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jueves, 28 de julio de 2011

Acerca del dominio público

Cada vez que alguna orquesta en el mundo interpreta "La Revoltosa", de Ruperto Chapí, hay un autor que cobra. No es el maestro Chapí, que murió hace ya 102 años, ni los creadores del libreto de esta famosa zarzuela: Carlos Fernández Shaw y José López Silva, también muertos. Tampoco sus herederos: esta obra, en teoría, ya está en el dominio público y no debería generar derechos de autor. El "compositor" vivo de La Revoltosa, el único que aún cobra derechos, nació más de medio siglo después de que esta zarzuela se estrenase. Se llama Emilio Casares Rodicio y tiene su despacho en el sótano del palacio de Longoria, en la sede de la SGAE en Madrid.

Emilio Casares es el director del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), un centro de investigación público sin ánimo de lucro, participado por la SGAE, que se dedica a reeditar y recuperar viejas obras del patrimonio musical español. En la práctica, el ICCMU tiene el monopolio de gran parte de las partituras de las que se nutren las orquestas y los teatros porque es el único que accede a los archivos de la SGAE. Cada vez que una orquesta quiere interpretar alguna obra clásica española, tiene que pasar por sus partituras, que se alquilan para cada función.

El Teatro de la Zarzuela pagó 20.000 euros por La Revoltosa

Casares no sólo tiene a su nombre la partitura de La Revoltosa, de Chapí. También aparece como "autor" -según la propia base de datos de la SGAE, que se puede consultar en Internet- de otras zarzuelas del siglo XIX como "Pan y toros", "Mis dos mujeres" o "Los diamantes de la corona", compuestas por Francisco Barbieri; o "La viejecita", de Manuel Fernández Caballero.

En teoría, todas estas zarzuelas están libres de derechos. Según la ley española, a los 80 años de la muerte del autor, la obra pasa al dominio público. Este plazo de 80 años rige igual para cualquier creación, sea un libro, un drama teatral o una zarzuela. No hay que pagar derechos, por ejemplo, por reeditar a Cervantes o por interpretar una obra de Lope de Vega.

Sin embargo, la ley permite reelaborar versiones sobre obras ya creadas y estas reediciones generan nuevos derechos de autor durante 25 años más. La ley no obliga a que la versión sea muy diferente de la original. Basta con cambiar tres notas, o una simple coma, para que, a efectos legales, sea una obra nueva por la que se puede volver a cobrar.

Por medio de este subterfugio legal, la SGAE sigue recaudando a través de las partituras que elabora el ICCMU por zarzuelas del siglo XIX que ya han pasado al dominio público. También cobran derechos los nuevos "autores": los que firman esas nuevas versiones que, técnicamente, el ICCMU llama "ediciones críticas".

Esta práctica que permite burlar la extinción del derecho de autor no es exclusiva de la SGAE. Sucede algo similar con gran parte del repertorio de ópera. En teoría, las óperas de Rossini o las sinfonías de Mozart son libres. Pero sus partituras no lo son.

Según Emilio Casares, la función del ICCMU no es perpetuar el derecho de autor de estas obras sino permitir que se interpreten: "La zarzuela se tocaba a partir de ediciones de canto y piano, no había ni una partitura de orquesta de zarzuela hasta 1992, cuando hicimos en el instituto la primera". Casares justifica que se cobre derechos de autor por estas ediciones críticas "porque así lo dice el artículo 128 de la ley de la Propiedad Intelectual". "Yo no veo maldad en esa ley, me parece una ley positiva. Creo que es de justicia que se cobren derechos durante 25 años porque recuperar esas partituras es un trabajo de chinos. La edición crítica tiene la misma función que preservar una catedral, o un códice", asegura Casares. Según sus datos, alrededor del 80% de las partituras que recuperan no están en el dominio público. "Negociamos con los herederos para que cedan un porcentaje de entre el 10% y el 20% al instituto, a la editorial y al autor de la edición crítica. En el caso de que sea una obra que estén en el dominio público, el 40% es para la editorial, el 30% para el autor y el 30% para el instituto".

