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lunes, 8 de enero de 2024

De mares y puertos

Cuando sales de la Escuela Náutica sabes muchas matemáticas, pero no te preparan para lo que te aguarda. Te confundes hasta con las banderas y haces cualquier cosa, poniendo a prueba la paciencia del capitán.

En el mar no hay paredes sino mamparos. No existen las cuerdas: se llaman estachas. Y tus compañeros son todo lo que tienes. Así que ya puedes caerles bien por muy peculiar que seas. Hasta tu vida podría depender de su buena voluntad en una noche de mar gruesa.
Frío. Calor. Tormentas. Vientos huracanados… Calma chicha. Olas solitarias que barren la desolada cubierta! Meses y más meses hasta dar la vuelta al mundo y vuelta a empezar. Hasta perder la noción de estar vivo. O muerto.
Puertos oxidados, trifulcas, mujeres… Promesas de retorno que nunca se cumplen. Palabras de amor gastadas, sin esperanza. Cuando volvamos a vernos…
Y la sensación única al separarse de tierra por primera vez. Soledades infinitas, océanos que huelen a tabaco, la resignada certeza de que tu destino no le importa a nadie. Nadie te está esperando. Un silencio de camposanto. El estruendoso silencio del mar.
El alma del marino, plena de surcos donde habitan todos los olvidos. Mendigando amor en las tascas lisboetas donde anclaron todos nuestros barcos. De mares de azulejos y botellas vacías. Mapas del tesoro que no conducen a ningún sitio.
¿Acaso sabes quién te aguarda en Manila, en Luanda, en San Petersburgo…? Tú mismo, con distintas edades. Todos los puertos son uno y el mismo.
Sí. Sin ti la casa es un barco a la deriva.
Un enorme agujero por donde se cuela el viento.


domingo, 14 de noviembre de 2021

Seguimos aquí

Nosotros, que hemos sobrevivido a todas las tormentas, que hemos pasado mil noches en vela haciendo guardia con olas de doce metros, que sacamos hijos y familias adelante trabajando como mulas. Y el hacha se puso a golpear. Nos quitó amigos, parientes, alegrías. Cambió nuestro cuerpo, la geografía de nuestro rostro, nos hizo más fuertes, más piadosos con las debilidades humanas.

¡Aquí estamos todavía! ¡Orientando las velas hacia donde se pone el sol y renovando la fe! Proa a altamar. Al fin del mundo si es preciso. 

¡Solo navegar es preciso!




martes, 3 de diciembre de 2019

Vuelo nocturno

"Una tras otra, el piloto comprobó las cifras, y quedó satisfecho. Se descubría sólidamente sentado en el cielo. Rozó con el dedo un larguero de acero, y percibió el metal chorreando vida: el metal no vibraba, pero vivía. Los quinientos caballos del motor engendraban en la materia un fluido muy suave, que cambiaba su hielo en carne aterciopelada. Una vez más, el piloto no experimentaba, en el vuelo, ni vértigo, ni embriaguez, sino el trabajo misterioso de un cuerpo vivo. (…) Luego, como nada vacilaba, ni vibraba, ni temblaba, y permanecían fijos el giroscopio, el altímetro y el régimen del motor, se desperezó un poco, apoyó su nuca en el cuero del respaldo, e inició esta profunda meditación del vuelo, en la que se saborea una esperanza inexplicable".

Antoine de Saint-Exupéry - Vol de nuit