martes, 4 de septiembre de 2012

Best Seller

Decidimos que ya estaba bien de pasar hambre y de hacer el vago a todas horas. Íbamos a escribir un best-seller que se vendería como rosquillas y así podríamos vegetar a gusto en el bar en compañía de todos los rotosos del barrio. En realidad era un contrasentido, porque ya hacíamos eso: vegetar. Siempre aparecía algún incauto a quien sablear. ¿Para qué queríamos la pasta?

Un best-seller... Bueno, debe ser sencillo. Son unos libros de mierda que siguen siempre la misma fórmula. Según le dábamos vueltas cada vez nos gustaba más la idea. Ganar pasta sentados en casa... ¡habíamos nacido para eso!

Nos rascamos el bolsillo y fuimos a un hotel de mala muerte para concentrarnos y estar tranquilos. En el bar no hay quien escriba.

Tras emborracharnos las tres primeras noches y dormir un día entero, arrancamos por fin.

-¿Qué tal una historia de detectives? Podría ser un tipo especial, un dandy... Yo qué sé... Podría vivir en el Empire State, algo que se saliera de la norma.

-¿En el Empire State? Un poco rebuscado...

-Sí, ¿por qué no?

-... ¿y el tío es español?

-Claro.

-Entonces viviría en la primera planta del Empire State.

-¡Hecho!

Y ya no escribimos más.

No hay comentarios: