la comunicación inalámbrica instantánea e incluso la transmisión de energía a distancia sin el uso de cables (la "witricidad") con un grado de clarividencia propio de un escritor superdotado.

Precisamente, Mark Twain, otro talento único, fue uno de sus amigos. He aquí un fragmento de una carta que dirige al inventor:

"Amigo Tesla,

¿Recuerda nuestra conversación en el club? Atravieso un difícil momento económico, los libros no dan para comer... ¿Cree que yo podría vender alguno de sus aparatos en el extranjero? Me interesa especialmente la plataforma vibratoria que probé en su laboratorio. Pienso que puede causar furor entre las mujeres europeas..., pero también entre los caballeros con problemas para ir al baño, ¡ja, ja, ja! Siempre he pensado que un hombre con una idea nueva es un loco hasta que su idea triunfa".

Mark Twain.... ¡artista tenía que ser!


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