En el caso de La Revoltosa, por ejemplo, el último de sus tres autores en morir fue José López Silva, que falleció en Buenos Aires en 1925. A los 80 años, en el 2005, esta zarzuela pasó a dominio público. La edición crítica de Casares es del año 2006.

Los cambios que incluye esta edición crítica de La Revoltosa son prácticamente indistinguibles del original. Concretamente, Casares suprime las articulaciones de notas picadas en trompetas y trombones del preludio -seis notas en total-, pone entre corchetes tres compases y añade la nota fa a la partitura del oboe en el compás 325. Gran parte de estas modificaciones están ya registradas en la versión de La Revoltosa que grabó el director de orquesta Ataulfo Argenta en 1951. Para cualquier oído, sea experto o no, las diferencias son prácticamente imposibles de encontrar al escuchar la obra.

El 10% de la taquilla

Si Casares hubiese elaborado su edición crítica antes de que La Revoltosa pasase a dominio público, habría tenido que compartir los derechos que generase su adaptación con los herederos de los autores de esta zarzuela. Al hacerlo después, todo lo que recaude esa partitura es para él y para su editor, que es la empresa Arteria Promociones Culturales SL: una de las sociedades con ánimo de lucro del entramado de la SGAE, según figura en el propio archivo de SGAE. "Es un error informático", asegura Casares. "La verdadera editora es la Fundación Autor".

Al año siguiente de que Casares registrase su edición crítica de La Revoltosa, el Teatro de la Zarzuela de Madrid cerró su temporada lírica con la representación de esta obra. Fue durante un mes: del 22 de junio al 22 de julio de 2007. Los herederos de Chapí no vieron un euro de aquella representación. Sí cobraron, mientras tanto, Emilio Casares y la SGAE, a través de su editorial. Según el Ministerio de Cultura, el Teatro de la Zarzuela pagó por La Revoltosa 4.071 euros por el alquiler de las partituras y otros 19.826 euros por los derechos de autor, sólo por estas representaciones.

Los precios por los derechos y las partituras que se pagan por las zarzuelas han provocado quejas, incluso por parte de artistas de renombre, como Montserrat Caballé. "Fuera de España, siempre me gusta incorporar una parte de zarzuela; sin embargo, en muchas ocasiones resulta imposible porque se dice que los impuestos de la SGAE sobre los autores españoles son muy elevados", denunciaba Caballé en una entrevista el año pasado en el diario El Comercio. "Me acaba de ocurrir en el Carnegie Hall, de Nueva York. Yo me enfadé mucho, pero no es nada nuevo. Se quejan igual en Viena o en Berlín".

Además de Emilio Casares, otros muchos autores han estado registrando ediciones críticas de viejas zarzuelas por encargo del ICCMU. En su caso, es más relevante porque es Casares quien encarga estos trabajos, a través del instituto que dirige. "Sería una inmoralidad que no hiciese ninguna edición crítica", argumenta Casares. "Tengo que hacer alguna porque si no dirían que soy un caradura que no sé hacer ese trabajo".

El objetivo inicial de ese proyecto era recuperar partituras que estaban muy deterioradas. En muchas de esas obras, la versión crítica está más justificada porque el compositor que restaura la partitura tiene que reconstruir, literalmente, algunos fragmentos perdidos cotejando distintas versiones. Sin embargo, tienen menos sentido las ediciones críticas de las obras más famosas de Chapí o Barbieri, que nunca han dejado de interpretarse y cuyas partituras estaban perfectamente conservadas.

Irónicamente, uno de los fundadores de la SGAE, en 1899, fue el maestro Chapí.

miércoles, 27 de julio de 2011

El manicomio


Observen fijamente esta cara durante 30 segundos y comprueben los efectos refrigerantes. Atención a las sesudas y razonadas explicaciones. Gente sobradamente preparada.

