Estos elementos de las compañías eléctricas aprovechan los días más fríos del año y suben los precios a lo bestia. ¡Son las leyes del libre mercado! Claro. Pero parece que hay que explicarles que no es lo mismo el aumento para un jubilado de Moratalaz que vive con lo mínimo en comparación con lo que supone para un pijo del barrio de Salamanca. El pijo ni se entera. Bastante tiene con gastar el dinero heredado.
Me reservo mi calificación para esta gente. Los buitres tienen un comportamiento mucho más noble.
Después se rasgan la vestiduras... ¡que viene el populismo, que viene el populismo! Claro. Cuando a la gente se la aprieta por todos lados se corre el riesgo de que aparezca un Iluminado y arme la de San Quintín.
No se puede comerciar con las necesidades básicas de la población. Este es un punto que el capitalismo global no ha logrado resolver hasta el día de hoy. La sanidad, la calefacción, la electricidad básica, el agua, la educación... no pueden constituir un "negocio" para los poderosos. El Estado debe cuidar de su gente.
O la gente terminará destruyendo el Estado y pasará a degüello a todos los ociosos cuya preocupación máxima es su próximo viaje de placer. Personas a las que los demás les importan poco y nada.
La historia está llena de ejemplos. Y los que han de venir.
viernes, 20 de enero de 2017
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