En el vídeo sale el océano Pacífico y la casa del poeta en Isla Negra. El Pacífico en esas latitudes tiene un azul muy profundo, casi místico. Es un océano pleno de premoniciones, metálico.
Valparaíso, donde está situada otra de las casas del poeta, huele a mares oscuros, a versos infinitos. A marineros extraviados y faros del fin del mundo. Me perdí en sus empinadas calles hace ya algunos años. Mi regreso a Buenos Aires fue por etapas y los primeros recuerdos de infancia los recuperé en Chile. Cosas pequeñas. Un Billiken antiguo, una tableta de Mantecol, una manera de estar en el mundo y de sentir las cosas.
Va por vos. Te espero en nuestro rincón de Belgrano. Ese que te gusta tanto. Ya sé cómo preferís el café.
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