Con las manos abrasadas de ponerlas en el fuego por la SGAE, José Ramón Márquez Martínez, Ramoncín, habla con Público para dar una explicación a sus firmas en las cuentas de la SDAE y Arteria, las dos sociedades por las que presuntamente se fugó el dinero de los derechos de autor hacia empresas ajenas al grupo. ¿Nada vio, nada le pareció extraño? En su conversación afloran situaciones sospechosas. Relaciones contractuales poco discutidas, vínculos familiares... El hombre cuya careta se convirtió en el símbolo de protesta contra la SGAE, que salió a pedradas de un Viña Rock entre gritos contra la gestora, se siente ahora engañado.

En 2007, se va de la junta directiva de SGAE diciendo que, si alguien ha metido la mano en la caja, será el primero en denunciarlo. Extraña forma de irse de un sitio. ¿Sospechaba algo?

"El primo de Teddy controlaba las empresas de Arteria"


Lo que dije fue que, si un año o 14 después, se demostraba que alguien había metido la mano, el primero que iría a los tribunales sería yo. Pero me refería a que había tantos controles que pensaba que era imposible. Ahora parece ser que alguien encontró una manera. Eso es lo que le toca demostrar al juez.

¿Por qué siguió en Arteria y en la SDAE?

Siempre he defendido que era una pena que, después de muchos años en la junta, la gente que sabe cómo funciona la casa se fuera por las buenas. Para que no fuese así se crearon los cargos eméritos. Se entiende que, si eres emérito, no estás en el mismo nivel que la junta, aunque tengas que aprobar sus decisiones. Cuando me fui de la junta de la SGAE me dijeron que dónde quería quedarme como emérito. Dije que me gustaría Arteria porque me gustaban los temas de la Fundación. Neri me dijo que hiciera todo lo posible por quedarme en la SDAE.

¿Nunca le llamó la atención que la SDAE y Arteria estuvieran siempre en pérdidas por contratar servicios con otras sociedades?

Arteria en principio es legal. Lo que ha hecho ha sido dotarse de espacios, teatros, a través del dinero de la Fundación. Ahora, estudiando las cuentas, parece que una gran parte del dinero invertido ha sido a crédito. Cuando me sentaba allí no veía irregularidades que me preocupasen desde un punto de vista legal. Miro a mi izquierda y mi derecha y, salvo los eméritos de Arteria, (Víctor Manuel, Claudio Prieto y yo) el resto son miembros del consejo y de la junta de la SGAE y son los que apoyan todas las propuestas. Y no las ven dos veces al año, como yo, sino permanentemente. Yo soy muy pejiguero, mucho, para todo, y cada vez que se producía un debate lo abría yo, a pesar de ser emérito y no estar en el ajo. Parecían tenerlo clarísimo y no estoy en el Consejo para saber más que estos señores.

Lo que es seguro es que el juez investiga a la SDAE. ¿No vio nada raro?

"A mí Neri me ha ayudado, yo he grabado un disco en la Fundación"

Neri va a notarios y demuestra que ya no tiene que ver con Microgénesis. Lo que no se hace es preguntarle a quién le ha dado la empresa. Yo no se lo pregunto, desde luego. Ahora parece ser que, dos años después de haber liquidado sus acciones, el tío iba con una tarjeta de crédito de Microgénesis.

¿No era más fácil dejar de trabajar con Microgénesis?

Es que se supone que era la empresa que tenía la tecnología, los conocimientos y el trato para hacer los trabajos que se necesitaban. Y todo esto estaba bendecido no por mí, sino por la administración, el director general, el secretario general, el director del Consejo, el director del departamento de asesoría jurídica, el director financiero, la directora de patrimonio... Esa es la cuestión. Cuando toda esa gente dice que todo está funcionando de manera correcta, te dicen que las cuentas están bien, el auditor está conforme y, además, luego las cuentas van al consejo de la SGAE y a la junta directiva, sólo tienes que darles las gracias e irte a dormir a tu casa tranquilamente.

En 2007 hubo un autor que protestó en una asamblea, Luis Cobo Manglis. ¿No les alarmó?

Manglis era muy amigo de Neri. Tuvieron un rifirrafe que nunca entendimos y Manglis denunció cosas. Ahora algunas cobran sentido. Pero el juez que instruía el caso archivó la causa y la junta le dio su apoyo a Neri. En ese momento, lo que dijo el señor Manglis dejó de interesarme, como a todos los demás. Y allí no se sienta cualquiera.

¿Y nadie lo comprobó?

Es que las formas del Manglis cada vez que iba a una asamblea eran flipantes. Es injusto que haya pasado esto y que Cobo haya sufrido. Pero llegaba a las asambleas diciendo que llevaba en el maletín una bomba de neutrinos y que se iba a volar con toda la asamblea entera. Créeme que es muy difícil creer a una persona que dice esas cosas.

Leyendo el acta, la sanción parece desproporcionada, cinco años sin acudir a las asambleas. Usted la firmó.

El comité de disciplina no lo forma nadie. Pueden llamar a cualquier autor. Me llaman y me dicen que se va a reunir. Me explicaron que había que evitar que volviese a reventar una asamblea, el reglamento dice que se pueden hacer varias cosas. Se le puede sancionar sin cobrar derechos pero los tiene anticipados, como todo el mundo. Se decide que no vaya a la asamblea. El consejo de disciplina recomienda la sanción. Pero es el consejo de dirección, con esos nombres tan ilustres, el que la ratifica.

"Si pretenden seguir llamándose SGAE están muertos"

Entiendo que en la SDAE y Arteria el consejo leía las cuentas.

Sí, claro. Tienes que sentarte y debatirlas. Te las explica primero el presidente, que era Teddy, luego el director general y luego se aprueban.

En ellas se ve que la SDAE, hasta 2006, paga medio millón de euros por servicios externos, en 2007, casi un millón y en 2008 y 2009, alrededor de tres, sin que se describa en la actividad nada novedoso que lo explique.

Cuando a ti el experto te cuenta que esos son los gastos que se están produciendo, que ese es el gasto real de los trabajos que se están haciendo... Me podía haber opuesto porque no lo entendía, pero el resto aprobaría las cuentas y estaríamos en la misma situación. Aquí lo que hay es administración desleal porque nos decían que aquello era correcto. Ha habido veces que alguno se ha negado, ha preferido abstenerse, especialmente los editores, que no estaban de acuerdo, no porque el dinero se estuviera desviando, sino porque les parecía que era un gasto muy grande. Reconozco que yo no me he abstenido nunca. Había puesto mi confianza en esos tíos. Neri es amigo mío.

¿Lo sigue siendo?

No lo sé. Tendremos que encontrarnos y mirarnos a los ojos. Hay sospechas muy fundadas de que me ha engañado, porque un juez no pone una fianza de 300.000 euros si no hay nada.

¿No reconoce ninguna responsabilidad?

¿Qué tipo de responsabilidad quieres decir?

Por firmar las cuentas.

La responsabilidad la tendrán que asumir todos: yo miraba las cuentas, pero otros ni eso.

¿Quién defendía que se siguiera con Microgénesis?

Ahora no sé. Supongo que el primero sería Neri.

"Lo que hay es administración desleal: nos decían que era correcto"

Y viniendo él de allí, cuando los precios se empiezan a ir de las manos, ¿no os preguntáis nada?

Un momento. ¿Tú crees que yo tengo alguna culpa en esto? Al final, se me quiere meter en una cosa en la que no tengo nada que ver.

Pregunto por la responsabilidad como miembro del consejo.

Yo también lo pregunté. En una reunión se me encendió la bombilla y pregunté si nosotros teníamos algún seguro de responsabilidad civil, porque imaginad, les dije, que alguien mete la mano en la caja. Y eso sin pensar que podía pasar nada. Teddy dijo rápidamente que había que hacer unos seguros para todos.

Este periódico hizo público todo esto en septiembre de 2007, que eran familiares de Neri los que llevaban las sociedades a las que facturaba la SDAE, cómo se filtraba el dinero, etc. ¿Tampoco sospecho nadie?

¿De verdad? Yo no estaba ya en la junta de la SGAE. Me dejas helado.

