miércoles, 28 de agosto de 2019

El niño yuntero

Cuando oigo a personajes como Javier Milei o similares, gente que ha estudiado economía, que parece competente en lo suyo y habla con un aplomo total sobre las bondades del liberalismo extremo, me pregunto en qué mundo viven. El capitalismo en su versión más salvaje, el capitalismo sin control alguno, ha generado condiciones de esclavitud en todo el mundo. Muchísimo más con la globalización. ¿No te gustan las condiciones? Me llevo la producción al quinto mundo donde no tengo que pagar más que lo que me cuesta un tazón de arroz en mal estado.
Cuando se habla de "progreso" no se tiene en cuenta de quién se está hablando. Tomemos mi país natal. ¿Cuánta gente dispone de servicio doméstico para no tener que tocar un inodoro en su vida o de "Marías" (LA TRATAMOS COMO UNA MÁS DE LA FAMILIA. Y me recontracago en tu alma. ¿Una más de la familia y le pagan centavitos o la hacen dormir en la peor habitación de la casa?) que le cuidan a los niños para que ellos puedan dedicarse a tareas más elevadas? ¿3, 5, 7 millones de personas en todo el país? ¿Qué significa eso en un país de 44 millones de habitantes? Nadie debería limpiar la basura de otro ser humano, salvo por amor a su pareja, a sus hijos, a su gente, y menos por un salario de miseria.
El capitalismo salvaje, sin ningún grado de control, funciona bien para la gente a la que le funciona bien. Como mucho y siendo muy generoso, un tercio de la humanidad. Los pijos/recontrachetos de hoy no necesitan robar: ya lo hicieron sus padres o sus abuelos. Ellos son unos simples inútiles que se encargarán de acabar con todo lo acumulado. Y aún sentirán "vacío existencial", se meterán toda clase de sustancias o tratarán de encontrar en el sexo compulsivo o la actividad más peregrina alguna clase de respuesta a la Nada. Los ponía a cavar una zanja desde La Quiaca hasta Ushuaia como terapia de choque. ¿Y después...? A taparla, hombre. No queremos que nadie se accidente.
Los que afirman que el capitalismo en su versión globalizada genera progreso tienen la hipocresía suficiente como para circular por la vida sin mirar ni ver. Es fácil decir esas chorradas sentado en un bonito café europeo o en un centro comercial de Miami o Los Ángeles. O un salón de té en Buenos Aires o México DF, nuestro maravilloso continente de desigualdades al estilo Bangladesh. Porque si nadie se ha parado a pensarlo, América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo.
Cuando estuve de cooperante en Nicaragua tuve que tratar con toda clase de personas. Recuerdo una señora de la alta burguesía local que me confesó "odio este país, lo odio con todas mis fuezas. No tiene solución. Pero jamás podría tener el nivel de vida que tengo aquí en Europa o en los Estados Unidos". Lógico, el precio del esclavo en el tercer mundo apenas cotiza.
El sistema funciona para 1 de cada 3 o 4 personas de la población mundial. Hay casi 100 países que dependen de la suerte y la buena voluntad de los amos del mundo. Una mala cosecha, un microcambio en los precios de las materias primas, un movimiento especulativo de un fondo buitre y millones de personas se verán abocadas a la pobreza. En un abrir y cerrar de ojos. Véase lo que ocurrió en la bolsa argentina y en el cruce del peso una vez que se conocieron los resultados de las PASO (y no eran presidenciales). En SEGUNDOS se hunde un país. Y la llave para hacerlo o contenerlo no está en manos de ningún gobierno.
Muy conveniente ver la película "The Big Short" para comprender cómo funcionan los capitales mundiales y cómo nadie está a salvo.
En otro orden de cosas, se sabe que la ausencia de ciertos nutrientes en la infancia provoca un retraso prácticamente irrecuperable. ¿Qué hacemos con esa gente? ¿En qué se emplearán? ¿Cómo los sacamos adelante? ¿Qué hacemos con los ancianos, con los dependientes, con la gente que nunca contó para el sistema productivo? ¿Los tiramos a la puta calle como hacen tus admirados yanquis de los cojones, "gordito libertario"? Porque la primera potencia mundial es todo un ejemplo a la hora de cuidar la salud de sus 325 millones de habitantes. Su sistema es muy sencillo de entender. ¿Tienes dinero para pagar la factura del hospital? Welcome, ¿una copita de champagne? ¿Que no tienes pasta? Hazte un cursillo de primeros auxilios por Internet. Opérate tú mismo en casa. A su lado, la Seguridad Social española es un milagro propio de un ideario socialista de manual. Hasta nuestros amigos del PP se atendía a todo el mundo, viniera de donde viniese. Ya fuera Siria o Inglaterra.
¿Contempla tu "respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo" de signo "libertario" a aquellos que no tienen voz, que no conocen otra cosa que la esclavitud, que viven muchísimo peor que un perrito de Barrio Norte?
Quien defiende este sistema basado en los más bajos instintos del ser humano, que no tiene ningún problema en emplear niños en régimen de esclavitud, que ignora la existencia de millones de personas "prescindibles", realmente se merece que Dios finalmente exista -aunque habría que averiguar por qué razón se inhibe cada vez que muere un niño en este planeta de aprendices de burgués. ¿Para qué nació si ni siquiera vivió?- y que, una vez atravesada la Estigia, el Ser Supremo le ajuste las cuentas. ¿Cómo era aquello del camello y el ojo de la aguja...? Si lo que dice la Biblia es verdad, mucha gente de misa diaria y riñón bien forrado acabará en un lugar donde el calentamiento global será el menor de sus problemas.
Por si no lo sabías Milei, el niño de la foto no está "posando". No sabe ni lo que es una foto. Nació exclusivamente para el dolor y dudo mucho que tenga un proyecto de vida que el libertario de pro pueda "respetar de manera irrestricta". Su vida será un túnel más que oscuro.
Hoy como en 1930 sigue habiendo niños yunteros. Y hay que liberarlos.


No hay comentarios: