–Al sur –dijo el capitán.
–Pero –dijo la tripulación– no hay direcciones aquí en el espacio.
–Cuando uno viaja hacia el sol –replicó el capitán–, y todo se hace amarillo y ardiente y perezoso, entonces uno va en una única dirección.
Hasta que el tiempo y los tiempos acaben las plateadas manzanas de la luna, las doradas manzanas del sol.
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