lunes, 31 de mayo de 2010

Qué pretende Israel

¿Qué pretende conseguir el gobierno israelí de Netanyahu con acciones como el ataque a la flota de ayuda a Gaza? ¿Azuzar los perros del odio hasta extremos intolerables? ¿Desencadenar una guerra generalizada en la zona?

Ya saldrá algún imbécil a decir que se trata de una campaña de antisemitismo de los medios europeos afines a la causa palestina. Coartada ridícula para justificar cualquier barrabasada.

¿Desde qué punto de vista, en aras de qué causa éticamente aceptable se puede justificar un ataque desigual, fundamentalmente COBARDE, como si un matón de discoteca la emprendiera a patadas con las viejas de un asilo?

¿Este es el Estado que representa a los judíos del mundo? ¿Dónde están las voces de los intelectuales y artistas judíos siempre dispuestos a denunciar la injusticia allí donde se produzca? ¿Defenderán con su silencio a un estado gobernado por la ultraderecha y la demencial lógica militarista? ¿Le darán carta blanca como en 2006 en El Líbano?

Si el único argumento del gobierno israelí es utilizar la fuerza siempre para que nadie huela el más mínimo rastro de debilidad es que el fin está cerca. Si deja de lado la razón perderá los mermados apoyos con los que cuenta. ¿Qué hará cuando todo el mundo le vuelva la espalda? ¿Lanzar bombas nucleares a diestro y siniestro?

¿Nadie cae en la cuenta de que con esta clase de acciones cualquier iluminado del mundo mulsulmán, desde Al Qaeda hasta el taxista de Teherán, pasa automáticamente a ser considerado héroe por su gente, que se acallan las voces de los moderados, que se enciende la ira ciega?

No hemos avanzado ni un milímetro. SI VIS PACEM PARA BELLUM. NEMO ME IMPUNE LACESSIT.

El gran periodista israelí Gideon Levy escribió el 18 de marzo en el diario Haaretz lo que podría ser una explicación ad hoc de por qué lo que perjudica a Israel no necesariamente contradice los designios últimos de su Gobierno. "Israel no busca seriamente la paz porque la vida del ciudadano es lo bastante buena incluso sin ella; y la ocupación no pone en peligro su futuro". Mientras el coste de mantener la ocupación de los territorios palestinos no sea mayor que el beneficio que, pretendidamente, se derive de retenerlos, no hay ningún motivo para pensar que la paz esté a la vista.

"Quien salva a un hombre, salva al mundo entero" dice el Talmud. Algo que se aplicó a valientes que arriesgando sus vidas salvaron las de muchos, como Schindler o Sanz Briz. Aquellos seres humanos que parecen dioses. Aquellos a los que a Dios le gustaría parecerse.

Pues bien, quien mata de forma cobarde, desigual, injustificada y estúpida atrae sobre sí la desgracia. Ha pasado muchas veces en la historia: volverá a ocurrir. Con acciones como ésta, propias de un gobierno fascista, troglodita e irreflexivo, Israel se acerca a las puertas del infierno.

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