En tiempos míticos, Alcyone, hija de Eolo, y su esposo Ceyx fueron castigados por haber usurpado el nombre de Zeus y Hera.
El castigo consistió en convertirlos en alciones, ave de gran belleza también conocida como "martín pescador".
Pero, a diferencia del Dios vengador del Antiguo Testamento, los dioses griegos solían compadecerse de las desdichas ajenas. Así, Zeus y Eolo decretaron que los siete días anteriores y los siete días posteriores al solsticio de invierno tuvieran un estatus especial: los animosos vientos dejarían de soplar para que los alciones, pájaros venerados en diversas culturas, pudieran construir sus nidos y, de esta manera, evitar que la tempestad destruyera sus huevos.
Nietzsche habla de los días alciónicos. Los alkyonídes hemérai, días de extraña calma y mortecina luz que invita a la interminable madeja de tranquilidad y desasosiego. Mar en calma de invierno, preñado de extraños presagios. Cuánto tiempo me queda. Días de iluminación también, en donde es posible que se entreabran, siquiera por un instante, las puertas del cielo. Demasiado rápido como para reconocer el rostro de Aquiles.
Días de esperanza para todos los que, pase lo que pase, siguen adelante y no miran atrás. Los que desesperan o simplemente se reinventan todos los días. Aquellos cansados de ver la tierra que no cambia y ya sólo aguardan un milagro. Prematuramente envejecido de tanto soñarlo día y noche, va y se produce.
Tal vez en días alciónicos como estos.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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2 comentarios:
Excelente! La mejor y más concisa explicación que encontré en internet para un término en desuso que engloba tanta lectura de fondo. MUCHAS gracias!
Excelente!
La explicación más completa y concisa que encontré en internet para este término en desuso que exige tanta lectura de fondo.
MUCHAS gracias!
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