martes, 30 de junio de 2009

Inteligencia militar

Otra vez ruido de sables, que nos devuelve en pleno siglo XXI al pasado más atroz de América Latina, cuando el ejército era un elemento omnipresente en la vida política de nuestros países. Entonces eran moneda corriente las desapariciones, las torturas y los asesinatos cometidos con absoluta impunidad.
Parece que se nos olvida, pero fue antes de ayer. Funcionando bajo una apariencia de legalidad, toda la maquinaria del estado se ponía al servicio del ideario fascista. No hay gran diferencia entre el funcionamiento de la Alemania de Hitler desde enero de 1933 hasta el comienzo de la guerra en 1939 y la Argentina de Videla y el resto de asesinos. La gente desaparecía sin dejar rastro, era internada en campos clandestinos y el poder judicial se declaraba incompetente para mediar entre el poder político-militar y los ciudadanos.
Nuestros eternos amigos del norte siempre estaban por allí. Si se trataba de Europa, desembarcaban en Normandía, pero a nosotros nos tenían reservados los gorilas de la Escuela de las Américas. Y así Pinochet, Videla, Duvalier, Somoza, Stroessner, Banzer y un largo etcétera de padres de la patria, siempre dispuestos a mostrar su hombría frente a la población civil. Desde luego, hay que tener mucho valor para torturar a un pibe, reventar a un anciano o violar a una mujer: se ve que las tropas estaban muy bien entrenadas. Claro que otra cosa es enfrentarse a un ejército de verdad... Ahí está el gran ejemplo del capitán Alfredo Astiz, ínclito prócer, en la guerra de las Malvinas que en 1982 enfrentó a la Argentina con Gran Bretaña.
Astiz demostró su valentía infiltrándose en las filas de las madres de plaza de Mayo. Peligrosas septuagenarias que, tocadas de un pañuelo blanco, daban vueltas a la plaza pidiendo saber de sus hijos. Astiz, con la pinta de un jugador de polo argentino -¿viste qué lindo, ché?-, rubio, con ojos azules y carita de ángel, se ganó la confianza de las pobres abuelas. En cumplimiento de su peligrosa misión, contó a las madres que también era familiar de desaparecidos y logró obtener nuevos nombres de peligrosos agentes del marxismo internacional. Es una pena que Sean Connery no estuviera en forma para llevar a la gran pantalla las hazañas de nuestro intrépido 007 rioplatense, que demostró su inconmensurable valor disparando a una joven sueca de 17 años llamada Dagmar Hagelin. Le disparó por la espalda a una piba desarmada, así, como hacen los hombres bien machos, los hombres de verdad.
Para compensar los servicios al Estado, la Junta Militar decidió otorgarle un "virreinato". Bueno, en realidad se trataba de un virreinatillo...
Cuando las tropas argentinas invadieron las islas Malvinas en 1982, el capitán de fragata Alfredo Astiz, el ángel rubio, obtuvo el mando de la base de las islas Georgias del Sur. El 25 de abril de 1982, las tropas británicas desembarcan en dichas islas. ¿Cuál fue la reacción de Astiz? ¿Numancia, Troya, Stalingrado? ¿Se apresuró a atrincherarse, a jurar resistencia hasta el último hombre, a morder cápsulas de cianuro siguiendo el código de todo Samurai que se precie? No. Ante el primer disparo de los británicos -el primer disparo, no hubo que esperar a un segundo, hasta se sabe que fue un misil Carl Gustav de 84 mm-, Astiz entregó las islas sin la más mínima resistencia. Se volvió pacifista de repente. Sacó la túnica azafrán del baúl de milico y entonó el Om Mani Padme Hum. Un orgullo para su patria: el torturadorcito valiente, qué ejemplo de coraje sin límites.
En esta foto aparece con barba -el desgaste del "combate" hizo mella en su look, los azorados vencedores no le dieron tiempo a afeitarse para tomar esta foto histórica- firmando la rendición incondicional ante los comandantes británicos. Nunca antes tan poco fue necesario para ganar una batalla tan poco batalla, habría escrito el bueno de Churchill.


Mientras escribo esto, hermanos hondureños, un pueblo condenado a la miseria desde la independencia con sucesivos regímenes militares turnándose en el poder, se enfrentan al ejército desplegado en las calles de Tegucigalpa. Con dos cojones.
¿Qué tiene que pasar para que los milicos aprendan que no están para matar a su gente, que supuestamente están para protegerlos? (¿de quién? ¿de los marcianos?).
Algo parece que ha cambiado en la administración yanqui -espero que Obama contrate a la competencia de la empresa de seguridad que contrató Kennedy-, ya que no han reconocido al gobierno usurpador de Honduras.
Zelaya, el presidente constitucional del país, elegido democráticamente en las urnas, anuncia su regreso a Tegucigalpa este jueves. No hay vuelta atrás. Se acabaron los gobiernos asesinos para siempre.
¡Vamos Honduras, carajo!

sábado, 27 de junio de 2009

Nicaragua en el corazón

Vuelvo a España. Como siempre, Nicaragua te da en medio del alma. La gente que participó en los talleres -que han desembocado en el grupo de acción Nacatamal digital- organizó una despedida en la que no lloré porque mi mamá me enseñó que los niños de 44 años no lloran. Mucha emoción contenida, mucha pasión, muchas almas limpias y manos para construir.
En algunos momentos, mirando las caras de mi gente, vi a Sandino, a Zapata, a Ellacuría, a los grandes hombres de nuestra América.
Me convencieron de que la tarea que estamos realizando en varios países tiene sentido, que el esfuerzo bien vale la pena. Me transmitieron el mensaje que todo instructor desea oír, al menos una vez en su vida: que se sintieron transportados, que aprendieron que el motor del cambio reside en ellos mismos, que la fantasía y las ganas pueden más que el conocimiento estéril, que hay que aprender a volar.
Desde Nicaragua, tierra de poetas y volcanes, país donde las miradas son limpias y valientes, mi vida empieza de cero.
Queridos todos, ha sido un privilegio compartir un mes tan intenso con semejantes compañeros de viaje. Los llevo en el corazón. ¡Hasta enterrarlos en el mar...! Un fuerte abrazo latinoamericano.

miércoles, 24 de junio de 2009

Bloggers en Managua

Hace algunos días participé en un encuentro iberoamericano de bloggers que se celebró en la UCA, Managua. Se trata de una afortunada iniciativa de Miguel García-Herraiz (Cónsul de la Embajada de España en Nicaragua) y David Ruiz (Coordinador del Centro Cultural de España).
Al celebrarse en una universidad pensé que el debate sobre lo que significan los blogs como herramienta de comunicación para América Latina, las implicaciones de la era del prosumidor, el surgimiento de una nueva mentalidad empresarial, etc., estaría servido. Pero no. Al menos en la parte en la que estuve presente -ya que durante las mañanas y las tardes tengo que atender a mis alumnos en el INCH- el debate brilló por su ausencia.
No obstante, el encuentro sirvió para tomarle el pulso a la creación bloguística por estas tierras. La cuestión de la domesticación de nuestras universidades lo dejamos para otra ocasión.
Conocí gente brillante y encantadora. Rodrigo Baires, Vicente Luis Mora, Jacinta Escudos, Rosa Chávez. Gente de luz.
También conocí a algún que otro imbécil de cuyo nombre no me acuerdo (es extraño que no se haya investigado la obvia relación que existe entre la endogamia universitaria y la falta de riego sanguíneo al cerebro: debería ser tema de tesis).
Vicente Luis Mora, más allá de su natural condición de guru de la blogosfera, hizo una exposición realmente brillante, con un nivel muy alto. Es una de esas raras personas que combinan el rigor intelectual con un discurso -no exento de humor- que se recibe con el mismo disfrute que un cuento. Dirige actualmente el Centro Cervantes de Nuevo México. Conocer personas de su joven edad con esa claridad de ideas y la cabeza tan bien amueblada hace bien. Su trabajo en la blogosfera es de todos conocido.
Rodrigo Baires, periodista de El Faro (elfaro.net), un medio digital salvadoreño, me pareció un personaje superlativo. Representante del nuevo periodismo latinoamericano, que se abre paso de forma inexorable, es capaz de transmitir la pasión por el periodismo de una forma contagiosa (me recordó a Walter Matthau y Jack Lemmon en Primera Plana).
La jornada acabó con una copa -alguna más de una...- en donde Rodrigo nos iluminó y nos conmovió con los relatos de la reciente historia salvadoreña. Tanto él como la novelista Jacinta Escudos son testigos directos del desarrollo de uno de los conflictos enquistados más terribles de la reciente historia de América Latina.

martes, 23 de junio de 2009

Linda noche...

