Veo amanecer en Madrid. Lentamente, la luz se va enseñoreando de los tejados. Uso sombrero de ala ancha.
Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cícerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre.
Dueño de su destino.
domingo, 28 de enero de 2018
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