domingo, 29 de abril de 2018

Linda, Linda Fiorentino

Paul Newman y Linda Fiorentino. Él es un ladrón de bancos añoso -pero es Paul- que se hace pasar por víctima de una embolia para escapar de la cárcel y ella es enfermera.

Ella lo peina, lo lava, le da conversación... y es un poco bicho. No, en realidad es un prodigio de sensualidad.

Linda está con la mosca detrás de la oreja: no se cree la embolia de Paul. Se sienta encima suyo y mueve las caderas cadenciosamente, le acaricia los labios, le habla con dulzura. Lo que sea con tal de despertarlo.

Pero Paul es un profesional y en prisión ha hecho los deberes. Un buen día, Linda y su novio sacan a Paul de paseo. El joven galán siente celos ante la obsesión de la enfermera y termina por decirle:

"Pero es que no se puede ni tener una embolia sin que alguna tía se lo tome a pecho..."

La escena del baile entre Paul (él conserva esa mirada que causó estragos) y Linda en un bar de carretera, impagable.

Tengo que trabajar y ponen una con Linda Fiorentino. Así no se puede.

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