Como comenta Rosa Regás, una persona que me cae bien desde siempre, el trabajo es algo que nos es dado para atemperar la locura y reducir el vértigo que produce el paso del tiempo. Suscribo.
Eso cuando todo va "bien". Porque la alternativa es desaparecer joven, en plena efervescencia, como tantos héroes que en el mundo han sido.
Cuesta imaginar a Aquiles, a Héctor o al mismísimo Alejandro paseando por los parques de buena mañana.
¿Gardel canoso, desdentado y doblado por el peso de la edad? Andá a cantarle a Él.
Como si el destino, el destino de héroe, pudiera elegirse libremente. Me temo que no. No obstante, si nos apetece hacer reír a Dios siempre cabe el socorrido recurso de contarle nuestros planes para el futuro. ¡Sesión continua en el Paraíso! ¡Pasen y vean!
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