viernes, 2 de junio de 2017

Edades

La edad no te hace más sabio, te hace más viejo. Eso de que te vuelves más sabio. Bueno... dejémoslo ahí. "¿Sabiduría?" Se le supone. Como ocurre en el ejército con el valor de aquellos que no han entrado en batalla.

Lo único que aumenta es la perplejidad, pero ya no eres rápido, ni ágil (si es que alguna vez lo fuiste). Antes se hablaba de la curiosidad. No es mi caso. No me interesa demasiado hasta dónde podemos retroceder como especie, cuál es el próximo Trump o la próxima Le Pen que nos espera. Digamos que cualquier cosa es posible.

El caso es que estos problemas -los problemas que supone vivir muchos años- surgen a partir del siglo XX, gracias al increíble desarrollo de la medicina, la mejora de la higiene y la alimentación. Hemos pasado de 40 a 80 años en esperanza de vida. Claro que esto es así en los países desarrollados. Sigue habiendo naciones donde superar los 50 es toda una hazaña.

Ahora estamos en medio de una vorágine exponencial. Desde que aparecieron los ordenadores personales y luego Internet el ser humano se ha vuelto totalmente loco. Todo ocurre a la velocidad del rayo. La gente pasa 15 horas al día pendiente de alguna clase de pantalla. Las profesiones quedan obsoletas en cuestión de unos pocos años, el arte y el pensamiento es "líquido", nada es permanente, nada está destinado a perdurar. Se trata de consumir, no de saborear.

Es imposible que todo esto no impacte en el equilibrio mental de las personas. Siempre corriendo detrás de no se sabe qué.

No hay tiempo para leer un buen libro (ya no se escriben buenos libros, si quieres garantías hay que regresar a los clásicos), disfrutar de una buena conversación con los amigos, perder el tiempo en el buen sentido de la palabra. Porque lo que los biempensantes normalmente opinan que es perder el tiempo es justamente lo contrario.

Lo antiguo desapareció. Los trabajos para toda la vida, el concepto de estabilidad, un sentido de comunidad, de pertenencia. ¡Hasta las relaciones para siempre! Y lo nuevo no se sabe qué es, ni cuáles son sus efectos secundarios.

Como refería Marguerite Yourcenar en "Memorias de Adriano", hubo una época en la que "los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún...". Una época de cambios extremos. Y el hombre está solo. Como ocurre ahora.

¿Robots, inteligencia artificial, coches autónomos, control extremo de cada paso que damos? Vale, OK. Te lo regalo.

Qué es totalmente accesorio, prescindible. Cómo hacer felices a los que te rodean. Recuperar el sentido de comunidad y de colectivo. Y procurar gastar el menor tiempo posible en boberías.

Cada minuto cuenta. A lot.



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