Albert Einstein tenía una capacidad que le permitía concentrarse en un problema durante horas, días o incluso años. La ciencia se construye intuitivamente. Existen lagunas lógicas. Los científicos pasan años deambulando en la nada, se frustran, se tiran de los pelos.
He ahí el poder de la genialidad: la fuerza de voluntad para cometer los errores necesarios que te conducen a la respuesta correcta.
Cuando se encontraba en un aparente callejón sin salida, sacaba el violín de su estuche e interpretaba a Mozart, cuya música según él "captaba el espíritu del Universo".
lunes, 26 de agosto de 2019
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