¿Qué piensas si le digo que lo normal es que el juez no sólo esté mirando la SDAE, que lo normal es que mire también Arteria, que es muchísimo más dinero?

Pues te voy a decir una cosa. Cuando a mí me dicen, porqueme lo dijeron antes y yo se lo comenté a Neri (que, por cierto,se quedó tan tranquilo), que había un problema, que estaban investigando a la sociedad, te juro que pensé en Arteria.

Porque, por ejemplo, nos dijeron que se había pedido un crédito para el Palacio del Infante Don Luis de Boadilla y luego nos quitan la cesión y, en lugar de devolverlo al banco, se dice que se va a aplicar para otras cosas. Yo no administraría así. A mí lo de Arteria, nunca me ha hecho ilusión. En las reuniones yo decía que para qué queríamos tanto teatro. Que con uno donde se pudiera tocar teníamos bastante.

Y lo último de lo que me he enterado es de que iban a comprar el Palacio de la Música, que ya incluso se había hablado con Rato (Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, propietaria del edificio desde que se lo compró a la familia Soler, a quien la SGAE también compró el Coliseum y el Lope de Vega disparando la deuda de Fundación Autor). Yo di-je: "No, si al final vamos a quedarnos con toda la Gran Vía".

¿A quién contrata Arteria? Porque las deudas de los edificios las paga la Fundación. ¿Cómo desaparecen diez millones de euros al año?

Será al arquitecto. Santiago Fajardo, que ahora se enfrenta a la SGAE, cuando se ha tirado años haciendo obras sin pasar por ningún concurso. Le llamábamos el arquitecto de cabecera. Luego apareció el hijo de Antón García Abril, que en ese momento formaba parte del Consejo de Administración. No hay que sospechar. Pero que el primo hermano de Teddy sea el que controla las empresas de Arteria...

"El nivel de confianza que se tenía en Teddy era casi fe ciega"

¿Cómo?

Hay un momento en el que se decide que las obras de Arteria, que antes se llamaba Iberautor, hay que controlarlas. Tenemos ocho al mismo tiempo y una empresa que compra todo. Entonces entra Emilio Cabrera, que es familia directa de Teddy Bautista. Pero ni se me pasó por la cabeza que eso significara algo. Si me lo dices ahora, que yo en un Consejo tengo que aprobar que un familiar de Teddy sea el que controle las cuentas, pues te digo que no, aunque siempre me pareció que era feo.

Es decir, veía usted cosas al menos extrañas.

A mí cuando empezó a mosquearme esto fue el día que cerraron el Sello Autor. Porque, además, me pillaron un disco de marrón que había grabado con ellos y que hubo que retirar de las tiendas

¿Se siente engañado por Teddy?

El nivel de confianza que se tenía en Teddy era casi fe ciega. Si todo esto es verdad, me sentiré engañado. Pero lo que me parte el alma es que Neri es mi amigo personal. Con las hostias que me he llevado por poner mi confianza en esta gente... estaba tan convencido de que aquí no había pasado nada, que se me pone mal cuerpo. Al final, dirán este tío se ha significado, pero no ha hecho nada ilegal.

Yo soy amigo de Neri, a mí Neri me ha ayudado, yo he grabado un disco en la Fundación, he firmado un contrato con la SDAE para desarrollar un formato de televisión, he hecho todo con luz y taquígrafos. Con nombres y apellidos, con facturas.

Si a mí Teddy, después de haber declarado ante el juez Ruz, dice: "Señores, me voy a mi casa hasta que esto se acabe", no tendría ninguna duda de su honradez. Que tardara diez días en irse y que se haya ido de la forma que se ha ido... que no se ha ido, porque Teddy va al despacho un día sí y otro también.

Teddy fue hace unos días al despacho y dijo que le sacasen un billete, que se iba a una reunión de Arteria en Sevilla. Y tuvo que entrar allí alguien a decirle que no se le puede sacar billete ni puede ir a presidir nada. Teddy montó en cólera y reunió al Colegio de Pequeño Derecho, que sacaron un manifiesto por unanimidad diciendo que para que se cumplieran los compromisos del expresidente del Consejo, que se dejaba todo en manos de su secretaria.