Siempre sucede. A veces antes, a veces más tarde... La venganza de Moctezuma -en este caso sería la venganza de Nicarao- alcanza a los blancos de lleno. El calor, el agua, la alimentación del trópico.
He pasado una noche de órdago, instalado en el cuarto de baño como abrazado a un rencor. Oí cantar al gallo y vi cómo el cielo de Managua se iba aclarando hasta contemplar el lago. El lago mutante.
Es mi segundo viaje a Nicaragua y hasta ahorita todo había ido como la seda. En cualquier caso, lo que realmente me jode es que si alguien se decide a dar una fiesta en mi estómago no tenga el detalle de invitarme. Es lo mínimo...

domingo, 21 de junio de 2009

Nicaragua en marcha

Estoy trabajando en Managua desde hace más de un mes. Se trata de crear el embrión de un laboratorio audiovisual en la capital del país para que la gente pueda formarse, tenga un lugar donde pueda sacar adelante sus proyectos y, en una fase posterior, funcione como palanca para crear una red de intercambio de bienes y servicios audiovisuales conectando centros asociados en todo el territorio nacional.
Es una iniciativa de nuestro grupo de trabajo (TCL) que se lleva a cabo con la ayuda de la AECID y la embajada de España en Nicaragua, pero para construir la red es preciso contar con la colaboración de instituciones educativas locales, como es el caso de Fe y Alegría (jesuitas) o la Universidad Tecnológica La Salle en la ciudad de León. Ya se han iniciado los primeros contactos.
Tengo la impresión de que una forma de combatir el atraso de nuestros pueblos es tratar de resolver de forma virtual aquellas cuestiones donde lo real no está presente. Lo real vendrá después. Se trata de pasar del cero al uno en una tarea larga, que necesita muchas manos. La educación es la base del cambio y hoy la educación no puede prescindir de las redes.
Pero hay tanto por hacer...
En primer lugar, el acceso a las computadoras y la conexión a Internet.
Adquirir una computadora para un nica es prohibitivo. No hablemos ya de toda la parafernalia que implica tener una unidad de trabajo audiovisual (tarjetas de sonido, cámaras, monitores, etc.). Los sueldos en el país son bajísimos y la tecnología se paga en divisas. Las compañías privadas cobran 50 dólares al mes para disponer de 256 kbps de conexión a Internet. Si se tiene en cuenta que un sueldo estándar no supera los 250 dólares (y muchas veces menos...) no hay más que decir.
¿Cómo lograr que nuestros gobiernos inviertan en educación y en tecnología para el pueblo? ¿Cómo lograr que subvencionen la compra de máquinas para los colegios y el acceso a Internet? ¿Cómo contribuir a la desaparición de la brecha digital que nos tiene sumidos en el atraso? ¿Cómo crear equipos iberoamericanos que trabajen en red?
Un pueblo formado es un pueblo libre, un pueblo que exigirá derechos y no se dejará aplastar fácilmente. Habría que ver si eso tiene algún interés para los gobiernos...
Hay que recuperar el espíritu de la campaña de alfabetización que la revolución puso en marcha hace ahora 30 años. Hoy es preciso realizar una campaña de alfabetización digital. No podemos quedarnos atrás en el único experimento de anarquía que funciona.
Como decía el viejo Julio, Nicaragua sigue siendo violentamente dulce. Tengo en clase gente que participó en aquellas campañas gloriosas, llevando las primeras letras a gente que vivía en un atraso brutal. Entonces eran prácticamente unos pibes: niñas y niños que aprendían y enseñaban sobre la marcha. Esa herencia es aún palpable entre los nicas. De mis alumnos, raro es quien no colabora en alguna iniciativa social para ayudar a su gente. Si el resto de Iberoamérica tuviera el nivel de solidaridad que existe en Nicaragua nadie se acostaría con la panza vacía, nunca más.

Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca pero no importaba.
Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo, le tomé su voz libre como el agua, ...


Sentados en un confortable café europeo es fácil hablar del fracaso de la revolución cubana o de Chávez y sus exabruptos. Desde acá las cosas se ven diferentes.
América -mi América, no la de los gringos o la de las multinacionales europeas- tiene pendiente su Revolución Francesa. No hay clase media. Hay familias que, independientemente del color del gobierno de turno, conservan sus privilegios de generación en generación. El resto va tironeando como puede.
El mensaje del Ché sigue vivo y gracias al Dios de la Revolución -porque Jesús obviamente era un rojo muy peligroso, digan lo que digan las sacrificadas barrigas del Vaticano- hoy tenemos un arsenal de armas ampliado en donde el fusil no es el único camino para oír la voz del pueblo.
A por ellos que son pocos y muy, muy cobardes!

domingo, 7 de junio de 2009

El pequeño saltamontes

Alguien dijo sobre nuestra generación que lo más importante que nos ha pasado es haber visto las mismas series de televisión. O sea, que no nos ha pasado nada que merezca la pena siquiera nombrar. No desembarcamos en Normandía, no liberamos París, no nos enfrentamos a las hordas fascistas. No entramos en La Habana ni en Managua. Ni siquiera levantamos barricadas en Saint Germain ni detuvimos los tanques de Praga con nuestros cuerpos. Una generación de papanatas y genuflexos.
Los griegos, que eran unos tíos cojonudos, pensaban que cada generación era peor que la de sus padres. No hay más que leer al bueno de Hesíodo, que hablaba de una supuesta y primigenia generación de oro, seguida de una generación de plata, de bronce, de hierro y así suma y sigue. Habida cuenta de que han transcurrido más de 100 generaciones desde entonces, no quiero imaginar el material que correspondería a la nuestra.
En el caso de mi país natal, fueron nuestros hermanos mayores los que pagaron un precio altísimo en tiempos miserables. A nosotros nos quedó su ausencia.

Quisiera volver a verte
Mirarme en tus ojos quisiera

Obviamente, la televisión es el veneno de nuestro tiempo. Destruye muchas más vidas que los caños de escape, los cigarrillos, la contaminación industrial y la radiación solar juntas. Te convierte en un fakir del corazón.
Hijos de los sesenta. Nuestros padres no pudieron escapar al influjo de la década del desenfreno, los experimentos sociales y la libertad sexual. En vez del SIDA tenían el amor libre. Comparados con las jóvenes generaciones actuales, nuestros padres eran unos cachondos. Y los jóvenes de hoy en día estarían a la derecha de Aznar.
Así que somos el resultado de una serie de experimentos.... Bueno, eso en mi caso explicaría mi marcado desequilibrio mental, mi sociopatía, la imposibilidad de trabajar a las órdenes de un jefe –inmediatamente lo imagino sustituyendo a San Lorenzo en la parrilla del averno, como complemento a un asado completo, mollejas, chinchulines, asado de tira, vacío y la cabeza de mi jefe- y vaya a saber cuántas cosas más. Soy carne de diván garantizada, pero como le ocurre a mi amigo Rodrigo Muñoz, encuentro que los psicólogos y los psiquiatras están más locos que yo. Si encima hay que darles guita para contarles lo mismo que uno puede contarle tranquilamente a un amigo en un bar, apaga y vámonos. Claro que para eso hay que tener por lo menos un amigo y hoy estamos tan ocupados chateando, escribiendo y leyendo boludeces en Internet y, en general, haciendo cosas supuestamente útiles y provechosas que no hay tiempo material de tener amigos. El sentido utilitario se ha impuesto por encima de todas las cosas.
La gente de la clase alta no tiene amigos, tiene intereses. Los de la clase baja (ya que la clase media está en vías de extinción) tienen amigos de su misma categoría a los que en un momento dado les pedirán pasta prestada, lo cual viciará soberanamente la relación.
-¿Me viste cara de boludo a mí...?- suelen responder ellos cuando se produce la petición de divisas.
¿Por qué estaba escribiendo yo todo esto...? Ah.... ya me acordé. Es por la muerte de David Carradine, nuestro pequeño saltamontes de la década del pantalón campana que, al parecer, murió en un hotel de Bangkok intentando una serie de proezas sexuales a sus setenta y tantos. El prospecto de la Viagra debería ir más de allá de las cuestiones puramente farmacológicas. Es una oportunidad de trabajo para muchos escritores en paro (o sea, todos). Debería incluir párrafos como “si usted se encuentra solo en un hotel del mundo y le entran repentinas ganas de fiesta intente tomar pastillas de un solo color y evite regarlas con alcohol y mezclarlas con polvos blancos. En caso de que se decida a hacerlo, si la última vez que hizo gimnasia fue en séptimo curso evite practicar el salto del tigre y no sea gil: no se crea todo lo que le han contado sus amigotes sobre los beneficios de la asfixia provocada en relación a la prolongación del orgasmo”.
Al menos, este es el mensaje que le habría transmitido el venerable maestro ciego del templo de Shaolin al bueno de Kwai Chang Caine. Aunque, junto a las flores de loto y los juncos meciéndose suavemente, en la primavera eterna del jardín edénico, en un estilo más contenido, florido y orientalista, tipo “pequeño saltamontes, no seas pelotudo, cuidá la flauta que la serenata es larga”.

martes, 2 de junio de 2009

La zona de sombra

Un avión desaparece de pronto y se lo engulle el Atlántico. A horas de morir la última superviviente del Titanic se produce la catástrofe. Otra vez el mismo océano, la misma tragedia.
Nadie te cuenta que, cuando se cruza el Atlántico sur en avión, se atraviesa una zona de sombra, la zona en la que el avión no es tutelado por radar alguno, donde se viaja a la antigua, utilizando la radio como único nexo con el mundo de los vivos.
La zona de sombra... así nos adentramos nosotros también en territorios extraños cuando perdemos pie, cuando se acaba la seguridad familiar, cuando estamos solos.
Hay algo que nos fascina hasta decir basta en las catástrofes. Vaya usted a saber qué región oscura del alma iluminan. El Titanic, el Hindenburg, el tsunami...
El vuelo 447 de Air France se decidió a cruzar el Atlántico con dirección a Francia y desapareció del radar de Fernando de Noronha. Las pantallas caboverdianas no llegaron a captarlo.
Ahora, el tiempo de las hipótesis. Un rayo o varios que alcanzaron la aeronave (es lo que al menos apunta el presidente de Air France)... Pero ¿acaso los aviones no funcionan como una jaula de Faraday? ¿No era que no había peligro con los rayos en vuelo? ¿Y qué pasa con la zona intertropical? ¿Los aviones modernos no cuentan con instrumental para evitar las tormentas a tiempo? ¿Tendrá todo esto algo que ver con la crisis y la reducción de los controles para ahorrarse unos eurillos...?
Preguntas en el aire. Gente que se adentra en la zona de sombra y no regresa más. Sombras.
Hay cosas extrañas en el vuelo 447. No se recibió ningún MayDay de la tripulación. A la altura a la que sucedió el incidente, en medio de la noche atlántica, igual que ocurrió con el Titanic, los aviones de esa clase pueden planear por espacio de unos 40 minutos.
Nada. Todavía no se sabe nada de qué fue realmente lo que ocurrió. Una tripulación con miles de horas de vuelo, un aparato moderno perfectamente equipado para la navegación aérea en condiciones difíciles, una ruta bien conocida.
Nuestra ilusión de seguridad se resquebraja. Guarda dinero para tu jubilación, trabaja para mañana, sacrifícate por el futuro. La recompensa vendrá "después".
Existen ciertas dudas razonables sobre la existencia de Dios. La única verdad eterna, inmutable, es que todo se puede ir al carajo en cualquier momento.