martes, 7 de enero de 2014

Del amor


Una característica del ser humano que no deja de fascinarme es su capacidad de renunciar a todo, de renunciar a todo por amor. Me hace concebir esperanzas cada mañana al afeitarme. Grandes esperanzas.

Anular el Yo, para darse al Otro. Tan alto destino espero. Vivir en pos de un sueño compartido. Es igual si ya lo tengo todo y aún quiero más. Keep on dreamin'

Creo tanto en ti amor, que todo me da igual. Mi posición, mi derecho de nacimiento, mi familia. El finísimo hilo de coser del que pende la idea de la Monarquía en pleno siglo XXI.

Quiero arder en el Infierno por ti. Este amor... que nos quema y no hiere, nos ata y nos libera. Nos lanza al mar, en pos de lo ignoto, lo desconocido. El Maelström. La tempestad. El abismo insondable. Siempre juntos, hasta el final. Un poco de ninenito...De traca.

Juntos, sin saberlo, torpemente, 
aprendimos duramente las verdades del amor.

Desprenderse de todo lo accesorio e innecesario. Por ejemplo, el cerebro y todos esos molestos cablecitos que no hacen más que enredar.

Son un fastidio.


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