"Teddy no se ha ido: va al despacho un día sí y otro también"

Pero le siguen apoyando internamente.

El día 28 (mañana) se reúne la junta directiva por primera vez y tiene que decidir la asamblea extraordinaria que convoca nuevas elecciones. El Colegio de Pequeño Derecho va a decir que no. No creo que se celebren elecciones, porque sería reconocer que las elecciones no las han ganado legítimamente. Se van a enfrentar a los editores, se va a armar la de Dios. Tendrían que haber parado todo esto, llamar a dos o tres miembros de la oposición e investigar cómo se hicieron las elecciones. Pero prefieren seguir bajo sospecha, cómo es posible.

¿Qué cambiaría de la SGAE?

Últimamente Neri y yo llamábamos a la sociedad el manicomio. En la última reunión de Arteria les dije que, si tuviera poder absoluto durante seis meses en la sociedad, la arreglaba. Tienen que cambiarse el nombre. Si pretenden seguir llamándose SGAE, están muertos. Y hay que vender los teatros, ser razonables.

jueves, 21 de julio de 2011

La Bastilla

La Comisión Rectora de la SGAE acaba de publicar el siguiente comunicado, que anuncia el final del franquismo censitario y la apertura de una pequeñísima ventana para que entre un poco de aire no podrido en la tumba de Tutankamón.

Veremos en qué queda todo esto pero, por lo pronto, se trata de un reconocimiento implícito de lo insostenible de la situación, de lo injusto del sistema electoral interno, se adelantan a las acusaciones de fraude electoral (recordemos las conversaciones de Neri con "Teddy" al respecto grabadas por la Guardia Civil, una buena base para una obra electroacústica) convocando nuevas elecciones, reconocen que Arteria es una imbecilidad y que nada tiene que ver con el mandato de SGAE, etc. etc. En fin. Bomba nuclear ante la presión externa. Para celebrar.

La Comisión Rectora de SGAE, en su reunión de 21 de julio de 2011, ha tomado los siguientes acuerdos:

1.- Convocar a la Junta Directiva el próximo día 28 de julio con la finalidad de aprobar:
a) la convocatoria de elecciones generales .
b) la convocatoria de una Asamblea General extraordinaria para setiembre que elija los miembros de una Comisión de Refundación que modifique las normas electorales, ampliando la base democrática de participación.
2.- De conformidad con este proyecto, se convocarán inmediatamente las elecciones generales.
3.- Animar a la participación en este proceso de Refundación a todos los socios que quieran colaborar.
4.- Poner en marcha desde hoy mismo la Comisión de Investigación dirigida por el Sr. D. Ramón Lopez Vilas, Catedrático de Derecho Civil, exmagistrado del Tribunal Supremo y miembro de la Academia de legislación y Jurisprudencia. Sus resultados se trasladarán a todos los socios y a la Audiencia Nacional.
5.- Informar a los socios de la personación de SGAE como perjudicada en la causa ante la Audiencia Nacional ; personación que se ha producido el día 19 de este mes, facilitando toda la información que conduzca al esclarecimiento de los hechos.
6.- Apartar a los imputados de sus funciones.
7.- Concluir de forma inmediata la contratación de un Director Económico financiero del Grupo SGAE con experiencia en la intervención del Estado, cuya misión primera será re-examinar todos los procedimientos de control presupuestario de la entidad, dirigir una auditoria de Arteria con determinación de valores de sus activos y presentar un informe que permita el desprendimiento de todos aquellos que no sean esenciales para su actividad como entidad de gestión.
8.- Dejar vacante la Dirección General de la Sociedad.
9.- La Comisión llama a todos los socios a participar de forma activa en la reconstrucción de la imagen y reputación de la entidad y garantiza un proceso de diálogo abierto a todos los que quieran contribuir activamente en el mismo. Igualmente, anima a los trabajadores de SGAE a seguir en el cumplimiento de sus labores.