jueves, 15 de septiembre de 2011

Irse

Comenzamos a morir el día en que dejamos de sentir. Aquel territorio en donde la traición no duele ni roe almas. Deseos lentamente acariciados por esa persona desconocida que duerme ¿plácidamente? a nuestro lado. Crímenes perpetrados desde el comienzo del mundo. Finalmente acertará con la daga: todo es cuestión de intentarlo suficientes veces. Será por tiempo...

¿No oyes ese ruido sordo? Es la Mentira que cabalga sobre el Mar y la Tierra.

Sosegaos. Be still my beating heart.

Futuros amantes huirán despavoridos. Pobriña, qué esperabas. Mucho más tarde, cuando las pasiones se hayan extinguido del todo, los escafandristas vendrán. Chico. Nadie oirá esa canción en un desvencijado hotel de Managua en el día de su 44 cumpleaños.

De su vientre espera -aún- la magia. Pese a todo. También yo.

Estaré junto a tus dieciséis años y a tus profundas ganas de ir al meollo de la vida. Recordatorio: no olvidar invitar a María a la fiesta.

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